Un inmigrante venezolano fue condenado a cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional, por asesinar a una estudiante de enfermería en Georgia, un caso que avivó el debate nacional sobre la inmigración durante la contienda presidencial de este año.
Jose Ibarra fue acusado de asesinato y otros delitos en la muerte de Laken Riley en febrero, y el veredicto de culpabilidad fue alcanzado el miércoles por el juez H. Patrick Haggard del Tribunal Superior del condado Athens-Clarke. Ibarra, de 26 años, había renunciado a su derecho a un juicio por jurado, lo que significa que Haggard solo escuchó y decidió el caso.
La familia y los compañeros de cuarto de Riley lloraron al leerse el veredicto. Ibarra no reaccionó visiblemente.
El asesinato añadió combustible al debate nacional sobre la inmigración cuando las autoridades federales dijeron que Ibarra ingresó ilegalmente a Estados Unidos en 2022 y se le permitió permanecer en el país mientras seguía su caso de inmigración.
Trump y otros republicanos a menudo citaron el asesinato de Riley para afirmar falsamente que los migrantes que cruzaron ilegalmente la frontera sur eran responsables de una ola de crímenes violentos, parte del argumento del presidente electo a favor de políticas fronterizas más estrictas y deportaciones agresivas.
"¡JUSTICIA PARA LAKEN RILEY! El ilegal que mató a nuestra querida Laken Riley acaba de ser declarado CULPABLE de todos los cargos por sus horribles crímenes", escribió Trump en su sitio de redes sociales Truth Social.
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El juicio comenzó el viernes, y los fiscales llamaron a más de una docena de oficiales de la ley, compañeros de cuarto de Riley y una mujer que vivía en el mismo apartamento que Ibarra. Los abogados defensores llamaron a un oficial de policía, un corredor y uno de los vecinos de Ibarra el martes y cerraron su caso el miércoles por la mañana.
La fiscal Sheila Ross le dijo al juez que Ibarra se encontró con Riley en un sendero boscoso, mientras ella corría en el campus de la Universidad de Georgia el 22 de febrero y la mató después de que ella se resistió a sus esfuerzos por violarla. Riley, de 22 años, era estudiante de enfermería en la Universidad de Augusta, que también tiene un campus en Athens a unos 115 kilómetros (70 millas) al este de Atlanta.
En su alegato final, la fiscal Sheila Ross calificó de "abrumadoras" las pruebas contra Ibarra, incluido el ADN bajo sus uñas que las autoridades relacionaron con la acusada, arañazos en el cuerpo e imágenes de vídeo de un hombre que coincidía con su descripción arrojando una chaqueta ensangrentada a un contenedor poco después del asesinato.
Los abogados defensores argumentaron que las pruebas eran circunstanciales y que no podían descartar a otro agresor.
Los padres de Riley, compañeros de cuarto y otros amigos y familiares llenaron la sala del tribunal durante todo el juicio.
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[Con información de AP y Reuters]
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