Mientras el mundo lucha por contener el aumento de los precios, Venezuela, donde la hiperinflación ha producido un éxodo de millones de personas, intenta frenarlo, y de manera inesperada.
El gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha buscado desacelerar la inflación con herramientas de políticas ortodoxas, según cinco fuentes familiarizadas con las decisiones, y en medio de un aumento de los ingresos petroleros.
La estrategia se ha enfocado en la estabilidad del tipo de cambio que ocurre mediante el aumento de la oferta de divisas en efectivo en la banca local y la limitación de la expansión del crédito y el gasto público, agregaron las fuentes.
La inflación anualizada hasta mayo fue 167%, según datos del Banco Central, y aún se encuentra entre las más altas del mundo. Pero desde septiembre la inflación se ha desacelerado a tasas mensuales de un dígito, en un país donde los precios llegaron a subir en 130.000% en 2018, de acuerdo con la información oficial.
En mayo, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien también es ministra de Finanzas desde 2020, dijo una en reunión con empresarios: "Hemos salido de la hiperinflación. Es una enfermedad terrible".
Venezuela estuvo durante casi dos décadas bajo un modelo estatal de controles que llevó al colapso económico y los altos precios. En 2019, el gobierno flexibilizó esas regulaciones permitiendo mayores transacciones en divisas, sin embargo, la medida todavía no ha sido suficiente para una recuperación total de la economía, según los analistas.
Por un mayor flujo de ingresos petroleros, el Banco Central ha duplicado la oferta semanal de divisas en efectivo en la banca local. El emisor ofreció a los bancos unos 1.300 millones de dólares en el primer semestre, una cantidad que supera a todo lo ofertado en 2021, que fue cerca de 1.000 millones de dólares, según cálculos de la firma local Síntesis Financiera.
En la primera mitad del año, la moneda local, el bolívar, se depreció 18%, cuando en igual lapso de 2021 la caída fue del 50%.
Pero algunos son escépticos frente a las medidas.
El gobierno "tiene una política de estabilizar el tipo de cambio a cualquier costo, lo que también incluye pérdida de reservas internacionales", dijo José Guerra, economista y director del Observatorio Venezolano de Finanzas.
La vicepresidenta Rodríguez, sin experiencia significativa en economía antes de ser ministra de Finanzas, ha sido asesorada por un grupo de exfuncionarios ecuatorianos, dijeron las fuentes. Esas personas, que fueron parte de la administración del expresidente de Ecuador, Rafael Correa, han ayudado al gobierno de Venezuela a lograr una mayor disciplina fiscal, agregaron las fuentes.
El Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Comunicación y el Banco Central no respondieron a solicitudes de comentarios.
Rodríguez y sus asesores, para garantizar la estabilidad cambiaria, no sólo se centran en elevar la oferta de dólares, también controlan el gasto público y el crédito bancario.
La liquidez, o dinero en circulación, ha crecido menos que en otros períodos, y el ajuste del gasto lo han sentido los empleados públicos, cuyos sueldos han subido una sola vez este año, ampliando así las brechas salariales entre los trabajadores públicos y privados.
El crédito también tiene restricciones, porque el emisor obliga a los bancos a inmovilizar 73% de sus depósitos, por lo que son pocos los fondos disponibles para prestar al sector industrial, dijeron dos fuentes. "Los préstamos son mínimos para proyectos nuevos y así no crecerá la economía", agregó Guerra.
"Es una medida para evitar presiones en el dólar, para protegernos", dijo en julio el ministro de Industria, Hipólito Abreu, en respuesta a las solicitudes de los empresarios sobre la revisión de los límites de los préstamos.
Al tiempo que se imponen medidas restrictivas, Maduro también busca elevar los ingresos con nuevos impuestos como el de las transacciones en divisas y promover más el uso del bolívar, bajo la dolarización.
El tributo a los transacciones financieras ya ha tenido efectos. Una medición de la firma local Ecoanalítica calculó que en marzo el 48% de los pagos de bienes en Caracas se hicieron en divisas. En octubre era del 59%.
"Con el impuesto se busca fortalecer el uso de la moneda local, recuperar la confianza, así como se ha logrado estabilizar el tipo de cambio", dijo el diputado oficialista, Ramón Lobo.
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