Estudio: Migración venezolana no conduce a incremento de delincuencia en países receptores

ARCHIVO - Migrantes venezolanos en campamentos en Bogotá.

Una investigación de centros de estudios en Washington encontró que los migrantes venezolanos cometen crímenes ”en niveles sustancialmente menores” que su proporción con la población en Perú y Chile. En Colombia los datos son más mixtos, pero los venezolanos también cometen crímenes en menor escala.

La migración venezolana de los últimos años no ha generado un incremento en el crimen en los tres principales países receptores de este movimiento, reveló un estudio realizado por el Migration Policy Institute y el Brookings Institution, ambos centros de estudios políticos con sede en Washington, D.C.

“Los datos en este estudio sirven como evidencia robusta que la presencia de migrantes venezolanos no está generando un aumento de la delincuencia en la región, ciertamente no en los tres países que han recibido la mayor cantidad de migrantes y refugiados venezolanos”, indican los autores Dany Bahar, Meagan Dooley y Andrew Selee, refiriéndose a Colombia, Chile y Perú.

“La repentina migración en masa ciertamente presenta un desafió para las sociedades receptoras, pero al menos en estos casos, una gran ola de crímenes no es uno de ellos”, agregaron.

Los investigadores basaron su estudio en cifras públicas y en las solicitadas por ellos mismos a las autoridades sobre las acusaciones formales y encarcelamientos de venezolanos los últimos años. Más de cinco millones de venezolanos han salido de su país en los últimos años, recuerdan los autores.

De acuerdo con el análisis, en el caso de Chile, solo un 0,7% de las personas acusadas de algún crimen en 2019 eran venezolanos, aún cuando representan un 2,4% de la población en ese país.

Al desglosarlo por regiones, los venezolanos cometieron delitos a tasas más bajas que su porcentaje de población en 15 de 16 regiones chilenas en 2019. Arica y Parinacota, región fronteriza, es la única que muestra tasas de criminalidad más altas, aunque con números absolutos pequeños, que la proporción de población de venezolanos en 2018 y 2019.

Por su parte, en Perú, el estudio encontró que, a enero de 2020, solo un 1,3% de los presos eran extranjeros, de cualquier nacionalidad, mientras que los venezolanos representan el 2,9% por ciento de la población general.

“Las tasas de criminalidad en la mayoría de las regiones metropolitanas principales donde se concentran los venezolanos son bastante bajas”, agrega el texto.

En Colombia, apunta el análisis, representan el 2,3% por ciento de los arrestos por crímenes violentos en 2019, mientras son el 3,2% por ciento de la población general.

En el caso de arrestos por delitos menores el año pasado, el porcentaje aumenta a un 5,4%. El texto destaca que la mayoría de estos delitos fueron denunciados en regiones fronterizas y presentan como una posible explicación a las altas tasas de criminalidad en diferentes partes del país a tasas más altas de desempleo.

“Los hallazgos son consistentes con la literatura que sugiere que dar a migrantes y refugiados acceso al mercado laboral formal puede reducir la incidencia del crimen entre la población migrante”, apuntaron los autores.

Los investigadores sugieren que centrarse en los inmigrantes como fuente de delincuencia puede desviar la atención de los muchos desafíos reales de seguridad que enfrentan los países de América Latina.