El impacto de la pandemia no tiene nacionalidad ni fronteras. Una situación que bien reflejan los migrantes venezolanos que, en los últimos años, se han asentado en Colombia, en la búsqueda de ingresos y una mejor calidad de vida.
Sin embargo, muchos o ninguno de ellos contaban con una situación que los dejaría en la calle o, mucho peor, los obligaría a retornar a su país aún en crisis: la pandemia por la COVID-19.
A propósito, la Voz de América conversó con Jozef Merkx, representante de ´la Agencia para Refugiados de la ONU (ACNUR), en Colombia, sobre cómo durante la pandemia se ha visto agravada la situación económica de migrantes venezolanos que, en su mayoría, viven de labores informales. Por esta y otras razonos han debido buscar refugios improvisados, caminar a la frontera o viajar en buses ilegales para poder regresar a su país.
VOA: ¿Cuál es el diagnóstico actual de la situación de migrantes y refugiados venezolanos en Colombia?
Jozef Merkx: En Colombia, estamos hablando de más de 1.8 millones de refugiados y migrantes de Venezuela. En muchos años ya habían llegado personas de Venezuela, pero ahora estamos obviamente con la crisis de COVID-19 y muchos refugiados y migrantes han perdido sus trabajos, ya no tienen ingresos, están sin medios de vida y eso ha causado una situación muy crítica para la gran parte de la población migrante y refugiada, hasta el punto que algunos han decidido también retornar a Venezuela.
Según las cifras de Migración Colombia, estamos hablando de 75.000 venezolanos que ya han retornado a Venezuela en los últimos dos, tres meses. Pero comparado con el gran número que ya están aquí, es un porcentaje relativamente pequeño. Son 4 – 5% por ciento y justamente estamos, entre varias agencias, trabajando aquí también para abordar las necesidades que tiene el otro 95 por ciento.
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Este retorno voluntario de venezolanos hacia sus país, ¿representa otra fase de la migración?
Muchos quieren volver porque están justo en esta situación de desesperación. Muchos venezolanos en Colombia estaban enviando remesas a Venezuela, a sus familiares, por la crisis que vive el país vecino y tampoco lo pueden hacer en este momento. Entonces, los que ya perdieron su trabajo, que ya no tiene ingresos, varias familias venezolanas han sufrido desalojos porque no podían pagar sus alquileres. Entonces, ellos no ven otra opción que retornar.
Pero, de nuevo, es un grupo relativamente pequeño. Está continuando el retorno, pero desde la semana pasada también hay más restricciones para cruzar la frontera a Venezuela y eso también afecta todo el flujo de retorno.
A propósito... Por un lado, los migrantes perdieron sus empleos en Colombia y, por el otro, regresar a su país se ha convertido en un calvario. ¿Se puede decir que están en un callejón sin salida?
Es cierto que la gente está en una situación muy, muy complicada, muy crítica. Lamentablemente, hemos visto desalojos en Colombia, aunque hay un decreto prohibiendo estos desalojos, y justo es eso que estamos también trabajando con la Defensoría del Pueblo, con la Procuraduría, para apoyar a las personas para que puedan quedarse en sus habitaciones, sus apartamentos, hasta el final de la cuarentena. Pero, es cierto que mucha gente no puede pagar el alquiler, no tiene ingresos mínimos para comprar sus bienes, sus necesidades, sin comida.
Hemos hecho una pequeña encuesta que realmente muestra que antes, tal vez, un gran número de la población venezolana sí tenía un empleo. Aunque muchos tenían un empleo informal o en un sector informal, tenían un ingreso. Pero ahora hemos entendido que, por lo menos, un 60 por ciento de la población venezolana no tiene estos ingresos y eso complica la cosa ahí. Y la gente está desesperada, pero también sabe que no es fácil. Y vuelvo a decir que para nosotros las condiciones de salud y las condiciones sanitarias son muy importantes. Por eso, tenemos que informar a la población venezolana muy bien, con todos los detalles, para que no tomen la decisión así no más, que saben lo que les está pasando. Hay abusos también en el camino de aquí a la frontera, hemos visto empresas, buses, que están subiendo sus precios enormemente y ahora han crecido por las restricciones en la frontera. Migración Colombia está tratando de parar los movimientos de los buses a la frontera.
¿Han identificado qué es lo más crítico para esta población en este momento?
