Algunos siguen pensando que la muerte del presidente Hugo Chávez abre la posibilidad de un cambio político en el país, pero otros creen que los tiempos que se avecinan pueden ser peores
Después de haber gobernado durante 14 años, la muerte del presidente Hugo Chávez ha despertado esperanzas entre algunos opositores de que en el país pueda producirse un cambio de rumbo pero otros temen que por el contrario los días que vienen puedan ser peores.
Hay quienes piensan, sin querer dar el nombre por temor a represalias del gobierno, que la muerte del abanderado del llamado Socialismo del Siglo XXI abrirá una nueva etapa para el país, incluida la posibilidad de que sea menos difícil para la oposición recuperar el poder en Venezuela.
Pero otros como José Antonio Colina, presidente de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), creen que lo que se avecina a corto plazo no ponga punto final al chavismo sino que venga una “una etapa de mayor radicalización, persecución y violaciones a la constitución", según dijo a la AFP.
Aunque todo está previsto para que el líder opositor Henrique Capriles se enfrente en las elecciones del 14 de abril a Nicolás Maduro, designado por Chávez como sucesor, muchos temen que todo esté dispuesto ya en el país para que un triunfo de los chavistas en los comicios presidenciales sea visto como algo inevitable.
Incluso señalan la forma en que el gobierno manejó el funeral y todo lo relacionado con el fallecimiento de Chávez para acaparar la atención popular, desde su embalsamamiento hasta la ampliación decretada por Maduro de que el luto nacional se prolongue diez días hasta el 15 de marzo, cuando está previsto que sus restos sean llevados al Museo Histórico Militar.
Además, muchos temen que aumente la injerencia de Cuba en los asuntos internos del país, y en un comunicado la Organización de Venezolanos en el Exilio (ORVEX) alertó a estar alertas y “no bajar la guardia, ya que la muerte de Chávez no extirpa el cáncer que sufre Venezuela, que es el enquistamiento del G-2 cubano (policía polìica) y los hermanos (Fidel y Raúl) Castro”.
Hay quienes piensan, sin querer dar el nombre por temor a represalias del gobierno, que la muerte del abanderado del llamado Socialismo del Siglo XXI abrirá una nueva etapa para el país, incluida la posibilidad de que sea menos difícil para la oposición recuperar el poder en Venezuela.
Pero otros como José Antonio Colina, presidente de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), creen que lo que se avecina a corto plazo no ponga punto final al chavismo sino que venga una “una etapa de mayor radicalización, persecución y violaciones a la constitución", según dijo a la AFP.
Aunque todo está previsto para que el líder opositor Henrique Capriles se enfrente en las elecciones del 14 de abril a Nicolás Maduro, designado por Chávez como sucesor, muchos temen que todo esté dispuesto ya en el país para que un triunfo de los chavistas en los comicios presidenciales sea visto como algo inevitable.
Incluso señalan la forma en que el gobierno manejó el funeral y todo lo relacionado con el fallecimiento de Chávez para acaparar la atención popular, desde su embalsamamiento hasta la ampliación decretada por Maduro de que el luto nacional se prolongue diez días hasta el 15 de marzo, cuando está previsto que sus restos sean llevados al Museo Histórico Militar.
Además, muchos temen que aumente la injerencia de Cuba en los asuntos internos del país, y en un comunicado la Organización de Venezolanos en el Exilio (ORVEX) alertó a estar alertas y “no bajar la guardia, ya que la muerte de Chávez no extirpa el cáncer que sufre Venezuela, que es el enquistamiento del G-2 cubano (policía polìica) y los hermanos (Fidel y Raúl) Castro”.