Uruguay elige a su presidente

  • Federica Narancio

Astori y Mujica dijeron a los medios internacionales que le darán "continuidad" al gobierno de Tabaré Vázquez.

Hay cerca de 2,56 millones de uruguayos que votarán el domingo entre un candidato de izquierda, José “Pepe” Mujica, y un candidato conservador, Luis A. Lacalle. Las encuestas dan como favorito a Mujica.

Cerca de 2,56 millones de uruguayos, mayores de 18 años, votan entre un gobierno de izquierda, representado por el candidato José “Pepe” Mujica del Frente Amplio, y un gobierno de centro-derecha, que sería encabezado por el candidato Luis A. Lacalle, del Partido Nacional.

Los dos candidatos son muy distintos entre sí y según politólogos, tienden a polarizar las opiniones en Uruguay. Prueba de ello es que sobre todo en la primera vuelta, Lacalle y Mujica se propiciaron duros ataques y revolvieron temas del pasado que a ninguno de los dos le convenía reflotar.

En el caso de Mujica, su pasado de guerrillero tupamaro y en el caso de Lacalle, los actos de corrupción que se produjeron durante su gobierno (1990-1995).

Pese a los ataques, los dos candidatos dieron un vuelco hacia el centro a lo largo de la campaña electoral.

Lacalle dijo en una entrevista con la Voz de América que veinte años después de ejercer la Presidencia, es un hombre más sabio y “seguramente” más humilde. Prefirió no definirse como de centro-derecha, y dijo que pertenece “al Partido Nacional”.

También admitió errores durante su gestión que no volvería a repetir si llegara al poder, tal como implementar reformas importantes sin antes “preparar a la opinión pública”.

El candidato reconoció en actos y a medios de prensa algunos de los logros obtenidos por el actual presidente del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, tal como el Plan Ceibal de entregarle una laptop a todos los niños de las escuelas públicas, y dijo que como presidente intentaría mejorar aún más este programa y extenderlo a los niños de las escuelas privadas.

Los principales pilares de su programa de gobierno son la seguridad pública, que según Lacalle es el mayor déficit del gobierno del Frente Amplio, mejorar el sistema educativo público, aliviar el impuesto a los sueldos y eliminar el impuesto a las jubilaciones.

Con respecto a la política exterior, Lacalle dijo que no se alinearía ideológicamente con ningún vecino de la región puesto que defendería los intereses del Uruguay.

Según el candidato, aplicaría “más firmeza” para que se cumplan los laudos a favor de Uruguay que dictó el Tribunal Arbitral del Mercosur. También sería más firme en la resolución del conflicto por la papelera finlandesa Botnia con Argentina. Dijo, además, que reimpulsaría la firma de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Mujica, un ex guerrillero de 74 años que ocupó el cargo de ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca durante el gobierno de Tabaré Vázquez, buscó transmitirle confianza a empresarios, inversores y opositores a lo largo de la campaña electoral de que adoptará una línea más moderada en caso de llegar a la presidencia.

Mujica dijo en una conferencia de prensa con medios extranjeros que le daría continuidad al gobierno del presidente Tabaré Vázquez, un socialdemócrata.

Su modelo a seguir en la región, según dijo reiteradas veces, es el gobierno del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, pese a que algunos cuestionan su supuesta cercanía con Hugo Chávez, de Venezuela.

Con respecto al conflicto con Argentina por las papeleras, adoptaría una posición más conciliadora y “aislaría” el conflicto para no dañar las relaciones bilaterales.

En cuanto a sus políticas económicas, tanto Mujica como su compañero de fórmula, Danilo Astori, dijeron que buscarían mejorar las reformas implementadas por el gobierno del Frente Amplio, mantener la estabilidad macroeconómica, mantener el secreto bancario en Uruguay, incentivar las inversiones y asegurar que haya responsabilidad fiscal.

Otro de los objetivos de su gobierno, según Mujica, es luchar contra la desigualdad en Uruguay, porque pese a que es el país que históricamente mejor “repartió” en América Latina, está dentro de la región que peor reparte.

Las principales encuestadoras del país estimaron que el candidato frenteamplista obtendrá entre 49,1 y 50 por ciento de los votos y su contrincante, Lacalle, entre un 41 y un 42 por ciento. De ganar las elecciones, Mujica contaría con mayoría parlamentaria, que obtuvo en la primera vuelta electoral en octubre.