La cifra de alumnos venezolanos en centros españoles ha ido aumentando en los últimos años a causa de la creciente migración al país. Según datos provisionales del Ministerio de Educación, en el curso 2019-2020 se matricularon casi 34.400 estudiantes de origen venezolano en enseñanzas de régimen general no universitarias y en enseñanzas de régimen especial, que comprenden la educación artística, deportiva, y la instrucción de idiomas.
Asimismo, además de habituarse a nuevas rutinas, nueva escuela y nuevos compañeros, en algunos lugares del territorio como Cataluña, los estudiantes se enfrentan al reto de aprender en un nuevo idioma.
La familia Maestre Matos es originaria de Barcelona, estado Anzoátegui, y ahora reside en Terrassa, Cataluña, en el nordeste de España. Su hija Oriana, de siete años, se integró al sistema educativo español con casi cinco años. Explicó a La Voz de América que le gusta ir al colegio: “Tengo bastantes amigos, la escuela es bastante bonita y también lo que más me gusta son nuestras “profes”, nos enseñan bastante bien”.
Sus padres cuentan que su adaptación fue sencilla, ya que recibieron mucho apoyo por parte de la maestra y de las otras familias de la escuela.
Explican que están satisfechos con la educación que recibe su hija, quien asiste a un centro público. Dicen que, una de las principales diferencias entre el sistema educativo español y el venezolano, es la cantidad de tarea que tienen los niños: “Aquí comienzan con los deberes al segundo nivel, más o menos, y es mucho menos lo que mandan a casa en comparación con Venezuela”, afirma Eliana Matos, madre de Oriana.
Andy Maestre, el padre, añade que los métodos de enseñanza también varían entre ambos países: “Aquí es más didáctico. Aprenden más a nivel de juego”.
Por otro lado, María Toyo, originaria de Coro, estado Falcón, y residente en Sant Cebrià de Vallalta, en Cataluña, comenta que también está contenta con el sistema educativo español. Sus hijas, de 11 y siete años, llevan un año y medio estudiando en un colegio público del país.
Aunque María explica que aprender catalán fue un poco difícil para ellas, con el tiempo han ido evolucionando de manera destacada: “Lo que yo he visto es que han aprendido cosas que realmente en Venezuela no dan”. Comenta que en la escuela pública de su país, sus hijas no aprendían asignaturas como inglés, cálculo ni informática.
El reto de aprender un nuevo idioma
A causa de su riqueza histórica y cultural, en España existen otras lenguas además del castellano. Una de ellas es el catalán, que cuenta con aproximadamente nueve millones de hablantes, quienes se encuentran principalmente en las comunidades autónomas de Cataluña, El País Valencià, las Islas Baleares y en zonas de Murcia. En Andorra, país limítrofe con España y Francia, y en la ciudad del Alguer, en Italia, también hay catalanoparlantes.
Precisamente en Cataluña, en el nordeste de España, el catalán es la principal lengua de aprendizaje y comunicación en la escuela. Como aprender este idioma supone un nuevo reto para los inmigrantes escolarizados allí, el sistema estipula clases complementarias para ayudar a que los estudiantes de otros países puedan aprenderlo y progresar en su educación.
Por otra parte, profesores explican que el estudio de esta lengua suele ser más fácil para alumnos como los venezolanos, ya que provienen de un país hispanoparlante. “Como es una lengua que se parece bastante al castellano, al final no tardan en habituarse y entender las situaciones básicas, que al final en la escuela acostumbran a ser las mismas”, explica el maestro de educación primaria Frank Olivares.
Oriana explica que, para ella, poder comunicarse en catalán fue un proceso rápido, ya que además de la ayuda de los profesores, contó con el apoyo de sus compañeros. “Es un poquitillo distinto al castellano, pero fue fácil” comenta con una sonrisa.
“Al mes ya decía unas palabritas y a los dos meses ya prácticamente lo hablaba. Ya mi hija es bilingüe“, afirma Andy, su padre, con satisfacción.
“La mayoría se adapta de forma exitosa”
Roger Ballescà, vicesecretario del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña y psicólogo en el Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil en el Hospital Sagrado Corazón de Martorell, explica que los niños inmigrantes se enfrentan a una serie de duelos importantes, como el abandono de su país, de sus familias y de sus tradiciones culturales.
Sin embargo, comenta que el sistema educativo español está pensado para facilitar su inclusión.
“La mayoría de los niños y niñas y adolescentes se adaptan de una forma exitosa”. Añade que la posibilidad de acceder a la escolarización, además de ser una ocasión para hacer amigos y aprender, es una “gran oportunidad para una buena integración en otros ámbitos de la sociedad”.