El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exhortó a los legisladores en la Cámara de Representantes a adoptar leyes que luchen contra la inmigración ilegal, luego de reunirse con familiares de estadounidenses asesinados por extranjeros.
El encuentro en la Casa Blanca busca el apoyo para la consideración esta semana de dos proyectos de ley que buscan incrementar las penas a criminales convictos por re-ingresos ilegales a territorio estadounidense, y el otro recortar fondos federales a ciudades que sirven como santuarios para inmigrantes indocumentados.
Durante la reunión se escucharon dramáticos testimonios de hechos violentos, como el caso de Laura Wilkerson cuyo hijo tenía 18 años cuando fue asesinado. “Mi hijo murió en Noviembre de 2010 a manos de alguien que no debería haber estado en este país,” dijo esta madre.
Dan Golvach compartió su dolor recordando que su hijo murió baleado. "El asesino había sido deportado cuatro veces y tenía un amplio historial criminal. Había conseguido la pistola que usó para asesinar a mi hijo en un robo dos semanas antes” , dijo Golvach.
Otro caso fue relatado por Juan Piña, aún sin comprender las razones de la tragedia que le tocó vivir. “Mi hija, Christy Sue Piña, fue estrangulada, apuñalada, violada y su cuerpo desnudo fue tirado en un campo de alcachofas en el medio del invierno”, dijo Piña a tiempo de mencionar que este mismo victimario estaba vinculado al caso de otra niña de catorce años en 1987.
Piña como los otros familiares destacaron que sus seres queridos estarían vivos si sus asesinos hubieran sido encarcelados o deportados.
El presidente Donald Trump reiteró durante el encuentro que las fuerzas policiales están trabajando con celeridad para deportar a los criminales extranjeros y a miembros de pandillas.
“Son malas personas y ya tenemos a muchos de ellos, estamos cerca del 50%,” afirmó el mandatario añadiendo: “Estamos liberando nuestras ciudades”.
Las duras posturas sobre inmigración ilegal del presidente Trump provocan oposición en muchos estadounidenses quienes la califican como divisoria, discriminatoria, inconstitucional y dañina para la economía de Estados Unidos.
Tal el caso de Mimi Marziana, de la Organización No Gubernamental en Texas "Proyecto por los Derechos Civiles", quién sostiene que estos proyectos de ley llevan a la destrucción de familias.
“Nuestra ONG irá a la Corte y le diremos al Juez que esta ley es discriminatoria y que la rechazamos, porque hará que nuestras comunidades sean más inseguras,” afirmó Marziana.
Por su parte, el director de Inmigración y Aduanas, Thomas Homan, dijo a periodistas que ningún inmigrante ilegal debería “estar cómodo” en Estados Unidos.
“Hay que disipar esta idea de que se puede violar la ley en este país y esconderse – que eso está bien,” dijo Homan.
El gobierno de Donald Trump ha dicho que son necesarias leyes de inmigración más duras para cerrar los vacíos legales que las pandillas criminales usan para contrabandear drogas a Estados Unidos, reclutar nuevos miembros y saquear las ciudades estadounidenses.