Olga M. pasó la primera semana de la invasión rusa escondida con su hijo adolescente en un refugio en Kotsiubynske, un suburbio de Kiev. Cuando el bombardeo se intensificó en la cercana Irpin, huyeron; llegaron a España una semana después.
"Tengo las piernas inyectadas en sangre" por estar parada en los trenes y en las filas, dijo a la Voz de América Olga, quien pidió que no se revelara su apellido para proteger a los miembros de la familia, incluido su esposo, que se quedó atrás.
A lo largo de su terrible experiencia, trató de hablar sobre la guerra con sus padres, que viven en Ekaterimburgo, Rusia.
"¿Por qué estás tan molesta?" recordó que su padre le preguntó el primer día: "Bombardearemos sus bases militares. ¿Qué diferencia hace para ti?".
También lea Ucrania dice que Rusia está cambiando de táctica en Kiev, anticipa ataque ruso en DombásOlga dijo que dejó de hablar con él después de eso, pero mantuvo relaciones con su madre, quien evita hablar de la guerra que ha convertido en refugiados a su hija y su nieto.
El padre de Olga creció en Ucrania pero se mudó a Rusia a mediados de la década de 1970 y se casó con la madre de Olga, una mujer rusa. Olga se casó con un hombre ucraniano y se mudó a Ucrania, pero todavía se considera rusa y mantiene la ciudadanía rusa.
Explica que sus padres no la han visitado en Ucrania desde 2008, insistiendo en que los encarcelarían por hablar el idioma ruso.
"Yo les decía que no era cierto. No hablo ucraniano y todavía no he obtenido la ciudadanía ucraniana", recalcó Olga.
'Narrativas de propaganda'
Por mucho que le duela la comunicación con sus padres, a Olga le resulta peor hablar con sus antiguos compañeros de clase en Rusia.
"Empiezan con simpatía, diciendo que están de mi lado, pero siempre siguen con acusaciones", asegura. "Me dijeron que el gobierno ucraniano entregó 10.000 armas a los ciudadanos y ahora nos disparamos unos a otros".
Solo un miembro de su familia en Rusia, su hermano, no necesita ser convencido. "él sabe que es culpa de Putin", dijo.
Otros residentes de Ucrania con familia en Rusia cuentan historias similares.
Tatiana L., que evacuó con su hija de 17 años al oeste de Ucrania desde Hostomel, una de las ciudades más afectadas cerca de Kiev, describe haber hablado con sus familiares en Moscú y la región de los Urales.
También lea 'Lavado de cerebro militar': televisión estatal rusa vende la narrativa del Kremlin sobre la invasión a Ucrania"Primero, les enviaba mis videos explicando lo que estaba sucediendo en Hostomel. No respondían. Les enviaba videos de Borodyanka, Mariúpol. En la segunda semana de la guerra, me bloquearon", explicó a VOA.
Recordó que le enviaron un mensaje a su madre sobre el precio de las patatas en el Jersón ocupado y lo que parecía una vida agradable bajo la ocupación rusa. "Después de eso, bloquearon a mi mamá", dijo.
Sus parientes de los Urales, dijo Tatiana, le explicaron que el bombardeo fue culpa de los ucranianos. “Nos dijeron que debimos rendirnos para evitar bajas, pero que no lo hicimos porque queríamos ser héroes. Ni siquiera tratan de entender que queremos seguir vivos, vivir en nuestras propias casas, criar a nuestros hijos en paz".
Algunos residentes ucranianos informan que sus familiares en Rusia los escuchan con más simpatía.
Opiniones en evolución
Vladislav, un politólogo de Kiev, dijo a VOA que sus familiares en Moscú entienden claramente lo que está sucediendo.
"El primer día de la guerra, me enviaron un mensaje diciendo que estaban avergonzados", dijo. Los familiares, originarios de Ucrania, conocen los idiomas ucraniano e inglés, siguen los canales de televisión ucranianos y le hacen preguntas. "Nos desean la victoria", observó.
Otros dicen que sus parientes en Rusia están cambiando gradualmente sus opiniones a medida que avanza la guerra.
Olexander, que actualmente se desempeña en defensa territorial en Kiev, habló sobre sus conversaciones con su padre, quien ha vivido en la región de Altai en Rusia durante los últimos 10 años.
"Cuando llamé y le dije que empezó la guerra, me dijo que nos lo merecíamos porque éramos nazis y bombardeamos el Donbás; repetía todos estos mensajes de televisión", dijo.
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“Ahora se calla y me pregunta si tengo un chaleco antibalas, me dice que tenga cuidado”, dijo Olexander a VOA Noticias.
También dijo que creía que su padre había sido fuertemente influenciado por ver imágenes en la televisión ucraniana de soldados rusos muertos y sus tanques demolidos.
"Su canal de televisión militar, Zvezda, transmite que el ejército ruso es tan poderoso como ningún otro", dijo. "Después de ver los tanques destruidos y los soldados muertos, entendió que le estaban mintiendo".
