Colaboración a distancia por la salud de Venezuela

A mano izquierda la doctora Gabriela Blohm le muestra a los estudiantes de la Incubadora Venezolana de la Ciencia una muestra de un paciente con Zika.

A pesar de la distancia, la falta de electricidad y recursos, dos doctores uno desde Barquisimeto en Venezuela y otro desde Gainesville en Florida se las ingeniaron para continuar con estudios epidemiológicos en esa ciudad, además de capacitar a estudiantes en el uso de laboratorio e identificación de enfermedades transmitidas por el mosquito.

Desde 2016, el Ministerio del Poder Popular para la Salud, en Venezuela, no publica un reporte epidemiológico del país. La crisis socioeconómica y política, además de la falta de recursos, ha causado un deterioro de la infraestructura pública de salud, dicen los expertos.

“No podemos levantar un teléfono porque no hay luz, no podemos poner una orden para un reactivo o para cualquier cosa que necesitamos porque no tenemos el proveedor, porque tenemos un cerco financiero, porque tenemos hiperinflación”, señala el doctor Alberto Paniz-Mondolfi, director académico de la Incubadora Venezolana de la Ciencia.

“El reto esencial de hacer ciencia en Venezuela, es hacer ciencia en un país donde no existe la méritocracia, hacer ciencia en un país en donde se ha ejercido un férreo control social, en donde la mínima pizca de conocimiento es simplemente conspiración", dijo el doctor Paniz-Mondolfi en entrevista con la Voz de América.

A raíz de las dificultades, el doctor Paniz-Mondolfi y la doctora Gabriela Blohm pusieron en marcha un proyecto que tenía como propósito continuar el estudio científico de enfermedades que se transmiten por la picadura del mosquito, como el Zika, el dengue y la chikungunya, con muestras que se enviaban desde Barquisimeto a la Universidad de Florida en Gainesville.

“La colaboración tuvo sus principios durante la epidemia del Zika en Venezuela en 2016. Nosotros queríamos saber si el virus había llegado a Barquisimeto y también queríamos saber sobre el virus, se sabía muy poco en aquella época y todavía hoy es muy difícil hacer la confirmación en el laboratorio”, explicó la doctora Gabriela Blohm especializada en enfermedades vectorizadas por mosquito.

En un principio, el equipo de la Incubadora Venezolana de la Ciencia logró enviar desde Barquisimeto a Gainesville un cargamento de muestras de pacientes que presentaban síntomas de zika ya que no se podían analizar en Venezuela, el análisis se iba a realizar en Estados Unidos como parte del programa de intercambio.

“Con mi compañera Blohm nos atrevimos un poco a soñar en un proyecto de cambio o un motor de cambio que tuviera como eje principal la ciencia, pero a la vez una ciencia aplicada que no perdiera la perspectiva del paciente y la aplicabilidad social dado en el contexto en el que ya veíamos a Venezuela transitar”, señalo el doctor Paniz-Mondolfi.

Sin embargo, ese “sueño”, como lo describió el doctor Paniz-Mondolfi prontamente se vio interrumpido, según los científicos, el gobierno de Venezuela no permitió un segundo envío.

“El impacto de no tener estos recursos es que el paciente no termina sabiendo cuál fue la enfermedad que le dio. Es muy difícil saber qué tipo de tratamiento se le puede dar al paciente y diseñar intervenciones para evitar la transmisión de la enfermedad”,describe la doctora Gabriela Blohm en entrevista con la Voz de América.

Además de no tener recursos, ni equipo y sin personal especializado en Venezuela, la tarea de poder examinar muestras o llevar a cabo estudios en el país continúa siendo muy difícil, señala el doctor Paniz-Mondolfi.

“El éxodo del personal médico y el éxodo de personal científico es una de las cosas que más se ha hecho sentir. Los laboratorios y los centros de investigación y los grandes centros académicos y universidades del país están desoladas, el panorama es desolador”.

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Colaboración a distancia por la salud de Venezuela

“Resiliencia como herramienta de supervivencia de la ciencia”

Como alternativa los doctores Blohm y Paniz-Mondolfi se idearon una metodología didáctica y tecnológica para continuar con la capacitación de personal médico en Venezuela. Ellos señalan que pese a las circunstancias por las cuales está atravesando el país, la falta de electricidad y de recursos, es vital continuar con este estudio.

“Es un panorama epidemiológico que no da cabida al aburrimiento y por el calibre de las enfermedades tampoco da cabida a bajar la guardia. Si tenemos un sistema de salud pública que está desatendido, pues somos nosotros los llamando a atenderlo”. Distinguió el doctor Paniz-Mondolfi a la Voz de América.

Ambos científicos utilizan aplicaciones como WhatsApp y Skype para comunicarse frecuentemente. Para la doctora Blohm es importante mostrarles los avances de su investigación a los estudiantes en Barquisimeto, Venezuela.

“Yo les mando fotos de efectos psicopáticos interesantes que veo, también he grabado videos para que puedan imaginarse cómo funciona este laboratorio aquí en la Universidad. A través del intercambio de información, a veces me preguntan si puedo correr una prueba adicional”. Manifestó la doctora Blohm.

Aprendizaje que aunque los estudiantes no puedan poner en práctica, si aprenden según el doctor Paniz-Mondolfi, la teoría de las técnicas. “Si alguno de nuestros estudiantes llegará al laboratorio de Gaby en Estados Unidos probablemente no tendría mayor dificultades de ponerse los guantes y agarrar las pipetas, yo creo que en menos de 24 horas tendrán las destrezas para empezar a correr los experimentos”.

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Dominando la teoría de las técnicas en Venezuela

Para Luis Alfredo Pérez García, estudiante de medicina, la colaboración con la doctora Blohm ha sido esencial para estudiar su carrera. “En las conversaciones que hemos tenido con ella a lo largo de estos años, ella nos ha servido como puente en el área de virología, específicamente en el area de arbovirosis, como zika, dengue, fiebre amarilla. Con ella hemos aprendido acerca de cultivos celulares y tipos de diagnóstico”.

Ambos científicos esperan poder recaudar fondos para eventualmente construir un laboratorio totalmente equipado en Barquisimeto, Venezuela. Mientras tanto el doctor Paniz-Mondolfi señala que el trabajo de ambos no se detiene.

“Somos una de esas herramientas que están ayudando a la construcción de ese sueño que tenemos, que es una Venezuela distinta”.