Juan González, asesor de la Casa Blanca en asuntos del Hemisferio Occidental, respondió el domingo pasado al tuit de un analista sobre los gestos de presunta buena voluntad del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. No usó palabras. Incluyó, en cambio, un emoticono de ojos muy abiertos, mirando a un lateral, como símbolo de atención y vigilancia.
El mensaje original era de Geoff Ramsey, director para Venezuela del centro de pensamiento estadounidense WOLA. En él, listaba el acuerdo del gobierno de Nicolás Maduro con el Programa Mundial de Alimentos, el traslado a arresto domiciliario de seis ejecutivos de la empresa CITGO, el trabajo mancomunado con la oposición en mecanismos de vacunación contra el COVID-19 y se preguntaba si se incluiría en la lista un nuevo poder electoral “más creíble”.
El Parlamento venezolano, de mayoría chavista y considerado ilegítimo por Estados Unidos, escogió el martes un nuevo directorio del Consejo Nacional Electoral. El organismo incluye ahora a dos rectores de la oposición, lo que miembros de la sociedad civil y de algunos partidos tradicionales celebraron como el primer paso en un largo camino hacia la redemocratización del país.
Para Ramsey, la respuesta de González a su tuit y, por ende, la atención de la administración Biden a esos movimientos políticos en Caracas, es “notable”.
“Lo interpreto como un mensaje claro de que están siguiendo muy de cerca las conversaciones en torno a la creación de un CNE. Es muy notable que hayan señalado eso, incluso después de que el gobierno interino publicó un comunicado rechazando cualquier tipo de CNE que salga de ese proceso”, comentó el experto en entrevista con la Voz de América.
Curiosamente, el mismo González marcó la tarde del martes con un “me gusta” otro mensaje en Twitter que valoraba la escogencia del nuevo poder electoral como “un paso positivo”, del también analista estadounidense Michael Penfold.
“El nombramiento del CNE es un paso positivo que va a requerir de una serie de negociaciones adicionales para rescatar las condiciones y garantías electorales. ¿Es imperfecto? Sin duda. ¿Abre una ventana? Absolutamente”, escribió Penfold en el tuit valorado positivamente por el asesor del presidente Biden.
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Las valoraciones de Penfold coincidieron, asimismo, con la opinión que el congresista demócrata Gregory Meeks expresara sobre Venezuela en las vísperas de la escogencia del nuevo CNE por parte del poder legislativo.
“Creo que tenemos una ventana de oportunidad para interactuar con Nicolás Maduro”, dijo el representante, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes en la conferencia del Consejo de las Américas.
Según Meeks, el acuerdo alimentario con las Naciones Unidas, que espera beneficiar a 1,5 millones de niños y adolescentes venezolanos, y el traslado a sus hogares de los “Seis de Citgo”, son gestos de “buena fe” que dan la impresión de que Maduro “puede tener intenciones de negociar” con Washington.
Los senadores republicanos Marco Rubio y Jim Risch, por el contrario, estimaron este miércoles que la votación de un nuevo CNE “no debe ser validada” por la administración Biden y lo evaluaron como parte de un “esquema que solo prolongará el control autoritario de Maduro”.
El martes, el secretario de Estado Anthony Blinken aseguró que trabajaría con sus aliados “para aliviar el sufrimiento del pueblo” y “ejercer presión sobre el régimen para que el país pueda regresar pacíficamente a la democracia”.
Luis Angarita, experto en asuntos internacional y docente de la Universidad Central de Venezuela, da por sentado que Estados Unidos “toma nota” de lo que sucede en el país en las últimas semanas. “No ve el tema del CNE como un hecho aislado, pero sí quizás como el más importante de todos”, secunda.
Comenta a la VOA que los gestos del oficialismo demuestran que existen “canales incipientes de comunicación” entre los actores políticos nacionales e internacionales -no solo Estados Unidos- sobre la crisis venezolana.
Ve difícil, eso sí, que la política exterior de la Casa Blanca hacia Venezuela cambie sustancialmente en el corto plazo a raíz de acciones como el otorgamiento de casa por cárcel a los seis ejecutivos estadounidenses.
Remarca que funcionarios estadounidenses, como Juan González, recurren a “señales muy modernas” en las redes sociales para reflejar que la diplomacia de Washington está muy al tanto de lo que acontece políticamente en Venezuela.
“La justa expresión es que Estados Unidos toma debida nota. Hay un seguimiento”, afirma, sin descartar que haya comunicados más formales del Departamento de Estado o la Casa Blanca sobre lo acontecido en el país.
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Juan Francisco Contreras, especialista en relaciones internacionales, identifica “algunas acciones” del gobierno de Maduro que, a su entender, van dirigidas a enviar un mensaje “más hacia afuera que hacia adentro” del país.
Entre esas señales que observa, incluye el reconocimiento del fiscal general Tarek William Saan de la responsabilidad del Estado venezolano en las muertes del concejal Fernando Albán, bajo custodia de los servicios de inteligencia; del capitán Rafael Acosta Arévalo, por presuntas torturas; y el joven estudiante Juan Pablo Pernalette, durante las manifestaciones políticas de calle en 2017.
“Sí hemos estado viendo unas especies de señales. Pareciera que hay algún cambio que se está viendo, algún tipo de presión que está haciendo que el gobierno reconozca lo que está pasando”, opina Contreras.
Ramsey, como Contreras, valora la elección del CNE como “un avance importante, necesario, pero no suficiente para el regreso a la democracia”.
A su juicio, aún falta que Estados Unidos observe acuerdos políticos claros que abran el camino hacia elecciones libres, justas y verificables.
Apunta que la postura de Estados Unidos sobre esos asuntos es “muy clara”: “no levantarán todas las sanciones económicas antes de que haya un camino hacia elecciones libres y justas, pero ha señalado su disposición de acompañar avances en el terreno con una serie gradual de concesiones de Washington”.
“La administración Biden entiende la necesidad de acompañar la presión con mecanismos políticos. Están buscando canalizar la presión hacia una dirección más productiva”, comenta el analista de la WOLA, quien prevé que Washington pueda recurrir a mecanismos políticos que le permitan un “alivio” de sanciones a raíz de gestos tangibles, como la escogencia del CNE.
El chileno Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, emitió el martes un comunicado en el cual rechaza de plano la elección del nuevo poder electoral por considerar que la “ilegitimidad de origen” del Parlamento electo en 2020 “vicia de nulidad sus actos y decisiones”.
Juan Guaidó, joven líder opositor considerado desde 2019 como presidente interino de Venezuela por al menos 50 gobiernos del mundo, también condenó el nombramiento de nuevos rectores electorales y anticipó que derivaría en “desconocimiento y rechazo” del pueblo y de la comunidad internacional.
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