Un profesor de genética de la Universidad de California dice haber hallado la forma de medir con exactitud el envejecimiento, lo que en un futuro podría tal vez ayudar a retrasarlo.
La tan anhelada fuente de la juventud podría encontrarse en el ADN, según un nuevo estudio que arroja más luz sobre el reloj biológico en nuestros genomas, por qué nuestros cuerpos envejecen y cómo podría disminuirse la velocidad de ese proceso.
El profesor de genética de la Universidad de California, Steve Horvath, dice haber creado una nueva herramienta capaz de medir con exactitud el envejecimiento.
“Básicamente, he desarrollado una forma de predecir la edad en base al ADN”, indicó.
Horvarth y un grupo de colegas tomaron 8 mil muestras de organismos saludables y enfermos, de todas las edades, para medir los niveles del proceso epigenético (de alteración genética) denominado metilación (methylation) que modifica químicamente al ADN.
Según el científico, a partir de los 20 años el reloj epigenético se desacelera a un ritmo constante, e incluso gracias a la investigación se determinó que las células cancerosas son como promedio 36 años más viejas que los tejidos sanos.
El estudio logró establecer que algunas células envejecen más rápidamente que otras. Por ejemplo, el corazón humano como promedio es 12 años más joven que su edad cronológica, y los tejidos mamarios de una mujer saludable envejecen a mayor velocidad que el resto de su cuerpo.
Eso explicaría por qué el cáncer de seno es el más común entre las mujeres. Pero la ventaja del estudio, dijo Horvarth, es que los investigadores “ahora pueden comparar las edades de diferentes tejidos y órganos de un mismo individuo”.
“Por supuesto que desde hace mucho tiempo hay la esperanza de hallar terapias o sustancias que nos mantengan jóvenes—añadió—y si este reloj epigenético mide el proceso que causa el envejecimiento, entonces tendremos una herramienta que nos permitirá evaluar compuestos que nos mantengan jóvenes”.
El profesor de genética de la Universidad de California, Steve Horvath, dice haber creado una nueva herramienta capaz de medir con exactitud el envejecimiento.
“Básicamente, he desarrollado una forma de predecir la edad en base al ADN”, indicó.
Horvarth y un grupo de colegas tomaron 8 mil muestras de organismos saludables y enfermos, de todas las edades, para medir los niveles del proceso epigenético (de alteración genética) denominado metilación (methylation) que modifica químicamente al ADN.
Según el científico, a partir de los 20 años el reloj epigenético se desacelera a un ritmo constante, e incluso gracias a la investigación se determinó que las células cancerosas son como promedio 36 años más viejas que los tejidos sanos.
El estudio logró establecer que algunas células envejecen más rápidamente que otras. Por ejemplo, el corazón humano como promedio es 12 años más joven que su edad cronológica, y los tejidos mamarios de una mujer saludable envejecen a mayor velocidad que el resto de su cuerpo.
Eso explicaría por qué el cáncer de seno es el más común entre las mujeres. Pero la ventaja del estudio, dijo Horvarth, es que los investigadores “ahora pueden comparar las edades de diferentes tejidos y órganos de un mismo individuo”.
“Por supuesto que desde hace mucho tiempo hay la esperanza de hallar terapias o sustancias que nos mantengan jóvenes—añadió—y si este reloj epigenético mide el proceso que causa el envejecimiento, entonces tendremos una herramienta que nos permitirá evaluar compuestos que nos mantengan jóvenes”.