El gobierno de Noruega explora la posibilidad de retomar el diálogo entre el madurismo y la oposición en Venezuela antes de las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, aseguraron fuentes familiarizadas con la visita de diplomáticos de esa nación a Caracas, la semana pasada.
La Voz de América pudo conocer que los diplomáticos del gobierno noruego regresaron a su nación el sábado, un día después de que el presidente interino y dirigente del Parlamento, Juan Guaidó, confirmara la visita en un comunicado oficial.
El despacho de Guaidó, a quien más de 50 gobiernos consideran el mandatario de Venezuela, informó el viernes pasado que una delegación de diplomáticos noruegos llegaría al país para conocer la situación actual del país caribeño en lo político y lo humanitario.
En la notificación, el líder de la oposición detalló que los emisarios de Noruega no tenían una “agenda previa” y reafirmó que en Venezuela no hay un proceso de negociación en marcha.
"Hemos reiterado que el proceso de mediación que realizó el Reino de Noruega finalizó el año pasado cuando la dictadura se negó a que se celebren elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas. No existe en este momento ningún proceso de negociación", apuntó el texto formal.
También lea Diplomáticos noruegos visitan Venezuela para observar situación sanitaria y políticaEl gobierno en disputa de Nicolás Maduro no se ha referido públicamente a la visita. Tampoco se ha conocido si representantes del chavismo se reunieron con los delegados noruegos.
La VOA supo que la intención de Noruega es sopesar la posibilidad de una negociación política en Venezuela antes de que inicie formalmente la campaña electoral en Estados Unidos.
Una fuente vinculada a la oposición indicó que los noruegos vinieron por propia iniciativa, pues consideran que “el mejor momento” para retomar conversaciones es antes de las votaciones estadounidenses de noviembre, donde el presidente Donald Trump buscará la reelección ante el más que probable candidato demócrata y exvicepresidente Joe Biden.
Según esta versión, el Reino de Noruega considera que es probable que cualquier solución democrática en Venezuela, con la venia de Estados Unidos, no se materialice sino hasta después de la elección, dentro de cuatro meses.
“Creen que esta es una buena oportunidad, porque en agosto Estados Unidos comienza su campaña y cualquier solución para Venezuela quedará rezagada por el momento”, dijo la fuente.
El gobierno de Trump fue el primero en reconocer a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela en enero de 2019. Su administración ha impuesto sanciones económicas contra jerarcas del chavismo e instituciones del poder ejecutivo de Nicolás Maduro. También, ha respaldado acusaciones penales e incluso recompensas que deriven en la captura de dirigentes maduristas por presunto narcotráfico y legitimación de capitales.
Tanto Trump como Biden opinan que Venezuela debe “recuperar su democracia” y que Estados Unidos debe utilizar su diplomacia para presionar la salida de Maduro y favorecer la realización de elecciones “libres y justas”, pero la continuidad del presidente republicano está en vilo según encuestas recientes.
Noruega auspició el año pasado un proceso de negociaciones entre los actores políticos de Venezuela, conocido como el “Mecanismo de Oslo”. Maduro suspendió su participación en el diálogo en septiembre de 2019, luego que se conocieran nuevas sanciones económicas contra funcionarios de su gobierno.
El madurismo instaló días luego una mesa de negociación con partidos minoritarios de la oposición. Junto a ellos, acordó la renovación del poder electoral y la convocatoria a elecciones parlamentarias para el 6 de diciembre próximo. Guaidó y sus aliados han reiterado que no participarán en el evento, que llaman “fraudulento” de antemano.
Delegados noruegos visitaron Venezuela en enero, pero la oposición se negó entonces a retomar el diálogo con su contraparte.
Maduro dijo en junio que su gobierno ha participado en 19 reuniones con representantes del bloque opositor que lidera Guaidó y precisó que él mismo estuvo presente en al menos dos de ellas.
