Víspera de elecciones en EE.UU.

El presidente del Comité Nacional del Partido Republicano, Michael Steele, durante un acto de campaña en California.

Las campañas electorales del oficialismo demócrata y la oposición republicana presentaron sus argumentos finales antes de las elecciones de este martes 2 de noviembre de 2010.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lideró los esfuerzos del oficialismo. El mandatario concluyó una gira de campaña por cuatro estados en busca de apoyo de los votantes demócratas, haciendo frente a la anunciada victoria de los republicanos en las elecciones legislativas.

Durante un acto en Cleveland, Ohio, un estado clave en todas las elecciones, el presidente Obama, culpó al anterior gobierno republicano del presidente George W. Bush, por los problemas económicos y el alto desempleo en el país.

El presidente reclamo de los votantes su participación, al decir que "depende de ustedes avisarles que no nos hemos olvidado, que no tenemos amnesia” y prometió que a pesar de los desafíos, habrá progresos.

Sin embargo, los republicanos responden culpando a Obama por la misma situación. Sarah Palin, la candidata a la vicepresidencia por el Partido Republicano en 2008, dijo en Fox News que los votantes enviarán un mensaje a Obama de que no cumplió su promesa de fortalecer la economía.

“Va a ser un terremoto político y el mensaje enviado a la izquierda será que se equivocaron y que los estadounidenses se están despertando y están pidiendo un gobierno más pequeño, más inteligente, es la única forma en que el país pueda regresar al camino correcto”, afirmó Palin.

Las encuestas indican que los republicanos ganarán escaños en ambas cámaras, tanto en el Congreso como en el Senado y probablemente logren la mayoría en la Cámara de Representantes. En el Senado se anticipa que los republicanos debiliten la mayoría demócrata.

Se pronostica que los demócratas pierdan al menos 40 bancas y la mayoría en la Cámara de Representantes, donde las 435 cargos están en disputa. Por su parte, en el Senado son 37 las bancas en juego, del total de 100, así como las gobernaciones de 37 estados.