Al menos 66 personas han muerto en California a causa de mortíferos incendios que han golpeado al estado, causando destrucción y la desaparición de unas 630 personas, según reportes oficiales.
Al norte de California, el incendio conocido como "Camp Fire" ha cobrado la vida de 63 personas. Otro incendio localizado al sur del estado, llamado "Woolsey Fire", ha causado ya tres muertes.
El departamento de bomberos informó el jueves que "Camp Fire", al norte del estado, estaba controlando hasta 40 % y "Woolsey Fire", al sur, hasta en un 57%.
El presidente Donald Trump visitará California el sábado para reunirse con las víctimas del incendio forestal más mortal que haya vivido el estado.
La información la anunció la Casa Blanca la tarde del jueves, pero todavía faltaría coordinar detalles del viaje. La visita del presidente se da una semana después de que comenzaran los incendios forestales al norte y sur del estado.
Trump ha asegurado que la causa de los incendios se debe a una mala gestión forestal. Las autoridades aseguran por su lado que la propagación letal se debió a que el fuego se generó principalmente en arbustos secos, chaparrales y robles, en lugar de en maderas pesadas.
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El secretario del Interior Ryan Zinke, quien visitó con el gobernador Jerry Brown las zonas quemadas por el llamado "Woolsey Fire", advirtió a los habitantes del sur de California de posibles deslaves y ratificó que los oficiales federales trabajan con autoridades estatales y locales para intentar reducir el riesgo.
El funcionario dijo que el presidente Trump apoyará al estado con fondos federales para manejar los costos por los incendios.
La Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, conocida por la organización de los Globos de Oro, anunció que donará 300.000 dólares para apoyar a las víctimas de los incendios.
Cuestionan plan de evacuación de incendios
Los sobrevivientes han dicho tras el desastre que las autoridades necesitan diseñar un plan para contactar a los residentes que no tienen señal en el celular en el terreno montañoso o que ni siquiera poseen uno.
En su defensa, el jefe del Departamento de Policía del condado de Butte, Kory Honea, dijo que las órdenes de evacuación se emitieron a través de 5.227 correos electrónicos, 25.643 llamadas telefónicas y 5.445 mensajes de texto, además de los avisos en las redes sociales y el uso de altavoces.
Muchos recuerdan que a diferencia de otras veces en que fue más organizado, lo que ocurrió el 8 de noviembre fue un mar de pánico.
Reeny Victoria Breevaart, que vive en Magalia, una comunidad boscosa con 11.000 habitantes ubicada al norte de Paradise, dijo que no pudo recibir alertas porque los celulares no funcionaban. También se quedó sin electricidad.
Poco más de una hora después de que se emitió la primera orden de evacuación a las ocho de la mañana, dijo, sus vecinos acudieron a la puerta de su casa para decirle: “Tienes que irte de aquí”.
Shari Bernacett, que con su esposo administraba un parque de casas rodantes en Paradise donde también vivía, recibió un texto que le ordenaba evacuar.
“En cuestión de minutos, las llamas estaban a nuestro alrededor”, comentó.
Bernacett empacó dos bolsas de lona mientras su esposo y otro vecino tocaban las puertas de cada casa rodante, gritándole a la gente que tenía que abandonar el lugar. La pareja tomó a su perro y manejó entre llamas de cuatro metros (12 pies) de altura para lograr escapar.