El gobierno de Ucrania y las fuerzas separatistas prorrusas firmaron este viernes un cese al fuego que debería poder fin a los combates que desde hace cinco meses se realizan en el este del país, cerca de la frontera rusa.
Representantes de Ucrania, los rebeldes, Rusia y la agencia de observación de seguridad europea, OSCE, participaron en el plan de paz en Minsk, la capital de Bielorrusia.
Fuertes combates fueron reportados el viernes cerca del puerto de Mariupol, en la costa del mar de Azov, entre Rusia y la península de Crimea, solo horas antes que Kiev y los líderes rebeldes firmaran el cese el fuego.
Testigos dijeron escuchar las explosiones y el fuego de fusilería en las afueras de esa estratégica ciudad-puerto, que al parecer indicaba que los rebeldes tenían rodeada parcialmente la zona y probaban las defensas del lugar.
La captura de Mariupol establecería un corredor terrestre entre Rusia y Crimea, la península del mar Negro que Moscú se anexó en marzo, además de que Ucrania perdería acceso a ricos recursos de hidrocarburos que se cree existen en el mar de Azov.
El miércoles, el presidente ruso Vladimir Putin, desveló un “plan de acción” de siete puntos para terminar con la rebelión separatista. El acuerdo, según el líder ruso, pide un alto a las “operaciones de carácter ofensivo”. Dijo que “no se puede negar que la gente tiene que dejar de morir”.
La rebelión en el este de Ucrania, lanzada en abril por separatistas prorrusos, ha matado a más de 2.600 personas y creado decenas de miles de refugiados que huyen de la frontera rusa.