El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó al opositor Henrique Capriles, de “articular a paramilitares con maleantes, narcotraficantes, para hacerle daño al pueblo y crear el caos”.
Capriles se reunió con el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, a quien pidió designe observadores para las elecciones legislativas de diciembre.
"Las posiciones del Gobierno son indefendibles, por eso está encerrado, no quiere que vaya la OEA”, aseguró Capriles tras reunirse con Almagro, en Washington, donde está la sede de la institución.
“El gobierno debería ser el primer interesado para garantizar que sean los venezolanos quienes decidan el futuro del país", agregó Capriles.
Pero desde Venezuela, Maduro dijo que la visita de Capriles tuvo como objetivo "pedir la intervención gringa [y] la intervención de la OEA".
"Ellos piensan, así lo piensan en Washington y sus representantes en Venezuela, que así Venezuela va a implosionar, que vamos a explotar en mil pedazos y se va a acabar la patria y la revolución bolivariana", añadió.
Maduro también arremetió contra la OEA, de la que dijo “no sirve para nada” y contra Almagro, a quien no mencionó por nombre, al decir que en la secretaría general de la Organización “hay un maleficio” que convierte a esa instancia en "una guarida de conspiración contra los procesos progresistas nobles, revolucionarios y auténticamente populares".
El Consejo Nacional Electoral no parece contemplar la solicitud de observadores electorales de la OEA ni de la Unión Europea, como pide la oposición, pero si ha aceptado en el pasado el “acompañamiento electoral” de Unasur, un organización más cercana y amistosa con Caracas.