Tras el acuerdo de cese al fuego para el este de Ucrania anunciado por el presidente ruso, Vladimir Putin, la Casa Blanca aplaudió el esfuerzo de la coalición de líderes reunida en Minsk, pero hizo un llamado a todas las partes involucradas para que se compromentan en la "total implementación y sin demoras".
El acuerdo del cese al fuego comienza el sábado a la medianoche, pero incluye también otros tratos.
"Hemos acordado muchas cosas", dijo Putin a los reporteros luego de alcanzarse el acuerdo en la capital bielorusa. "Debemos evitar un baño de sangre innecesario mientras retiramos el armamento pesado".
El acuerdo de 13 puntos incluye, además del cese al fuego, una promesa de que Ucrania reformará su Constitución para otorgar más autonomía a los territorios en manos de los rebeldes, y el retiro de armamento pesado de las líneas del conflicto.
"Este acuerdo debe ser seguido de inmediato con pasos concretos que cumplan los compromisos de todas las partes. El cese al fuego debe implementarse y respetarse.
"Además, Rusia debe terminar su apoyo a los separatistas y retirar a sus soldados y fuerzas militares de la región.
"La prueba de confianza del acuerdo será una implementación sin ambigüedades que incluya un fin duradero de las hostilidades y la restauración del control de Ucrania sobre la frontera con Rusia", expresó el comunicado de la Casa Blanca.
El presidente ucraniano Petro Poroshenko disputa que su país vaya a otorgar dicha autonomía, explicando que a su país le fueron presentadas "varias condiciones inaceptables de retirada y rendición", según informó The Associated Press.
"No acordamos ningún ultimátum y establecimos firmemente que el cese el fuego que se ha anunciado es incondicional", agregó.
El otro punto de diferencia podría ser la creación de un bolsón de separación entre las fuerzas beligerantes que Ucrania pide trazar a partir de las líneas acordadas en septiembre, mientras los rebeldes seguramente pedirán que se tome en cuenta el terreno que han ganado en los combate de las últimas semanas.
Pero los líderes rebeldes dijeron estar felices con el resultado del acuerdo.
“Es un logro importante”, dijo uno de los líderes rebeldes, Igor Plotnitsky. “Ayudará a que Ucrania se transforme… de una manera civilizada y a parar de matar a su propia gente”.
La canciller alemana, Angela Merkel, tuvo su propia interpretación de la aceptación del acuerdo por parte de los separatistas.
“Casi al final, el presidente Putin también puso presión a los separatistas para que acordaran el cese el fuego”, dijo Merkel en sus comentarios con los reporteros, agregando que igualmente Poroshenko “hizo todo lo posible para terminar el derramamiento de sangre”.
No obstante, agregó que no se hace ilusiones porque “todavía hay mucho, mucho trabajo que hacer”.
La cumbre fue organizada apresuradamente la semana pasada, después que Merkel, y el presidente francés, François Hollande, llevaran personalmente el plan de paz a Putin, en Moscú.
El presidente francés hablando el domingo describió la cumbre de Minsk como una de las últimas posibilidades de alcanzar la paz en el este de Ucrania, donde separatistas prorrusos han batallado contra fuerzas ucranianas durante los pasados 10 meses.
Por lo menos 5.400 personas ha muerto en los combates y miles más han resultado heridas.