Alex L., un jubilado que pasó tres semanas en Chernihiv, fuertemente bombardeado, antes de evacuar a Alemania, dijo que creía que su prima en Moscú también había cambiado de opinión, pero que no estaba seguro.
"Ella me llamó y me preguntó qué estaba pasando", dijo Alex. "Le dije que nos bombardearon y nos dispararon. '¿Quién te está bombardeando y disparando?' Rusos. 'Te lo estás inventando'. Salí y sostuve mi teléfono con los sonidos de las explosiones. Así y todo me decía que era falso".
Alex explicó que dejó de hablar con su prima, pero se mantuvo en contacto con la hija de ésta, quien entiende lo que está pasando.
"Probablemente su hija la convenció. Ella dice que su madre ahora entiende. Pero están hablando con sumo cuidado. Tienen mucho, mucho miedo", afirmó.
Si bien los ucranianos estaban ansiosos por describir sus conversaciones con sus familiares en Rusia, se negaron a poner a la Voz de América en contacto con ellos. También pidieron que no se revelara su identidad para proteger a sus familiares.
Encuesta cuestionable
Las encuestas de opinión rusas indican que el apoyo a la guerra ha ido creciendo en Rusia a pesar de la falta de progreso militar. El Centro de Investigación de Opinión Pública de toda Rusia informó el 23 de marzo que el 74% de los ciudadanos rusos apoyaba la decisión de "llevar a cabo una operación militar especial en Ucrania", 9 puntos más que en una encuesta del 25 de febrero y 3 puntos desde el 5 de marzo.
Pero Natalia Savelyeva, becaria residente de la Iniciativa Rusia Futura con el Programa de Resiliencia Democrática en el Centro de Análisis de Políticas Europeas, señaló que las encuestas en países autoritarios no son confiables, especialmente durante una crisis como una guerra.
“En las autocracias, los ciudadanos a menudo tienen miedo de responder a las preguntas de los encuestadores, y mucho menos a las preguntas sobre política”, ha escrito. Esa tendencia se ha visto reforzada por una nueva ley que establece largas penas de prisión por cualquier discusión sincera sobre la llamad “operación militar especial de Rusia".
Savelyeva remite a un estudio independiente realizado en Moscú por la organización del líder opositor encarcelado Alexey Navalny, que “demostró que durante la semana del 25 de febrero al 3 de marzo, aumentó el número de personas que culpaban a Rusia por el conflicto y creían que Rusia es un agresor".
También lea ¿Zelenskyy está haciendo que la democracia esté de moda?Cualesquiera que sean las cifras reales, es evidente a partir de las experiencias de los ucranianos con familiares en Rusia que muchos rusos han aceptado la narrativa de la guerra proporcionada por los medios controlados por el Estado, incluso cuando va en contra de lo que les cuentan sus familiares cercanos.
"Una persona rechaza la información que contradice su visión del mundo, lo cual es desagradable. Incluso si esta información proviene de fuentes verificadas, de parientes, de amigos en Ucrania", dijo Maria Snegovaya, politóloga e investigadora de Virginia Tech, un centro de investigación en la universidad en Blacksburg, Virginia.
Ella dijo que las personas a menudo eligen no creer las palabras de los familiares porque de lo contrario sentirían que deben hacer algo. “Este motivo es importante para comprender por qué incluso los liberales en Rusia se niegan a reconocer su responsabilidad por lo que está sucediendo”, dijo.
Peter Pomerantsev, investigador sénior de la Universidad Johns Hopkins y autor de dos libros sobre propaganda, estuvo de acuerdo y dijo que muchos rusos experimentan disonancia cognitiva: creen en cosas que se excluyen mutuamente y tratan de alejar las dudas que los hacen sentir incómodos.
Aun así, dijo, los rusos entienden que su gobierno les miente y pueden ser convencidos si sus parientes ucranianos persisten con un enfoque sensible. “Todos en Rusia tienen dudas”, dijo. “Todos, incluso los más fascistas. Ninguno de ellos confía en su gobierno”.
En una entrevista con la revista The New Yorker, el periodista de investigación ruso Andrei Soldatov, quien se fue de Rusia en 2020, señaló que ya comenzaban a aparecer algunas grietas en el mensaje de la propaganda rusa.
“Hay algunas grietas, pero no se trata de más simpatía hacia los ucranianos. Se trata de más soldados muertos, porque las bajas son realmente grandes en el ejército ruso”, dijo Soldatov.
“Sé por mis parientes en la región del Volga, bastante lejos de Moscú, que ahora en los pueblos pequeños hay personas a las que les han matado a sus hijos en Ucrania”, dijo. “Entonces, la sociedad comenzó a hablar de eso porque hay muchas muertes. Pero desafortunadamente, no veo ninguna simpatía por Ucrania, lo cual es algo muy difícil de decir".
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