La reunión de este miércoles entre el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, y el Alto Representante de la Unión Europea para asuntos exteriores, Josep Borrell, permitirá que la Administración Biden empodere al bloque de 27 países para hallar una solución a la prolongada crisis política de Venezuela, estiman analistas.
Cuarenta y ocho horas antes de su encuentro con Blinken en Bruselas, capital institucional de la Unión Europea, Borrell confirmó que trataría el caso venezolano con el funcionario estadounidense.
Valoró que las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores en el país suramericano son “una nueva oportunidad” para que haya un acuerdo político.
“Aún no sabemos cómo evolucionará la situación en Venezuela, pero las elecciones podrían traer una nueva oportunidad para buscar un acuerdo entre el gobierno y la oposición”, expresó Borrell tras una reunión de cancilleres del bloque europeo, reportaron medios internacionales.
La crisis política en Venezuela se profundizó en diciembre pasado luego que el Gobierno del presidente socialista Nicolás Maduro materializara unas elecciones parlamentarias que la comunidad internacional valoró como ilegítimas.
Ahora, el oficialismo promueve unas votaciones para elegir a 23 gobernadores y 335 alcaldes en el país mientras el Parlamento está a las puertas de nombrar a un nuevo Consejo Nacional Electoral sin el aparente concurso de la oposición.
También lea La sociedad civil venezolana avanza en su hoja de ruta electoralLas condiciones electorales son clave en un eventual proceso de negociación que podría contar con la participación de actores internacionales, como el Reino de Noruega y la Unión Europea.
Félix Gerardo Arellano, experto en asuntos internacionales, observa que la administración del nuevo presidente estadounidense está dispuesta a ceder el protagonismo del caso venezolano a sus socios europeos.
“Estados Unidos está muy dispuesto a no ser el director de la orquesta, quiere apoyar a Noruega, Europa, al Grupo de Lima, a otro, y formar parte de la estrategia. Pone la alfombra a la Unión Europea” para que lidere la búsqueda de una solución a la crisis venezolana, explica a la Voz de América.
A su juicio, la postura de Estados Unidos bajo el liderazgo de Biden es “muy atinada, prudente y conveniente” luego de años de “protagonismo” y objetivos fallidos del expresidente republicano Donald Trump sobre Venezuela.
Trump se centró en forzar una transición política mediante la aplicación de presiones y sanciones al gobierno venezolano, mientras sus voceros declaraban que “todas las opciones” para lograrlo eran contempladas por la Casa Blanca.
"Punto de partida"
La cumbre entre Blinken y Borrell será “muy positiva” para fortalecer la postura del mundo occidental sobre un país cuyo gobierno ha tejido alianzas con aliados antidemocráticos, como Rusia, China, Cuba e Irán, subraya Oscar Arnal, experto en estudios internacionales de la Universidad Central de Venezuela.
“Puede ser un gran punto de partida. Hace falta abordar la situación venezolana desde el punto de vista multilateral. Mientras más fuerzas se unan en función de buscar una salida al problema venezolano, esa salida estará mucho más cerca”, indica en conversación con la VOA desde Caracas.
Arnal destaca que el encuentro entre ambos funcionarios interrumpe la dinámica de años recientes de acusaciones mutuas entre Estados Unidos y la Unión Europea sobre temas multilaterales, incluida la crisis venezolana.
También lea Jefe del Comando Sur: Maduro continúa aferrado al poder con el apoyo de Cuba, Rusia, Irán y ChinaArellano, por su parte, advierte que el gobierno madurista escogió “el peor momento posible” para expulsar en febrero pasado a la embajadora del bloque de Caracas, la portuguesa Isabel Brilhante, tras el anuncio de nuevas sanciones de Europa a 19 funcionarios vinculados a las elecciones parlamentarias de 2020.
“La expulsión fue un autogol. Brilhante era una persona muy asequible, dialogante, dispuesta a oír y llevar los encargos de Miraflores a Bruselas. No evaluaron que este es el momento de la Unión Europea”, expone.
El lunes, Borrell expresó su deseo de “coordinar posiciones” sobre Venezuela con Estados Unidos durante su inminente encuentro con Blinken. Esto, según Arellano, significa ponerse de acuerdo en qué “garrotes e incentivos” se utilizarán en las negociaciones con Maduro.
A su entender, el desmontaje de algunas sanciones económicas podría ser una de las “zanahorias” que Estados Unidos y la Unión Europea coordinen en la reunión de mañana. “El desmonte de sanciones no va a ser algo rápido, ni inmediato o fácil, pero está en la agenda”, acota el también escritor y docente universitario.
Cree que el punto más urgente en el que el oficialismo venezolano podría enviar señales de buena voluntad es la escogencia de un nuevo poder electoral.
Si ese Consejo Nacional Electoral es políticamente desequilibrado, el Palacio de Miraflores estaría “mandando al traste” las probabilidades de negociaciones.
“Nada va a cambiar si no hay señales reales de querer hacer cambios. Está el balón en manos de Miraflores. Si sigue procediendo con soberbia y agresividad, la Unión Europea evaluará qué tipo de garrote comienza a aplicar”, predice.
Arnal estima que Borrell y Blinken podrían incluir en sus discursos la necesidad de elecciones presidenciales en Venezuela e, incluso, la posibilidad de realizar un referendo revocatorio sobre el mandato de Maduro a mediados de 2022.
Una solución electoral de ese corte “podría ser parte de los acuerdos” que se deriven de la reunión de este miércoles en Bruselas, concluye el analista.