El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se declaró no culpable este martes en una corte en Miami de 37 cargos federales por supuesto mal manejo de documentos clasificados.
El expresidente recibió instrucciones por parte del juez Jonathan Goodman de no contactar con posibles testigos. A Trump no se le impusieron restricciones de viaje, tanto domésticas como internacionales. Tampoco se le retiró su pasaporte.
No se ha determinado cuando será la próxima audiencia, ni la fecha de inicio del juicio. Su exayudante Walt Nauta, coacusado en el caso, no pudo ser encausado debido a que no tenía representación legal en el estado de la Florida y tendrá que responder en dos semanas.
Durante los 47 minutos que duró la audiencia, a Trump se le pudo ver taciturno, con el ceño fruncido y sin hablar, dejándole la defensa a sus abogados. En la sala del tribunal también estaba el fiscal especial Jack Smith, a cargo de la acusación, la primera que buscar imputar cargos federales a un expresidente en la historia de EEUU.
A la salida de la corte, en el downtown de Miami, Trump saludó a los simpatizantes, que corrieron al lado del auto del presidente. En una parada no anunciada, la caravana del expresidente se detuvo en el café Versailles, un lugar emblemático en Miami y habitual punto de encuentro del exilio cubano.
Allí entró al establecimiento y saludó a sus simpatizantes, que lo recibieron con gritos de “We love trump” (Amamos a Trump) y le cantaron felicidades al exmandatario, que este 14 de junio cumple 77 años.
En la famosa locación, parada obligada de los candidatos republicanos en Miami, Trump dijo a sus seguidores que el país se había convertido en un lugar "corrupto" y "en declive".
"Tenemos un gobierno que está fuera de control", dijo el expresidente ante una multitud de seguidores en lo que parecía un acto más en su campaña presidencial. La comunidad cubanoamericana de Florida es un bloque de votantes republicanos sustancial en un estado políticamente competitivo.
Trump regresó poco después a Nueva Jersey a bordo de su avión. Está previsto que celebre un acto de recaudación de fondos esta misma noche.
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Fuera de la corte más temprano se reunieron decenas de manifestantes, a favor y en contra del exgobernante, así como periodistas que esperaban ver Trump a su llegada. Policía y agentes de seguridad acordonaron la zona por razones de seguridad.
Aunque las confrontaciones fueron en su mayoría de palabra, la policía cerró el acceso a las calles aledañas para investigar una posible amenaza de bomba que luego dijeron que no representaba ningún peligro.
Trump arribó el lunes a Florida desde Nueva Jersey, en una pausa en su campaña por la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2024.
El exmandatario estadounidense salió de su resort en el Doral, al oeste de Miami, sobre la 1:30 p.m. Llegó a la corte federal 20 minutos después. Le tomaron las huellas dactilares de manera digital y le informaron oficialmente de los cargos, para luego tomarle una declaración de culpabilidad en una vista programada para las 3 p.m. hora local (19:00 GMT).
La audiencia fue cerrada a las cámaras.
El alcalde de Miami, Francis Suárez, dijo a los periodistas fuera del juzgado que no había habido ningún problema de seguridad. Suárez había asegurado que la ciudad estaba preparada para enfrentar protestas de hasta 50.000 personas.
Trump está siendo procesado junto a su exayudante, Walt Nauta, quien también fue acusado por el gran jurado reunido en Miami semanas antes y ha trabajado con el expresidente en la Casa Blanca y en Mar-a-Lago. La acusación alega que Trump conspiró con Nauta para quedarse con documentos clasificados y ocultarlos a un gran jurado federal.
Al expresidente se le acusa de arriesgar secretos nacionales al llevarse consigo cientos de documentos confidenciales cuando dejó la Casa Blanca en enero de 2021 y almacenarlos de manera descuidada en su propiedad de Mar-a-Lago en Florida y su club de golf de Nueva Jersey. Los 37 cargos incluyen violaciones a la Ley de Espionaje, que criminaliza la posesión no autorizada de información de Defensa, y conspiración para obstruir la justicia, que conlleva una sentencia máxima de 20 años de prisión.
Trump ha declarado insistentemente su inocencia en los últimos días, y ha tachado el caso como “una prolongada caza de brujas”. También ha acusado a la administración del presidente Joe Biden de atacarlo para buscar ventaja en las próximas elecciones.
Trump ha llegado a calificar en redes al líder de la acusación, el fiscal especial Jack Smith, de “Trump hater” (un término en inglés que significa acérrimo detractor u odiador).
Biden ha evitado pronunciarse sobre el proceso.
Expertos legales afirman que el caso presentado por Smith es caso sólido. El propio fiscal especial ha dicho que quiere lograr un juicio "rápido". Aún así, analistas vaticinan que podría pasar un año o más antes de que se llegue a los tribunales, debido a las complejidades del manejo de pruebas clasificadas y el nivel de autorización que se demanda de todos los implicados.
También se espera que los abogados de Trump presenten una gran cantidad de mociones para impugnar la acusación de Smith antes de que llegue a juicio, lo que podría provocaría más demoras.
Mientras tanto, Trump es libre de hacer campaña para la presidencia y podría asumir el cargo incluso si fuera declarado culpable. En un acto en Carolina del Norte este fin de semana, el expresidente aseguró que no se rendiría en la carrera por la Casa Blanca.
[Con información de Reuters]
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