Vendedores de ilusiones

La televisión alimenta nuestros sueños de un día ser la estrella de fútbol detrás de la pantalla.

Los anuncios comerciales no sólo ayudan con el patrocinio de los eventos deportivos, también crean la ilusión de un día ser estrellas.

Los recuerdos de las diferentes Copas del Mundo, siempre quedan asociados a los comerciales de televisión, y en ese sentido, la estadounidense Coca Cola, la gaseosa más popular del mundo, siempre se ubica en el podio de los tres mejores comerciales en cada país.

Sin embargo, a través de los años, con excepciones, siempre hay un hilo conductor común entre los comerciales más destacados: es que junto al producto se vende la ilusión de ser una estrella de fútbol.

Claro que los millonarios contratos representan un atractivo inmenso para mantener pegados al televisor a aquellos millones que sueñan con convertirse en futbolistas profesionales. O incluso, el de los padres –y hasta algunas madres- que ven en sus hijos recién nacidos, o incluso en algunos adolescentes poco atléticos y que son inmensamente mejores para las matemáticas que para jugar como volante de armado en el Manchester United.

Pero quien se resiste, frente al televisor, a no encontrar parecidos entre el ahijado y la forma en que corre el mexicano del Barcelona, Rafa Márquez, o porque se parece a Kaká en la forma en la que se arregla el cabello, y quien sabe, quizás ese niño o joven sentado frente al televisor, sea la estrella del centenario de los mundiales, en el 2030.

Por las dudas, habrá que estar al tanto como se negocian los contratos.