También lea Diplomáticos noruegos visitan Venezuela para observar situación sanitaria y políticaSin novedades
Armando Armas, presidente del comité de Política Exterior de la Asamblea Nacional, duda que los emisarios del Reino de Noruega hayan venido a Venezuela sin el concurso del gobierno madurista, que controla los aeropuertos y mantiene una férrea restricción de vuelos desde marzo por la pandemia.
“Necesitan autorización para entrar. Creo que llegaron porque los invitó el chavismo. Me cuesta entender por qué el Reino de Noruega, si quiere corroborar cosas (sobre la ayuda humanitaria), no habla con gente que tiene en el terreno”, comenta a la Voz de América.
Armas acota que no supo de novedades en las estrategias de negociación durante la visita de la comitiva de Noruega, cuyo reinado no reconoce formalmente a Guaidó como presidente.
El madurismo, a su entender, ha utilizado los mecanismos de negociación para “ganar tiempo y deslegitimar no solo a la oposición, sino a los miembros de la comunidad internacional” que han favorecido esas conversaciones, como la Iglesia católica.
Alfredo Michelena, diplomático, sociólogo y versado en economía, explica que el término negociación ha ganado una connotación peyorativa en el país, capaz de estigmatizar a quienes lo promueven por su presunta participación en acuerdos o negocios secretos.
No duda que los delegados noruegos hayan viajado para negociar asuntos de corte político. “Poco se sabe oficialmente de qué sucedió, si se reunieron y con quiénes, pero sería tonto asumir que nada de eso hubo”, asevera.
Subraya que Dag Halvor Nylander, director de la cancillería noruega, es una figura ampliamente conocida por el madurismo debido a sus gestiones en las negociaciones con las FARC en Cuba y por haber sido delegado del secretario general de las Naciones en la controversia limítrofe sobre el Esequibo.
“Con ese background, Nylander no va a enviar ese grupo sin tener algo preparado. Me pareció que fue despachado muy rápidamente (por la oposición), como si el tema de la negociación fuera anatema”, argumenta.
Michelena intuye que Noruega está intentando impulsar un acuerdo más amplio que el firmado en junio entre delegados de Guaidó, Maduro y la Organización Panamericana de la Salud para combatir el nuevo coronavirus en Venezuela.
El diputado Armas opina que, por los momentos, no nota buenas señales de que el pacto sanitario pueda derivar en un gran acuerdo político.
Carlos Valero, parlamentario de oposición, agradeció este lunes al Reino de Noruega por su “buena voluntad” para lograr una solución a la crisis venezolana, pero añadió que el mismo Maduro, a su juicio, las obstaculiza.
“Estas iniciativas se consiguen con una pared que se llama Nicolás Maduro. Nicolás Maduro se niega, ya lo hizo en República Dominicana, ya lo hizo en Barbados, en las distintas expresiones de mediación política (…) se niega a darle a los venezolanos una solución a esta crisis”, expresó en una conferencia de prensa.
Rechazo opositor
Un grupo de seis dirigentes políticos, diplomáticos y analistas de la oposición rechazó este lunes cualquier intento de retomar el diálogo entre voceros de Maduro y Guaidó bajo el auspicio de Noruega.
“Con motivo de la llegada de una delegación del Reino de Noruega a Venezuela, reiteramos nuestra posición de rechazo a eventuales nuevas rondas de negociaciones que puedan adelantarse (…) este asunto es un capitulo cerrado”, reza un comunicado divulgado por la exdiputada María Corina Machado, el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, los diplomáticos Diego Arria y Humberto Calderón Berti, el abogado Enrique Aristeguieta y el exsindicalista Carlos Ortega.
Advirtieron que ya ha existido una docena de procesos con Maduro, que, a su entender, “han servido para que la narcotiranía extienda y profundice su control del poder y para desmovilizar a la ciudadanía”.
Recuerdan que el Parlamento venezolano aprobó un estatuto para la transición con el propósito de promover el “cese de la usurpación” de Maduro, un gobierno de transición y la organización de un proceso electoral “independiente, libre y transparente”.