Washington Post apoya sanciones a Venezuela

Los representantes Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart celebran junto a los venezolanos en el Capitolio.

El influyente periódico de la capital argumenta en un editorial que el proyecto de ley aprobado en la Cámara de Representantes puede motivar al gobierno de Nicolás Maduro a cambiar de curso.
La mesa editorial del periódico The Washington Post se unió al debate sobre las sanciones a Venezuela argumentando que éstas pueden ayudar a que el gobierno del presidente Nicolás Maduro se siente a la mesa de negociaciones.

La opinión del Post contrasta con la expresada por la secretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, de que aunque el ejecutivo “tiene suficiente autoridad” para adoptar sanciones de esa naturaleza, no cree que sea el momento de implementarlas.

“Durante años, el gobierno de Obama, al igual que sus predecesores, han evitado acciones punitivas o siquiera palabras duras en contra del gobierno populista y autoritario de Venezuela, a pesar de la sistemática violación de los derechos humanos”, dice el Post, para que no sirvan de distracción o provoque simpatía de otros gobiernos latinoamericanos.

“Aunque hay algo de verdad en ese argumento, éste puede ser contraproducente, como se mostró en la década pasada en que la política de Estados Unidos hacia Venezuela permaneció en gran parte inerte –y de todas maneras los chavistas han seguido usando a Washington como excusa”. Tal es el caso, dice el Post, de la “ridícula” acusación del miércoles de que el embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker, ha estado conspirando para asesinar al presidente Nicolás Maduro.

La lógica de esa posición es que lo más sabio es no hacer nada, o de que todavía no es el momento, a pesar de que el mismo secretario de Estado John Kerry ha dicho que el gobierno de Maduro ha sido una “debacle total”. El Post argumenta que esa posición “ignora el éxito de las sanciones cuando tienen como objetivo a individuos –en lugar de embargos económicos más amplios—como ha sucedido en Rusia y Corea del Norte”.

“Como señaló Marco Rubio, patrocinador del proyecto de ley en el Senado, el impacto potencial (de las sanciones) en los actores venezolanos es considerablemente más grande, porque muchos han comprado casas o esconden bienes ilícitos en Estados Unidos”, añade el periódico.

El Post considera que si bien “los gobiernos latinoamericanos por puro reflejo se van a oponer a las sanciones sin importar las circunstancias, y el régimen chavista va a demonizar a Estados Unidos… eso no significa que los altos puestos militares, los comandantes de la policía y otros funcionarios no van a tomar en cuenta la posibilidad de que no se les permita ir a Miami –o que el venezolano promedio vaya a reaccionar negativamente a que se saque a luz los dólares y el estilo de vida que se gastan estos socialistas”.

El Post concluye que el proyecto aprobado en la Cámara de Representantes el miércoles pasado da al gobierno de Obama “una autoridad más amplia, que significa que su aprobación daría a Maduro y sus compinches una oportunidad de cambiar el curso –y un motivo para hacerlo”.