El Partido Demócrata aprobó el sábado modestas reformas al reglamento que rige sus elecciones primarias en medio de la filtración por parte de Wikileaks, de unos 20.000 correos electrónicos internos del Comité Nacional Demócrata, la secretaría del partido.
Algunos de esos correos sugieren que el aparato del partido favorecía a Hillary Clinton frente al senador por Vermont, Bernie Sanders, durante las elecciones primarias y, por tanto, no cumplían con su papel de árbitro neutral.
Sanders se quejó no solo del abrumador apoyo para Clinton sino también del papel de los súper delegados — los miembros del Congreso, gobernadores y lideres partidarios demócratas— a los que nadie elige, pero que se vuelcan a favor del candidato favorito del partido.
Los candidatos considerados como “outsiders” parten con esa desventaja y solo tienen acceso a ganar los delegados normales por los que se pelea en cada estado.
De acuerdo a un compromiso alcanzado el sábado en el seno de la comisión de reglas de la Convención Nacional Demócrata, el papel de esos súper delegados podría reducirse significativamente en futuras elecciones primarias demócratas
El acuerdo contempla la creación de una “comisión de unidad” que debería recomendar que los súper delegados no se comprometan y permanezcan libres de apoyar al candidato de su preferencia.
Pero el esfuerzo de Sanders de que se aprobaran las enmiendas para eliminar del todo o limitar el poder de los súper delegados, de todas maneras se quedó corto.
De haberse aprobado las nuevas reglas para esta elección, Clinton habría ganado de todas formas.
Hillary llega a la Convención con 2.814 delegados, incluyendo a los súper delegados. Sanders cuenta con 1.893 y 50 no se han comprometido.
Para ganar la nominación se necesitan 2.382 delegados.