Vecinos de la localidad de Pueblo Nuevo en San Cristóbal, capital del estado Táchira, protestaron la madrugada de este lunes contra la implementación de máquinas captahuellas para controlar la compra de alimentos y medicinas.
La emisora Unión Radio reportó que la Guardia Nacional disparó perdigones y bombas lacrimógenas contra varios edificios ubicados en la Residencia San Cristóbal.
Un video aficionado captó el momento en el que dos vehículos blindados de la Guardia Nacional irrumpieron contra la reja de un estacionamiento hasta casi derribarla, lanzando al mismo tiempo bombas lacrimógenas.
Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, la agrupación gremial de empresarios de Venezuela, calificó esta protesta como “un primer paso del descontento de la gente” ante la medida del gobierno del presidente Nicolás Maduro que controlará la cantidad y frecuencia con la que podrán comprar alimentos, medicinas, productos de higiene personal y otros que considere necesario incluir.
El presidente ha dicho que así acabará con el contrabando de extracción, que según él es el causante del desabastecimiento y la escasez.
“Esto es un tarjeta de racionamiento, moderna, pero tarjeta de racionamiento al fin”, dijo Roig a la Voz de América, al señalar que con este sistema biométrico de control el gobierno “ataca las consecuencias y no las causas de la escasez”.
El sector privado no está de acuerdo con los controles que pretende imponer el gobierno de Maduro, según Roig.
“El Estado debe intervenir para corregir las desviaciones macroeconómicas. Le auguro poco éxito a los captahuellas como mecanismo para controlar el desabastecimiento”, agregó.
Analistas económicos proyectan que de cada 100 productos, 62 no se consiguen en los anaqueles de los comercios en Venezuela.