La variante delta del coronavirus se esparce por Latinoamérica. Según datos recientes de la Organización Panamericana de la Salud, hasta el 4 de agosto, al menos en 12 países del hemisferio occidental, delta acumulaba más del 50% de los casos de COVID-19.
En su esfuerzo por combatir la pandemia, la Casa Blanca confirmó el envío de más de 110 millones de vacunas a 60 países. La mayoría, para sus vecinos de la región, entre ellos, Costa Rica que recibió un lote de 500.000 dosis.
En entrevista con la Voz de América, el viceministro de Asuntos Multilaterales costarricense, Christian Guillermet, aseguró que “las dosis llegaron el 15 de julio y que en 10 días” ya habían sido administradas.
Según datos de la Dirección general de Migración y Extranjería costarricense, hasta el 31 de mayo de este año, más de 1.300 venezolanos habían pedido refugio en su territorio.
“Empezamos también a vacunar a la población refugiada desde el inicio. Desde que no estemos todos vacunados no vamos a estar todos libres de esta pandemia, y esto no solo es para los refugiados sino para los migrantes irregulares que son aquellos que no se sabe dónde están”, dijo Christian Guillermo a Venezuela 360.
De acuerdo con cifras que maneja la misión diplomática de Juan Guaidó, cerca de 30.000 venezolanos residirían en Costa Rica; sin embargo, muchos de ellos estarían en situación migratoria irregular. Por esta razón, el pasado 27 de octubre las autoridades costarricenses aprobaban el Estatus de Protección Complementaria para brindar a quienes no cualifican como refugiados la posibilidad de permanecer legalmente en el país, y entre otros beneficios, tener acceso a la vacuna.
Según el viceministro de Asuntos Multilaterales, “ese estatus temporal no fue una decisión unilateral, sino también lo hicimos de una manera muy responsable en conjunto con el ACNUR y con los organismos internacionales para garantizar que, al darles ese estatus, que es un estatus de residencia legal, pudieran tener acceso a la Caja Costarricense de Seguridad Social”.
Sin embargo, al igual que en otros países como en Estados Unidos, la respuesta de los venezolanos al Estatus de Protección Temporal no ha sido la esperada. Según Inmigración y Extranjería de Costa Rica, solo 549 migrantes se habrían registrado a fecha del 13 de mayo.
Pero un problema preocupa especialmente a las autoridades de Costa Rica: los flujos migratorios de venezolanos.
Recientemente, la organización de Estados Americanos publicaba un informe en el que advertía a los países de la región que el éxodo de venezolanos podría pasar de los 5,6 millones de la actualidad, hasta siete millones para el primer trimestre de 2022.
“Esos flujos son los que nos están preocupando ahora para ver cómo vamos a hacer nosotros para poder vacunar a esa gente. Yo creo que la cooperación internacional en este punto va a ser fundamental. Esto es una preocupación que no es solo de Costa Rica sino una preocupación que también está teniendo Colombia y Panamá y que, lógicamente, va a redundar después en toda la parte norte de Centroamérica”, advirtió el viceministro a la Voz de América.
La Organización de Estados Americanos ha apuntado que la eventual apertura de fronteras y la agudización de la crisis humanitaria, podrían generar una nueva estampida de venezolanos buscando refugio durante los próximos meses.
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