El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo este jueves que las excarcelaciones de “apenas un tercio” de los prisioneros políticos del “régimen” en disputa de Venezuela no resuelven, y ni siquiera abordan, la crisis política subyacente en el país.
En un comunicado emitido por su oficina, Pompeo recordó que cientos de prisioneros políticos siguen en las cárceles, los cuales, además de los que fueron enviados a sus casas con arresto domiciliarios, nunca debieron haber sido arrestados.
“Para esos prisioneros que fueron liberados, regresar a sus casas es un día para celebrar”, dijo Pompeo. “Estados Unidos expresa respeto y admiración para estos patriotas y por los sacrificios que han hecho para liberar a su país”.
Sin embargo, agregó, “la condición de la democracia en Venezuela sigue siendo pésima”.
“Estos permisos o cambios son condicionales, con las autoridades que amenazan con revocarlos si cualquier individuo ‘regresa a actos de terrorismo, violencia o intentos de golpes’ arbitrariamente determinados por el régimen”.
Pompeo identificó a quienes aún son amenazados, acosados y encausados como los líderes opositores Juan Guaidó, Leopoldo López y Julio Borges, así como el embajador de Venezuela ante Estados Unidos, Carlos Vecchio, “y muchos otros luchadores por la democracia venezolana”.
El comunicado hizo notar que “ningún líder chavista o sindical fueron incluidos, ni miembros de los militares, a pesar de sus números desproporcionados entre los prisioneros políticos”.
“La mayoría de los líderes políticos democráticos exiliados no podrán regresar, porque saben que serían encarcelados instantáneamente: no hay garantías para su seguridad”, subrayó Pompeo.
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Tampoco “fueron desestimados los cargos contra el diputado Juan Requesens, quien sigue bajo arresto domiciliario”.
“El mismo día del cambio de Requesens, la madre del diputado Armando Armas fue detenida arbitrariamente, lo que nos recuerda que el régimen mantiene una puerta rotativa de encarcelaciones e intimidación para extorsionar la participación en la farsa electoral de (el presidente en disputa, Nicolás) Maduro del 6 de diciembre”, indicó el comunicado.
El comunicado afirma que “las condiciones para elecciones libres y justas no existen en Venezuela y la liberación de un número de prisioneros políticos no cambian esa situación”.
“Muchos opositores políticos del régimen aún tienen prohibido aspirar a un cargo público y permanecen sin derechos políticos. La Comisión Nacional Electoral, designada arbitrariamente, sigue bajo el control del régimen, algo crucial porque tiene en sus manos los complejos procesos de registración”, añadió Pompeo.
La nota advierte que “no existe la libertad de prensa. No existe la libertad de expresión. No existe la libertad de reunión. Estas condiciones mínimas para recibir una misión internacional electoral siguen ausentes”.
“Exhortamos a todos los actores democráticos, tanto de dentro y de fuera de Venezuela, a continuar insistiendo en las condiciones necesarias y aceptadas internacionalmente para elecciones libres y justas”, dijo el comunicado.
“Nosotros”, dijo Pompeo. “Y nuestros socios democráticos en Venezuela y en la comunidad internacional, no contribuiremos a legitimar otro fraude electoral del régimen de Maduro”.
La nota concluye diciendo que los ciudadanos venezolanos se merecen toda la solidaridad en su lucha para restaurar la democracia en su país.
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