El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ha ordenado la movilización de 73.000 soldados para garantizar el cumplimiento del confinamiento de la población en su lucha contra el coronavirus. La medida es sin precedentes en la historia moderna del país e incluye a soldados activos, reservistas y tropas auxiliares.
“Su misión es salvar vidas”, le dijo Ramaphosa a los soldados en un discurso a finales de marzo cuando empezó el confinamiento. “No somos el único país librando una guerra contra un enemigo invisible, el coronavirus. En ustedes, nuestro pueblo tiene un mecanismo de defensa”.
A lo largo y ancho de África, las fuerzas de seguridad están siendo llamadas para sellar fronteras, hacer cumplir confinamientos y mantener el orden. Las medidas son vistas con opiniones encontradas en un continente donde, a través de la historia, las fuerzas policiales y militares han sido usadas para controlar a la población civil, no para protegerlas.
Ya se han producido incidentes de violencia. El 12 de abril, soldados de la Fuerza Nacional de Defensa de Sudáfrica fueron acusados de matar a golpes a un hombre en Alexandra, al norte de Johanesburgo. El hombre supuestamente estaba violando el toque de queda al estar tomando licor en la calle.
Fue la novena persona muerta en abril por las fuerzas armadas sudafricanas, según el diario Sunday Independent, un periódico de la provincia de Gauteng.
John Siko, el director de Burnham Global, una firma de consultoría basada en Dubai, dice que la mayoría de los militares en África no tienen entrenamiento para mantener “el orden público”. Los entrenamientos de infantería que enseñan a las tropas a dominar al enemigo o para retomar el control de un territorio, podría traer consecuencias trágicas cuando se aplican a la población civil.
“Cuántos lugares están enviando a tipos a campamentos pobres o asentamientos informales, posiblemente con balas reales. No se necesita de mucho para desatar un verdadero desastre aquí”, dijo Siko a la Voz de América.
Siko indicó que las fuerzas armadas necesitan más entrenamiento para misiones que puedan requerir de control de multitudes u otras tareas civiles. Algunos militares en el continente que gozan de mucha experiencia en el mantenimiento de la paz crean comunidades falsas con actores pagados para poner a prueba la capacidad de restricción de los soldados, antes de movilizarlos.
“Hay mucho deseo y necesidad de entrenamiento para mantener el orden público y asegurarse que los soldados respondan bien, desde el punto de vista de derechos humanos, cuando esto ocurra”, dijo Siko.
El doctor Cyrus Shahpar, médico y director del equipo Prevengamos Epidemias, de Resolve to Save Lives, una organización global con presencia en África, está de acuerdo. Dijo que los militares tienen ciertas capacidades que pueden ser útiles, cuando se les moviliza con los sistemas de salud pública.
“La mayoría de los militares, cuando se involucran en desastres, no están bien entrenados en enfermedades infecciosas”, dijo. “Es importante que haya entrenamiento si los militares se van a involucrar a defender a los mismos militares también, que ellos entiendan los riesgos de involucrarse en una situación con una enfermedad contagiosa. Y todo eso es basado en la ciencia”.
Siko dijo que los entrenamientos extranjeros por lo general se enfocan en los militares, pero que también se necesita apoyo para ayudar a las fuerzas policiales para cuando se les pide que interactúen con civiles.
“Pienso que las próximas semanas serán críticas”, dijo Siko. “Desafortunadamente creo que es un poco tarde para que donantes occidentales puedan tener mucho impacto aquí. Pero tiene que ser algo estratégico y de largo plazo. Esto es algo que creo que Washington y otros deben considerar con miras al futuro”.
También lea Presidente de OMS: Vacuna o tratamiento deberán ser “accesibles, seguros, efectivos y fáciles de administrar”La Casa Blanca dice que el presidente Trump habló con Ramaphosa el jueves. La oficina de Prensa no mencionó la movilización de tropas sudafricanas, diciendo sólo que Trump le ofreció ayuda adicional a Sudáfrica para combatir la pandemia.