Expertos en opinión pública no toman a la ligera la advertencia política que hizo este domingo el general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa del gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
Según ellos, su mensaje del día de la independencia de Venezuela pretende desactivar a los votantes opositores de cara a las elecciones del 6 de diciembre.
El jefe militar, uno de los más condecorados por el chavismo, llamó en su discurso institucional “maleantes” y “politiqueros” a los integrantes del gobierno interino del opositor Juan Guaidó y les prometió que nunca volverían a gobernar el país.
“Mientras exista una Fuerza Armada como la que hoy tenemos, antiimperialista, revolucionaria, bolivariana, nunca podrán ejercer el poder político en Venezuela”, expresó Padrino López, trajeado de verde olivo y flanqueado por un grupo de generales y almirantes.
Félix Seijas Rodríguez, analista de asuntos políticos y director de la firma encuestadora Delphos, asegura que sus palabras fueron dirigidas, en primer lugar, a su institución.
“Dice a los militares que estén claros de cuál es la orientación y lo que significa militar allí. El siguiente público es la base del chavismo, transmitiéndole que el régimen está fuerte, que tiene el control y el apoyo de las Fuerzas Armadas”, explicó a la Voz de América.
Finalmente, considera, la retórica de Padrino López busca minar la motivación electoral de la oposición, cuya dirigencia ya ha anunciado que no participará en una “farsa” electoral.
“Trata de desactivar a las bases opositoras. Es otro intento del chavismo, desde que no es competitivo en las urnas electorales, de decirle al votante opositor que no vale la pena luchar, porque está peleando contra algo muy grande y que el trabajo sería inútil”, dijo Seijas.
Sobre las parlamentarias, las ganas de votar del venezolano son “altísimas”, pero señaló que la gente no interpreta que hay condiciones idóneas para hacerlo.
Según Seijas Rodríguez, entre 30 y 40 por ciento de la población tiene intención de sufragar en unas elecciones organizadas por el nuevo poder electoral, cuya mayoría de rectores está a favor de Maduro, nombrado por el Tribunal Supremo de Justicia.
De ese universo, entre 23 y 25 por ciento es de electores del chavismo. “Nos acercaríamos a un panorama parecido al de 2018, quizá con menos votos para la oposición”, expone.
Los principales partidos opositores no participaron en las presidenciales de hace dos años tras argumentar que esas elecciones eran ilegítimas. El Consejo Nacional Electoral de entonces declaró ganador a Maduro, quien renovó de facto su mandato en enero de 2019.
Si la alianza política que apoya a Juan Guaidó como presidente interino decide participar, el porcentaje de intención de voto se eleva 10 por ciento más, indica Seijas Rodríguez.
“El tema central es cuál es la estrategia del lado opositor. Hay que ponerla en manos de la gente. En el último año y medio, se ha perdido esa conexión”, observa.
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Guaidó calificó las declaraciones del ministro de Defensa de Maduro como “insolentes, dictatoriales y violatorias de todo orden constitucional”. Dirigentes de sus partidos aliados se sumaron al coro de condenas.
Eglée González-Lobato, experta en temas electorales, evalúa el mensaje institucional de Padrino López como una ratificación de que el alto oficial apoya una “autocracia electoral”.
“Debe encender las alarmas tanto nacionales como internacionales. Nunca la fuerza militar puede sustituir la voluntad popular”, expresó en entrevista con la VOA.
Las palabras de Padrino López secundan sus acciones, opina. Ocupaba el cargo, por ejemplo, cuando militares reprimieron durante meses las protestas de calle, en 2017, o en enero pasado, cuando impidieron la entrada de diputados opositores al Parlamento.
González-Lobato teme que la Fuerza Armada sigue de lado de un presidente en disputa que ha orquestado un sistema electoral con el cual arrasaría en número de diputaciones.
“Esta elección tiene una falla de origen. Debió estar enmarcada en una negociación amplia para la convivencia”, añadió. Y el discurso del general, dice, hace flaco favor a esa misión.
Saúl Cabrera, de la firma Consultores 21, examina las palabras de Padrino López como “un golpe de opinión” que intenta dificultar a la oposición venezolana la tarea de convencer a sus electores de que participen en su propuesta electoral, si decidieran acudir a las urnas.
“Cierra la puerta. A lo mejor es aceptable si lo dice un político, pero, que lo diga quien tiene las armas de la República, deja sin posibilidad (a la oposición)”, dice a la VOA.
Comenta que los venezolanos están desenfocados de cualquier opción electoral debido a que el país vive “un momento bien complicado” por el repunte de casos de la pandemia.
La salud y la urgencia de comida para la familia son las principales preocupaciones de la gente, que destacan en sus recientes sondeos de opinión pública.
Sus encuestas de hace tres semanas revelaron que cerca de 80 por ciento de la población asegura que no participará en unas votaciones con un CNE designado judicialmente.
Dos tercios del 20 por ciento restante, es decir, de electores que sí irán a votar, apoyan al chavismo. “Se asemeja mucho a las presidenciales de 2018”, coincide con Seijas Rodríguez.
Ante el supuesto ya negado de un CNE balanceado, en sus encuestas aumentaba hasta 50 por ciento el número de convencidos de que había que participar en las legislativas.
En ese escenario, el cambio era dramático: “había una intención de votación de dos a uno por los candidatos de oposición. Aunque mal para el país, el gobierno está haciendo bien su estrategia” de desmotivación entre los detractores del madurismo, señala Cabrera.