En Venezuela, la figura de los líderes sindicales ha tomado relevancia en los últimos años debido a la crisis política, económica y social. Estas personas son las voces oficiales de los trabajadores de sectores afectados por los bajos salarios y las precarias condiciones para laborar.
Sin embargo, el esfuerzo que ha impulsado cada uno de ellos en pro de lograr mejoras salariales y hacer notar las necesidades del sector obrero les ha costado también a algunos su propia libertad.
Solo durante este año 2020, al menos nueve representantes del sector sindical han sido detenidos por fuerzas de seguridad del gobierno en disputa de Nicolás Maduro, como el caso de tres sindicalistas independientes de la Gobernación del estado Sucre, el 30 de enero, y Darío Salcedo, delegado sindical del Instituto Socialista de la Pesca y Agricultura (Insopesca), el 5 de mayo.
También se destaca el caso de Rubén González, detenido en 2017 y excarcelado este año al beneficiarse del indulto presidencial otorgado a mediados de agosto.
Recientemente, otros dos sindicalistas terminaron tras las rejas.
Se trata de la dirigente sindical petrolera Guillermina Zárraga, y Eudis Girot, director ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), ambos habían denunciado en reiteradas oportunidades las deplorables condiciones de las refinerías del país, así como las precaria situación de los trabajadores.
Violación sistemática
Este tipo de hechos en contra de los sindicalistas no comenzó este año. En septiembre de 2018, Maduro, que en muchas ocasiones se ha definido así mismo como “presidente obrero”, firmó una resolución ejecutiva para imponer un tabulador único de salarios para la administración pública, eliminó los convenios colectivos existentes y también los sindicatos.
De acuerdo con el documento, el Estado se asumió como “patrono y autoridad única”, una medida que fue rechazada desde entonces por restar importancia a los clamores de los trabajadores.
Ahora la situación podría haber empeorado, no solo con el aumento de las detenciones de sindicalistas, sino con las amenazas que reciben muchos de ellos por seguir denunciando.
También lea Docentes venezolanos vuelven a las calles pese a la pandemia“No nos detendrán”
Griselda Sánchez es secretaria de contratación colectiva y reclamos del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, una de las voceras principales del sector educativo que ha intensificado sus protestas este año 2020 a causa de los bajos salarios.
En una entrevista con la Voz de América, la docente expresa su pesar por la detención de sindicalistas como Girot. A su juicio, el trabajo que desarrollan ella y sus compañeros es para hacer visible la situación de los trabajadores venezolanos y lograr así que sus demandas sean escuchadas.
No obstante, Sánchez reconoce que hasta ahora las autoridades no han enviado señales para resolver las fallas; todo lo contrario, han intensificado la persecución.
“Este es un régimen que definitivamente no está dispuesto escuchar, no está dispuesto a regular, por el contrario, cada día arremete más contra la clase trabajadora y es por eso por lo que hoy vemos cómo detienen a dirigentes sindicales sin razón, por supuesto nosotros rechazamos estas detenciones que no nos detendrán, porque definitivamente estamos dispuestos a trabajar para transformar la realidad que hoy se vive en el país”, dijo Sánchez.
En el caso del sector educación, Sánchez comenta que también ha sufrido de intimidación, pero por parte de sus propios compañeros de la Federación de Maestros. También destaca el hostigamiento que sufren en las manifestaciones por parte de colectivos armados.
“Han pretendido callarnos incluso queriendo aplicar sanciones disciplinarias que por supuesto no están ajustadas a la ley. Nosotros sí asumimos el compromiso de alzar nuestra voz y de parte del régimen lo que hemos recibido es solo amedrentamiento a las movilizaciones. Nos mandan colectivos, pero ahí hemos estado, pues no nos hemos doblegado”, explicó.
Pese a estas situaciones, la docente no teme seguir en la lucha sindical. Afirma que está consciente de los peligros que corre, pero quiere seguir siendo vocera de sus colegas, quienes perciben salarios muy discordantes con la situación económica del país.
También lea Trabajadores públicos venezolanos también protestanPara Griselda Sánchez, la figura del sindicalista es de suma importancia en la actualidad, dadas las constantes violaciones laborales, que asegura, comete el Estado venezolano.
“Creo que los dirigentes sindicales tenemos el mayor de los compromisos en estos momentos. Ser dirigente sindical para mí es un gran reto, es un honor, además representar a los maestros del país, esos maestros que no se rinden y que siguen luchando por la reivindicación de la educación del país”, agrega.
“Es muy riesgoso ser sindicalista en Venezuela”
Desde 2017 Mauro Zambrano es dirigente sindical de hospitales y clínicas en Caracas. Cuenta a la VOA que decidió sumarse al clamor por las deplorables condiciones del sector salud, uno de los más afectados por la crisis venezolana. No obstante, reconoce que en la actualidad su labor es peligrosa.
“Es muy difícil y muy riesgoso ser sindicalista en un país como Venezuela. En el caso de la detención de Eudis, no es más que una muestra de lo peligroso que es hacer sindicalismo en el país. Durante la crisis ha sido más duro, desde el sector salud hemos tenido una batalla muy fuerte, por todas las carencias que deben enfrentar los trabajadores. Tenemos temor, pero lo vencemos”, confiesa.
Zambrano asegura que han mantenido una lucha constante para mejorar las condiciones de los centros médicos y la de los trabajadores, pero dice, es poco lo que se ha logrado.
Destaca entre los logros recientes la creación de una red de apoyo integrada por 25 organizaciones sindicales que ayudan a repartir más de 1.500 almuerzos al personal salud que está haciendo frente a la pandemia por COVID-19.
“Cuando vemos que un trabajador no tiene el acceso a nada , eso es lo que motiva a seguir luchando, a seguir con más fuerza la labor sindical”, señaló.
Sobre el caso de Eudis Girot, dice que le parece indignante. Espera que salga libre pronto y expresa su solidaridad con la familia del dirigente sindical.
“Qué injusto es pasar años preso por solo pedir soluciones a los problemas de los venezolanos. Los trabajadores no somos escuchados, el gobierno no nos escucha y ante esto solo nos queda agudizar la protesta”, añadió.
El sindicalista admite que su labor le genera temor. Cuenta que hoy se siente amenazado ante el hostigamiento que sufren otros compañeros del gremio, lo cual, asegura, es una táctica del Estado para detener las protestas por reivindicaciones laborales.
“Son muchos los sindicalistas que se sienten amenazados, yo me siento amenazado y eso seguirá sucediendo mientras nuestra lucha se mantenga, exigiendo salarios dignos, exigiendo protección y lo que esperamos es que se solucionen los problemas y no que la situación se agrave poniendo presos a los dirigentes sindicales, es un acto que rechazamos. Nosotros seguimos en la lucha porque el país nos necesita y necesita calidad de vida”, aseguró.
Zambrano pide a Nicolás Maduro atender los llamados de los diferentes sectores y no recurrir a la persecución de sindicalistas.
“Creo que no es la solución del problema , porque además todos los gremios seguiremos protestando y alzando la voz. Tiene que reflexionar (Maduro), no puede ser que un trabajador de cualquier sector gane un dólar mensual, eso no es razonable. No es posible que el salario, la alimentación, la salud, la educación, no sea una prioridad para este gobierno”, concluyó.