La popular cadena de tiendas de lencería, Victoria Secret, que con las esbeltas figuras de sus modelos definió durante años la moda íntima femenina, tendrá pronto un nuevo dueño.
L Brands, la empresa propietaria de la cadena de tiendas, informó que la firma Sycamore Partners comprará 55 por ciento de Victoria Secret por unos 525 millones de dólares. L Brands, de Columbus, Ohio, mantendrá el 45 por ciento.
Les Wexner, de 82 años, y quien fundó la compañía en 1963, renunciará como presidente una vez que la transacción se haya realizado y pasará a ser presidente emérito.
El gran reto de la empresa será reinventarse a sí misma y sus productos en tiempos en que la demanda de las mujeres está más enfocada en la comodidad por encima de la sensualidad.
Y es que Victoria Secret vio sus mejores tiempos hace ya varios años. Las ganancias de la marca han venido bajando, en la medida que otras marcas empezaron a captar una cada vez mayor parte del mercado.
La empresa ha visto sus utilidades reducirse desde el 2016, cuando sus ganancias antes de impuestos fueron de aproximadamente 1,400 millones de dólares. El año pasado, ya las ganancias se habían reducido a 462 millones.
Neil Saunders, director de la analista de mercados, GlobalData Retail, dijo que el problema estaba en que la dirigencia de la cadena de lencería estaba pensando en lo que los hombres querían.
“La marca está muy anclada en el pasado”, dijo Saunders. “Siempre era sobre qué hacía sentir bien a los hombres. Debería ser sobre qué hace a las mujeres sentirse bien sobre sí mismas”.
Wexner tenia ya sus propios problemas, principalmente relacionados a su amistad con el financista Jeffrey Epstein, quien fue acusado de abuso sexual y apareció ahorcado en su celda.
Epstein le manejó las finanzas a Wexner y esto le permitió crear un enorme capital en un tiempo corto. Wexner pidió disculpas recientemente por su cercanía con Epstein, sobre quien continúan surgiendo nuevos alegatos.
Pero para Victoria Secret se trata de un nuevo inicio, en el que tendrá que reinventarse. Mike Robbins, un experto en cultura corporativa basado en San Francisco, dijo que la empresa tendrá que buscar cómo retener a sus mejores empleados y promover una mayor diversidad.
“Tienen mucho por hacer, dentro de la compañía y afuera con los clientes”, dijo Robbins. “Las compañías que logran tener una buena cultura atraen a los mejores empleados”.