Docente venezolano: “una persona que lava carros en la calle gana más que un maestro”

Una maestra revisa una lista de estudiantes y tiene tareas traídas por los padres de los estudiantes que no tienen internet en casa, en la escuela "Fe y Alegría", en el barrio Las Mayas de Caracas, Venezuela. Mayo 12, 2020. Foto: AP.

El ministro de Salud indicó que esta semana, y tras la llegada de unas 500.000 dosis de la vacuna contra el COVID-19 provenientes de China, iniciará el proceso de vacunación en el sector docente. Las clases presenciales iniciarían en abril, ha indicado el gobierno.

El regreso a clases presenciales en Venezuela, especialmente en instituciones públicas, implica enfrentar una serie de obstáculos que, para muchos, son difíciles de superar porque son consecuencia de la crisis política, económica y social que vive el país.

Griselda Sánchez, coordinadora nacional de trabajadores del sector educativo, afirma que las condiciones no están dadas para retornar a las aulas de clase, en primer lugar, porque “el sueldo de un profesor con postgrado y al menos 25 años de servicio no pasa de 5 dólares al mes”.

“Una persona que lava carro en la calle en Venezuela hoy gana más que un maestro, ya que estas personas cobran 3 dólares por auto y eso es lo que ganamos prácticamente los docentes con 15 años de servicio mensualmente”, afirma la educadora.

Sánchez dice que “en Venezuela ni siquiera se ha preparado la jornada de vacunación” para los docentes, personal administrativo y obrero que labora en instituciones educativas.

“En abril comenzaremos con la modalidad de clases presenciales con todas las medidas de bioseguridad extrema, absoluta y al detalle, con la combinación del 7+7 Plus. Por ello, iniciaremos el proceso de vacunación de todas las maestras y maestros durante el mes de marzo”, escribió el presidente Nicolás Maduro en su cuenta en Twitter a finales de febrero.

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Además, Sánchez subraya que las instituciones públicas, que según el gobierno albergan al 80% de los estudiantes del país, se encuentran deterioradas desde hace muchos años atrás y no están aptas para activarse en medio de la pandemia de COVID-19.

“De cada 10 escuelas que visitamos, 8 escuelas no tienen agua, no tienen luz, no tienen cloro, no tienen desinfectante, las asean con coletos sucios. No existe un estado de higiene físico que permita a nosotros incorporarnos a estas actividades, pues mucho menos alcohol que cuesta aproximadamente 3 dólares, los tapabocas cuestan más de un millón de bolívares, un docente no puede costear un tapabocas”, explica.

Sin embargo, recientemente en un Foro de la Red de Padres, Madres y Representantes, un grupo de panelistas expertos en la materia insistieron en que la tele educación es difícil de sostener, especialmente en países con “débiles sistemas de comunicación”, como es el caso de Venezuela.

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La profesora y defensora de derechos humanos, Luisa Pernalete, ratificó que los maestros de instituciones publicas no están en capacidad de garantizar sus necesidades más básicas, por lo que insistió en la necesidad del “acompañamiento” y de la inversión en personal docente.