Las compañías Uber y Lyft, que ofrecen un servicio similar al de los taxis pero a través de aplicaciones para teléfonos inteligentes, se han acusado mutuamente de sabotear el servicio ofrecido.
Los clientes de Uber reclamaron por dos días a la compañía por varias cancelaciones de viajes que habían sido reservados por medio de la aplicación.
El martes, Uber afirmó que Lyft está detrás de las cancelaciones.
Uber asegura que Lyft está intentando perjudicar su servicio porque los inversores de Lyft presionaron a Uber para que comprase a nuevos competidores que están surgiendo en el mercado, pero Uber no accedió.
Por su parte, Lyft también acusó a Uber de intentar interrumpir su servicio, asegurando que 177 empleados de Uber eran responsables de más de 5.000 cancelaciones de su servicio de transporte.
Estas acusaciones han surgido en un entorno cada vez más competitivo para las dos compañías, en el que cada una está tratando ganar cuota de mercado en cada vez más ciudades de todo el país.
Para ambas compañías, esto significa obtener más pasajeros pero también más conductores dispuestos a ofrecer su vehículo y su servicio a la compañía, lo cual va a resultar complejo si continúan con la competitiva guerra.