Yo diría, porque también hay mucha atención al tema del retorno, ahora. Pero quiero también poner el otro lado de la historia, que un gran número de venezolanos no están en esos movimientos de retorno y más bien están tratando de aguantar la cuarentena, y allí también tenemos que poner nuestra nuestro apoyo y nuestra asistencia humanitaria y acompañar a las personas para que pueden buscar alternativas para llegar hasta la apertura de nuevo de la economía porque, junto con el gobierno de Colombia, estamos todavía hablando mucho sobre la integración socio-económica de los refugiados y migrantes, ofrecer permisos de trabajo, ver cómo más bien insertamos a la población venezolana también en el mercado laboral. Pero en este momento es muy difícil por todas las crisis de COVID-19 que estamos viviendo y sabemos que, por esta situación crítica, hay personas venezolanas que no ven otra opción que retornar. Pero retorno en este momento no es fácil. Por el represamiento en la frontera, por los peligros que existen en la carretera de llegar de varios puntos de Colombia a la frontera. Y nosotros estamos tratando de identificar esos puntos críticos.
Las cifras de desempleo en Colombia casi llegan al 20 por ciento. Además de los venezolanos, la población colombiana también depende en gran parte del trabajo informal. ¿Ustedes creen que con esta reactivación también se puede ir mejorando la situación de los migrantes? O, al contrario, se incrementará la xenofobia, la pobreza y la mendicidad...
Bueno, no hay que olvidar que también muchos venezolanos siguen trabajando, a pesar de toda la crisis de COVID-19 y nosotros siempre estamos diciendo que el coronavirus no tiene nacionalidad. Hay que trabajar juntos. Ojalá se pueda reabrir la economía y todos podemos beneficiar de esta reapertura.
Sabemos que muchos venezolanos en Colombia no tienen un estatus regular y eso les hace más vulnerables también. Muchos dependen de la economía informal, pero sí un poco se puede apoyar a los venezolanos, sí pueden de nuevo trabajar en varios sectores de la economía. Y sí es cierto lo que dices, que hemos visto en algunos partes un aumento en la discriminación hacia los venezolanos. Pero ahí hacemos una llamada de nuevo diciendo que el coronavirus no tiene nacionalidad, tenemos que trabajar todos juntos y para evitar el contagio, para asegurar lo que hacemos, lo hacemos sin una forma adecuada, en coordinación con el Ministerio de Salud, con la Organización Panamericana de Salud para que realmente estamos haciendo lo correcto.
También lea Dos caras de un mismo dilema: Colombia entre desplazados y migrantes¿En cuáles alternativas y proyectos está trabajando ACNUR para atender a estos migrantes afectados?
Seguimos trabajando con las personas que están quedándose en Colombia, también apoyándoles más, sobre todo los más vulnerables, con lo que llamamos cash o transferencias monetarias o ofreciendo albergues u otras alternativas y también enfatizando en la importancia de no tomar riesgos en estos días de COVID.
Junto con el gobierno, somos 68 organizaciones que estamos aquí para complementar lo que ya está haciendo el gobierno, pero el mensaje es el de adoptar medidas inclusivas para que la población venezolana pueda estar en lugares seguros tener el mínimo apoyo para parar esta situación tan complicada.
Nosotros trabajamos mucho con fondos de donantes internacionales, como Estados Unidos como la Unión Europea y siempre estamos hablando con el gobierno, pero también con sus donantes para ojalá recibir más recursos, aunque siempre los recursos son limitados y un monto puede ser 270.000 pesos (un poco más de 70 dólares) por una pequeña familia, por mes, pero es una ayuda, no es un monto que resuelve todas las necesidades que tienen las personas.
Finalmente, ¿cómo está Colombia con respecto a otros países de América Latina en términos de atención a la población migrante venezolana?
Colombia es el país que más refugiados e inmigrantes tiene de Venezuela. Ha hecho un gran trabajo al recibir las personas durante los últimos tres o cuatro años. Una parte de la población tiene un estatus regular, tiene permiso de trabajo, se insertaron muy bien en el mercado laboral y ahí vino la crisis del COVID-19. Pero ahí también seguimos hablando todos los días con el gobierno, con las autoridades locales, con las instituciones con el Ministerio de Salud y entre muchas agencias también de Naciones Unidas y agencias no gubernamentales. Estamos tratando de aportar, por ejemplo, al sector de salud para que podamos estar preparados entre todos para esta situación que está pasando en este momento y vamos a continuar trabajando junto con el gobierno de Colombia para abordar todas las necesidades de las comunidades de acogida, pero también de la población refugiada y migrante.