El reparto de mercancías, ampliamente identificado como delivery en Venezuela, ha tenido un auge significativo en los sectores comerciales debido a la pandemia. Aunque en otras naciones esta tendencia no es nueva, en el país sudamericano su repunte sí se debió a la cuarentena.
Un estudio reciente de Front Consulting Group y el Observatorio Iberoamericano de Franquicias (OIF) señaló que esta modalidad es responsable de entre 30% y 40% de las ventas totales en los comercios venezolanos.
El aumento no solo se ha registrado en el número de usuarios, también en la cantidad de personas que decidieron ofrecer el servicio para generar más ingresos. La Voz de América conversó con cuatro ciudadanos que en la actualidad se dedican a hacer entregas de servicios a domicilio tras perder su empleo producto del confinamiento.
“Me genera mejores ingresos que ser mototaxi”
El decreto de cuarentena nacional que entró en vigor en marzo de 2020 significó el fin de ingresos económicos para Christian García, un venezolano de 28 años dedicado a trasladar a usuarios con su moto en Caracas. Este oficio e el país es conocido popularmente como “mototaxista”.
El joven recuerda que perdió sus clientes desde entonces debido a las restricciones de movimiento, entre otras medidas para frenar la pandemia.
“Ya las personas no necesitaban salir, ir a su trabajo y hacer otras cosas como antes. El temor también de estar tan cerca de una persona, es decir un motorizado, alejaba más la posibilidad de que alguien quisiera tomar el servicio”, dijo García a la VOA.
Los primeros meses de la pandemia fueron los más duros, explicó el joven, quien además tenía un segundo empleo en el área de mantenimiento de la Universidad Central de Venezuela (UCV), pero también desapareció por la cuarentena.
Pasados unos meses, García decidió salir de casa a buscar una nueva fuente de ingreso, y allí encontró la oportunidad de ofrecer el servicio de delivery en Pedidos Ya, una de las compañías más grandes de la región dedicada a esta modalidad, la cual llegó a Venezuela precisamente en medio de la pandemia. En la actualidad suma más de 200 comercios afiliados solamente en Caracas.
“Esto me genera mejores ingresos que ser mototaxi. No puedo agarrar a cualquier cliente, yo trabajo con varios compañeros y no hay que esperar el turno de cada quien debido a la demanda. Me pagan por pedidos o por carreras y no debo esperar a que me toque un turno, estoy constantemente con el pedido de un cliente”, explica entusiasmado.
Un caso similar es el de Félix Pérez, de 36 años de edad. Antes de la pandemia era mesero en un local en el este de Caracas, pero quedó desempleado.
“Fue un cambio muy fuerte y repentino. Fueron muchos los que se quedaron sin empleo, nadie lo esperaba, pero la empresa no podía hacer nada. Era mi única fuente de ingreso”, recuerda.
Pérez comenta que después de meses sin generar ingresos, la misma empresa a la que sirvió como mesero por tres años lo contactó para que ofreciera su servicio como delivery. Decidió aceptar el empleo y desde entonces se mantiene en el puesto.
“El delivery me genera buenos ingresos, es mucho más de lo que ganaba anteriormente”, afirma.
“No pensé que terminaría siendo delivery”
Con 50 años de edad, 16 de ellos trabajando en los tribunales, el abogado Javier Ayala reconoce a la VOA que jamás pensó que se dedicaría al oficio de delivery. Sin embargo, los 12 dólares mensuales que devenga por su trabajo y la paralización del mismo por el confinamiento, lo obligaron a buscar otras opciones más rentables.
Asegura que optó por dedicarse a esta modalidad por dos razones: tenía una moto propia y además, ya se había percatado del repunte que tuvo esta labor en el país.
En la actualidad, Ayala gana más dinero llevando pedidos a la puerta de las casas que con su trabajo anterior en los tribunales.
“Es una gran entrada que tengo para mi hogar. No pensé que terminaría siendo delivery, creo que la necesidad empujó a muchos. La llegada del delivery a este país ha generado muchos empleos. Aquí estoy yo gracias a los delivery, llevando el pan de cada día a mi hogar”, expresa.
“El delivery llegó para quedarse”
José Brücher tiene 42 años. Es comunicador social, pero se dedica principalmente al comercio, pues es dueño de un local en el centro de Caracas. Desde el inicio del confinamiento, las ventas se detuvieron y tuvo que buscar otras opciones para poder cubrir los gastos y servicios de su casa.
“La decisión de comenzar como delivery fue porque tenía el tiempo, las tiendas estaban cerradas. Hay una tienda por departamentos aquí en Caracas que tenía la necesidad y yo tenía la oportunidad de hacer el trabajo con ellos”, dijo José.
“Empezamos sin tanta seriedad y poco a poco fue tomando carácter el negocio y se hizo un buen trabajo con la publicidad de boca en boca se me pegaron otros establecimientos que buscaban el servicio”, añadió.
A diferencia de los otros casos, para José el delivery no representa un ingreso mayor al que tenía antes de la pandemia, pero dice que por ahora es el único que tiene de forma segura, así que se mantiene haciendo entregas mientras se normaliza la situación. No obstante, reconoce que esta modalidad seguirá con o sin pandemia.
“Yo siento que el delivery llegó para quedarse, es un negocio que va a permanecer en el tiempo, el futuro para cualquier negocio”, sentencia.