Al menos 59 personas murieron y más de 527 fueron trasladadas heridas a hospitales cuando un francotirador disparó desde uno de los pisos superiores del Mandalay Bay Hotel and Casino hacia una multitud que asistía a un festival de música al aire libre en Las Vegas, Nevada, el domingo por la noche.
Según reportaron las autoridades, todos los cuerpos de los fallecidos fueron retirados del lugar y trasladados a la morgue.
El sospechoso fue identificado como Stephen Paddock, de 64 años, aparentemente un residente local. La policía dijo que descubrió 16 rifles de asalto en la habitación que ocupaba desde el pasado jueves pasado 28 de septiembre, más dos trípodes, y varios de los rifles tenían periscopio.
En la tarde los cuerpos de investigación, reportaron que en la casa del francotirador se encontraron 18 armas adicionales, miles de municiones, explosivos y varios aparatos electrónicos.
Entre tanto, varias cadenas de hoteles han puesto a disposición habitaciones gratis para los afectados, y empresas están donando desde vuelos hasta alimentos y asistencia general.
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El atacante, que se parapetó en el piso 32 del edificio situado muy cerca del sitio del concierto, se suicidó antes de que la policía entrara a la habitación del hotel, dijo el jefe de la Policía Metropolitana de Las Vegas, Joe Lombardo.
El hombre se enfrentó con los agentes de las unidades especiales SWAT que acudieron a aprehenderlo, dijo el jefe Lombardo. Uno de los agentes resultó herido en una pierna.
Las armas encontradas en la suite del hotel donde el atacante se hospedaba, compuesta de dos habitaciones, no han sido aún analizadas para saber si todas fueron disparadas, informó el jefe de policía del área metropolitana de Las Vegas, Joe Lombardo.
En el hotel también se encontró un revólver y en el auto del sospechoso, así como en su residencia de Las Vegas había fertilizante, y nitrato de amonio, pero no compuestos.
El FBI confirmó que Paddock no tenía vínculos con grupos terroristas internacionales. Una segunda propiedad relacionada con el sospechoso continua siendo investigada en el norte de Nevada.
Un vendedor de armas informó a las autoridades que había vendido un arma a Paddock dijo el jefe de policía Lombardo, quien indicó que otras personas que vendieron armas al atacante están siendo investigadas sobre las transacciones.
La investigación en la habitación del sospechoso ha sido completada y las autoridades indicaron a los huéspedes del hotel Mandalay Bay Hotel and Casino, que pueden regresar a sus habitaciones, menos al piso 32, donde Paddock se alojó.
La Policía y otras autoridades dijeron que por el momento la más urgente necesidad es de donaciones de sangre. Advirtieron que el número de víctimas mortales puede aumentar debido a la gravedad de algunos heridos.
Al público, especialmente a familiares y heridos se les ha pedido paciencia para reunirlos con sus seres queridos por el tiempo necesario para terminar la investigación.
Se ha establecido un Centro de Asistencia para familiares y sobrevivientes que cuenta con el apoyo de representantes de todas las agencias médicas y policiales del área, incluida la oficina del forense.
Esta sería la matanza más grande en la historia de Estados Unidos. Todavía no se ha clarificado si se trata de un acto de terrorismo porque no se conoce el motivo.
Videos colgados por los asistentes al concierto dejan oír las ráfagas de disparos y los gritos desesperados de la gente que trataba de protegerse. Los disparos duraron casi cinco minutos.
Lombardo, dijo que una mujer identificada como Marilou Danley, descrita como compañera del sospechoso que fue buscada luego del tiroteo, fue encontrada fuera del país y es considerada persona de interés en el caso.
Dos vehículos que también eran buscados, un Hyundai Tucson y una camioneta Chrysler Pacifica propiedad del sospechoso, también fueron halladas.
El sitio del concierto, Las Vegas Village, se ubica en el centro de Las Vegas a corta distancia del hotel Mandalay. Había unas 30.000 personas.
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El cantante de música country, Jason Aldean, estaba presentándose cuando comenzaron los disparos. La música paró y la multitud buscó protegerse mientras de gritaban “¡Al suelo!”, “¡Abajo!”.
Varios equipos SWAT, de reacción inmediata, se presentaron al hotel luego de las primeras llamadas de auxilio sobre el tiroteo, que se inició a las 10:08 de la noche. No fue sino hasta poco antes de la medianoche, cuando la policía anunció la neutralización del atacante.
Al menos uno de los policías que abatieron al atacante resultó herido. Otro policía que asistía al concierto en su tiempo libre resultó muerto, según dijo Lombardo.
El presidente Donald Trump dijo en un tuit colgado a las 7:12 a.m.: “Mis sentidas condolencias y simpatía a las víctimas y familias del terrible tiroteo en Las Vegas. ¡Qué Dios les bendiga!”.
Horas después del tiroteo, Aldean publicó en Instagram que él y su equipo se encontraban bien y dijo que la balacera fue "más que horrible". En declaraciones a la cadena CNN dijo que él y su banda se sentían por un lado "afortunados" de no haber estado en la línea de fuego, pero sentidos por que tanta gente que había llegado para disfrutar de su música resultó herida.
Kodiak Yazzie, de 36 años, contó que estaba viendo la actuación de Aldean con su novia cuando escuchó un sonido similar al de los fuegos artificiales. La música se detuvo momentáneamente y volvió a comenzar antes de que una nueva ronda de sonidos hizo que los cantantes se pusieran a cubierto y huyeran del escenario.
Miles de personas escaparon de las ráfagas de disparos, que pudieron oírse durante más de cinco minutos, apuntó Yazzie.
Jose Baggett, un residente en Las Vegas de 31 años, dijo que estaba en la entrada del hotel-casino Luxor — justo al norte del festival — con un amigo cuando la gente comenzó a correr. Vio a gente llorando y cuando se alejaron de la zona se toparon con controles policiales en los que los agentes iban armados con escopetas y rifles de asalto.
"Había vehículos blindados, vehículos de las fuerzas especiales SWAT, ambulancias, y autos policiales que ocupaban al menos medio kilómetro (milla)”, comentó Baggett.
Los testigos dijeron ver múltiples víctimas y docenas de ambulancias cerca del lugar de concierto. Algunos de los asistentes se apiñaban más tarde en el sótano del hotel-casino Tropicana, ubicado cerca.
Las autoridades del Condado Clark, al que pertenece Las Vegas, estimó en 406 la cifra de personas transportadas a los hospitales de la ciudad.