Una reliquia fue el regalo que el Vaticano envió este año como obsequio a la humilde población de Belén, la que según la tradición cristiana vio nacer a Jesús.
El tesoro es un pequeño trozo de madera, del que se cree fue parte del pesebre donde nació el Niño Dios.
"Nuestro sentimiento está lleno de alegría. Estamos orgullosos de que parte del pesebre haya vuelto a Belén porque sentimos que el alma de Dios está con nosotros más que antes", la residente de Belén, Chris Gaicaman.
"Esto es para asegurar nuestra existencia como cristianos en Belén. Esperamos que todo el pesebre regrese a Belén", afirmó.
La pieza de madera que los católicos consideran sagrada, fue certificada, entre otros, por el Instituto Pontificio del Centro Notre Dame, ubicado en Jerusalén.
La entidad actuó también como testigo en el envío de la reliquia.
El alcalde de Belén, Anton Salman, explicó la importancia de la reliquia: "Tras su nacimiento, Jesús durmió en este pesebre durante días porque no había otras opciones para él o para que Santa María pusiera al niño. Pero para protegerlo, ella lo puso en ese pesebre, que era utilizado como un lugar para alimentar a los animales".
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Mientras en Jerusalén la Navidad se celebra este año con esta reliquia, en el Vaticano, un majestuoso árbol de 26 metros de altura da la bienvenida a los miles de feligreses que todo el mes a Roma para celebrar la fiesta del mundo católico.
Al lado del árbol, un enorme pesebre conmemora la tradición que comenzó siglos atrás por iniciativa de uno de los Santos más queridos de la iglesia, San Francisco de Asís, y que sigue viva en todo el mundo.
Y justo desde el corazón del mundo católico, su máximo líder, el Papa Francisco, envió un mensaje a los miles de millones de feligreses que recuerda que el verdadero amor no se expresa con costosos regalos, y que lo material está muy alejado del verdadero significado de la Navidad.
"Queridos hermanos y hermanas, el consumismo es un virus que afecta a la fe en su raíz, porque les hace creer que la vida depende únicamente de lo que se posee", dijo el Sumo Pontífice.
A la vez invitó a los creyentes a reflexionar sobre el pesebre, pobre materialmente, pero lleno de verdadero amor, donde se encuentra el auténtico sentido de la Navidad.
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