Un toro se separó de la manada y corneó a dos corredores australianos y un español el domingo en el octavo y último encierro de las fiestas de San Fermín en Pamplona, en el norte de España, según indicaron autoridades sanitarias.
Eso elevó a ocho el número de heridos por asta de toro en los encierros, que aportan una dosis matinal de adrenalina en las fiestas, que atraen a un millón de personas cada año.
Mientras que cinco de los toros se mantuvieron juntos para correr por las estrechas calles junto a los bueyes que les servían de guía, uno de los astados se quedó rezagado y sembró el caos entre los mozos que corrían. El toro volteó a un hombre y lo dejó caer a plomo sobre la calle adoquinada. Después hirió a otros dos corredores que se vieron atrapados contra el lateral del circuito.
El hombre volteado por el toro, un animal colorado llamado Rabanero, sufrió una cornada en la pierna, explicó el portavoz del hospital regional Tomás Belzunegui, mientras que otro hombre fue herido en el brazo derecho y un tercero en la axila. Los tres fueron hospitalizados, aunque las lesiones no ponían en peligro sus vidas.
Cruz Roja informó de otros heridos por golpes de los toros o los cabestros, o bien de otros corredores caídos durante el recorrido.
Los siete encierros previos de este año habían dejado cinco heridos por asta: tres españoles y dos estadounidenses.
Los seis astados de Miura, que celebraban la 53ra aparición de la ganadería en las fiestas, completaron el recorrido de 850 metros (930 yardas) hasta la plaza en dos minutos y 42 segundos. Los toros serán lidiados en la plaza más tarde el domingo.