El patriarca ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III, ofició este domingo una misa en el Santo Sepulcro de Jerusalén en homenaje a las personas que murieron en la iglesia de San Porfirio, en Gaza, impactada por un misil israelí el pasado 19 de octubre, al tiempo que el Ejército israelí advirtió a los gazaríes se desplacen al sur o serán indentificados como cómplices "de una organización terrorista".
En la iglesia de San Porfirio murieron más de 18 personas de unas 400 que se habían refugiado allí, entre ellos tanto cristianos ortodoxos como musulmanes, que buscaban escapar de los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza. La Iglesia ortodoxa griega de Jerusalén calificó entonces el ataque como un "crimen de guerra".
Teófilo III oró hoy por las víctimas de la guerra entre Israel y Hamás, especialmente por los fallecidos en el bombardeo a la iglesia de San Porfirio, en Gaza. También hizo un llamado por la paz.
"Te pedimos que despiertes el anhelo de una vida pacífica en todos aquellos que están llenos de odio hacia sus vecinos, especialmente los que ahora están en guerra o se preparan para la guerra", de acuerdo con un comunicado del Patriarcado Ortodoxo.
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El oficio religioso se celebró con la presencia de muy pocos fieles. El Santo Sepulcro, en la Ciudad Vieja de Jerusalén y habitualmente lleno de personas, estaba vacío este domingo.
La Voz de América pudo constatar que tras dos semanas de guerra entre Israel y Hamás, la Ciudad Vieja de Jerusalén vuelve a la normalidad, aunque sus calles, habitualmente llenas de turistas y peregrinos, permanecen hoy casi desiertas.
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Muchos comercios están cerrados ante la ausencia de visitantes, el bullicio habitual desapareció y reina el silencio, mientras los comerciantes del barrio árabe no se sienten seguros, por lo que abren sus comercios solo unas pocas horas al día.
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“Tengo miedo, están muriendo muchos palestinos estos días. Yo antes cerraba mi tienda a las 9:00 de la noche y ahora cierro a las 4:00 pm. Da igual, no hay clientes, no hay turistas, nadie compra nada”, lamentó este domingo el dueño de una tienda de souvenirs en la Vía Dolorosa, que prefirió no revelar su nombre ni ser fotografiado.
No es el único. Este domingo en la Ciudad Vieja de Jersusalén, los pocos comerciantes que mantienen abiertos sus negocios se muestran nerviosos y declinan a cualquier pregunta de reporteros.
A la vez, la policía local y fronteriza de Israel mantienen un estricto control en los accesos a la amurallada Ciudad Vieja de Jerusalén. En la Puerta de Damasco, principal acceso al barrio árabe del enclave, militares israelíes revisan a los palestinos antes de dejarlos entrar.
Limitados los suministros para Gaza y más tensión en la Franja
El Ejército de Israel se prepara para un ataque terrestre, después de los bombardeos a la Franja de 54 kilómetros que comenzaron después del ataque de Hamás el 7 de octubre.
Más de un millón de personas vivían en el norte de la Franja de Gaza y cientos de miles de ellos han ido hacia el sur para proteger sus vidad en refugios temporales.
Los residentes de Gaza recibieron desde el sábado la advertencia de irse al sur en panfletos lanzados desde el aire y marcados con el logotipo militar israelí, y en mensajes telefónicos automatizados enviados a personas de todo el enclave.
"Quien decida no abandonar el norte de Gaza hacia el sur del río Habesor podría ser identificado como cómplice de una organización terrorista", decía el texto.
A la vez, las agencias humanitarias siguen advirtiendo sobre una eventual catástrofe dado que los hospitales en Gaza están funcionando casi sin combustible, limitando el uso de incubadoras y otros equipos críticos.
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Los primeros suministros de ayuda llegaron el sábado después de dos semanas de guerra, pero siguen siendo limitados, de acuerdo con las agencias humanitarias. Los suministros que llegaron el sábado en un primer convoy de 20 camiones de ayuda comenzó a distribuirse el domingo, pero no estaba claro si un segundo convoy, algo más pequeño, llegaría a Gaza tras entrar por el paso fronterizo de Rafah.
"No queremos comida ni dinero. Queremos que termine esta guerra. Queremos que cese la muerte y este bombardeo ciego de civiles", dijo a Reuters Mohammad Maher, de 40 años, que huyó al sur desde la ciudad de Gaza, en el norte.
Los suministros que podrían llegar el domingo no incluirán combustible, dado que el ejército israelí quiere impedir que pueda ser utilizado por Hamás.
La agencia de Naciones Unidas para los palestinos, UNRWA, dijo que se quedaría sin combustible en tres días. "Sin combustible no habrá agua, ni funcionarán los hospitales ni las panaderías", afirmó.
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[Contiene información de Reuters]
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