Un panel de expertos en educación, medicina y psicología consideró el jueves que no sólo es posible, sino recomendable, el regreso a clases presenciales en las escuelas venezolanas luego de 11 meses de suspensión de esa modalidad, desde marzo del año pasado, por la pandemia.
Hace dos semanas, el presidente Nicolás Maduro anunció la reapertura de escuelas “en todos los niveles” a partir de marzo, aunque no precisó mayores detalles sobre la coordinación oficial de las actividades escolares.
Su anuncio generó un debate nacional en el sector educativo venezolano, tanto privado como público, sobre la pertinencia de volver a clases presenciales.
Manuel Guzmán Blanco, médico especialista en enfermedades infecciosas con estudios de postgrado en Boston y Baltimore, Estados Unidos, advirtió este jueves en un foro que la educación virtual en niveles iniciales y medios “es difícil de sostener”, especialmente en un país como Venezuela, con dificultades en sus telecomunicaciones y amplias diferencias entre sus estratos.
Destacó que, si bien ha existido casos, no se ha demostrado que la apertura de las escuelas haya cumplido un rol fundamental en la expansión del COVID-19.
En su intervención en el foro Regreso a escuelas seguras, organizado por la Red de madres, padres y representantes de Venezuela, subrayó que el contagio dependerá de la “dinámica de interacción” de alumnos y del personal escolar.
“El riesgo no es tanto la escuela, sino la forma cómo interactúan entre ellos. No pareciera que los niños menores de 10 años sean el principal foco de transmisión”, apuntó Guzmán Blanco, del Centro Médico de Caracas.
Aconsejó tener especial prevención en los adultos que frecuentan las escuelas. “Ojo con los adultos, no solo los educadores, sino todo el personal, de apoyo, administrativo, de limpieza, cuidado para toda la comunidad”, indicó.
Citó proyecciones del doctor Julio Castro, asesor del Parlamento electo en 2015 en asuntos sanitarios, para destacar que los contagios “han vuelto a subir” en Venezuela. “Estamos pagando un poco el precio (de las festividades y reuniones) de diciembre y Carnaval”, dijo, destacando que el alza se ha notado en la asistencia de pacientes en clínicas y hospitales públicos del país.
Remarcó, sin embargo, que es tan factible como necesario acudir a clases presenciales con las medidas de bioseguridad recomendadas.
“El abrir (escuelas) no significa una expansión de la pandemia, siempre y cuando apliquemos las medidas. Tiene sentido el intento de reapertura, sin dejar de reconocer que la transmisión de la comunidad sigue activa. Venezuela necesita educación presencial y segura. Ambas se pueden obtener”, concluyó.
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Mascarillas, lavado de manos y más
La pediatra Lila Vega detalló, por su parte, las cinco recomendaciones para la reapertura de escuelas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC, de Estados Unidos. La primera de ellas es el uso universal de mascarillas en los planteles educativos, “todo el mundo, todo el tiempo".
Aconsejó, además, el distanciamiento entre niños, adolescentes y docentes por al menos dos metros, sin tener grupos grandes, sino pequeños o medianos en las aulas. El lavado de manos con agua, jabón y papel es otra prioridad. Si hay escasez de esos recursos en escuela alguna, recomendó gel alcoholado o alcohol.
Luego, enfatizó en la necesidad de limpiar las superficies de donde estudiantes y maestros interactúan. Por último, insistió en que nadie debe acudir a clases si presenta síntomas o malestares, por muy menores que parezcan.
“La escuela es un sitio en el que los niños están mucho más seguros que en un parque, una iglesia, un supermercado, porque sabemos exactamente con quién estuvo y podemos mandarlo a cuarentena” si hay síntomas o se sospecha algún caso cercano, expresó la especialista en su exposición.
Carlos Cedeño, docente y asesor en la materia de distintas instituciones, consideró que las escuelas son “los espacios más predecibles” de la sociedad y señaló que ello favorece la instauración de protocolos sanitarios correctos.
“Son espacios ‘protocolizables’ desde el punto de vista sanitario. Tienes horarios, espacios que son previamente definidos, o puedes definir, tienes los mismos usuarios siempre, puedes llevar muy fácilmente el registro de quién asiste. Todo esto te da ventajas” para controlar la transmisión del COVID-19, argumentó.
En todo caso, exhortó a que cada escuela evalúe sus fortalezas y debilidades, sus propios protocolos, que sus directivos y las autoridades gubernamentales no tomen decisiones unilaterales, sino conversadas con la comunidad educativa.
“Si en algún sitio se pueden controlar las normas es en las escuelas”, complementó el doctor Guzmán Blanco luego, en la ronda de preguntas del foro.
El infectólogo puntualizó que es “mucho mejor” contar con ventilación natural, en vez de aires acondicionados encendidos, en los ambientes de clases durante la modalidad presencial. “Si los aires están funcionando bien, si tiene bien su filtro, el problema (de riesgo de contagio) no es serio, pero es mucho mejor el aire ambiente, la ventilación natural. De eso no hay ninguna duda”, enfatizó.
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Cedeño abordó el reto docente de retomar o revalidar en clases presenciales lo presuntamente aprendido durante el confinamiento. “Pretender que ellos aprendieron lo que yo quise enseñarles (virtualmente) es una postura casi ingenua. El éxito no se mide por el esfuerzo que uno haga”, acotó el educador.
Reivindicó el papel de las escuelas más allá de lo meramente educativo. “La escuela ejerce una labor de suplencia en los lugares más necesitados. Pueden encontrar conocimiento académico, comidas. Protege contra el abuso, el acoso. Resta impulso al malandro que quiere reclutar al muchachito”, refrendó.
Luisa Pernalette, docente de 40 años de experiencia y miembro de la red educativa venezolana Fe y Alegría, que tiene 177 escuelas en todo el país, llamó al “acompañamiento” del Estado y de la comunidad al docente en sus necesidades más básicas e, incluso, emocionales.
“El docente no puede comprar ni medio cartón de huevo, ni un kilo de caso, mucho menos comprar un carro. No puedes pedirle heroísmo escolar eternamente. No pueden vivir con lo que ganan”, advirtió.
Sobre los protocolos educativos utilizados durante la pandemia, aprovechó para advertir que “mandar tarea no es educación a distancia” y exhortó, luego, a poner atención a los altísimos niveles de deserción docente. “Es la parte más complicada de retorno a clases. Sin maestros, no hay educación a distancia ni presencial. No puedes recargar (de trabajo) a los que se han quedado”, dijo.
La psicóloga María Elena Garassini expresó comprensión ante el miedo de docentes, alumnos y representantes ante el escenario planteado por educadores y gobierno. Recomendó, a su vez, “dar protagonismo” a la salud mental de los involucrados en el proceso educativo tras un largo período de confinamiento.
Comentó, por último, que la información sobre el COVID-19 y su prevención permite controlar el miedo y la ansiedad al momento de retomar las rutinas en la sociedad, como es el caso de la inminente vuelta a clases presenciales.