La creadora del blog ‘Generación Y’, Yoani Sánchez, visitó la ciudad de Nueva York como su primera parada en su gira por Estados Unidos y llegó para reunirse con jóvenes estudiantes de periodismo de la Universidad de Columbia.
Junto a estudiantes, profesores e invitados, Sánchez habló de las necesidades tecnológicas de la isla, así como el costo político, social y económico que significa enviar un mensaje por Twitter, que según la bloguera pasa de un dólar por mensaje.
“La primera sugerencia que hago es enviarnos tecnología, un flash, una memoria o ayudar a recargar los teléfonos de activistas, porque un solo tuit nos cuesta $1,15 centavos”, explicó la invitada.
Sánchez participó de la conferencia titulada “Primeras palabras”, organizada por la prestigiosa universidad que en 2009 le otorgó una mención del premio Maria Moors Cabot por su labor periodística dentro de la isla.
Los estudiantes hicieron todo tipo de preguntas, especialmente sobre su tarea en un mundo que castiga sus palabras.
“Como toda periodista estoy acostumbrada a meterme en problema, no me asustan los problemas. Cuando alguien me pregunta si no tengo miedo que manipulen mis palabras le digo que lo que mas miedo me da es que manipulen mi silencio, por eso no me quedo callada”, dijo Sánchez.
Dijo que la fuerza para seguir adelante las saca de las pequeñas cosas como su esposo “que me despierta con un beso o mi hijo en una adolescencia difícil que se va tirando la puerta”.
Al ser cuestionada sobre como colaborar para ayudar a enviar el mensaje, Sánchez respondió que la mejor forma era profundizando el tema.
“Algunas veces abro el periódico y leo que dice ‘Cuba condena por’ algo de los derechos humanos en las Naciones Unidas y me digo ‘Cuba no!, el gobierno. Cuba no es un hombre. Pienso que el primer ejercicio periodístico que nos vendría muy bien, que ayudaría a los cubanos es acabar de separar esas cosas”, señaló.
Sánchez dijo que la mejor manera de ayudar a descubrir Cuba era abandonando “esas imágenes estereotipadas de falso folclor de una isla de ron, domino, salsa, porque Cuba es mas que eso” y dijo que frecuentemente ve “muchos artículos simples, que tienen la premisa de que somos pobres pero felices. Sin libertad pero sonrientes”.
Junto a estudiantes, profesores e invitados, Sánchez habló de las necesidades tecnológicas de la isla, así como el costo político, social y económico que significa enviar un mensaje por Twitter, que según la bloguera pasa de un dólar por mensaje.
“La primera sugerencia que hago es enviarnos tecnología, un flash, una memoria o ayudar a recargar los teléfonos de activistas, porque un solo tuit nos cuesta $1,15 centavos”, explicó la invitada.
Sánchez participó de la conferencia titulada “Primeras palabras”, organizada por la prestigiosa universidad que en 2009 le otorgó una mención del premio Maria Moors Cabot por su labor periodística dentro de la isla.
Los estudiantes hicieron todo tipo de preguntas, especialmente sobre su tarea en un mundo que castiga sus palabras.
“Como toda periodista estoy acostumbrada a meterme en problema, no me asustan los problemas. Cuando alguien me pregunta si no tengo miedo que manipulen mis palabras le digo que lo que mas miedo me da es que manipulen mi silencio, por eso no me quedo callada”, dijo Sánchez.
Dijo que la fuerza para seguir adelante las saca de las pequeñas cosas como su esposo “que me despierta con un beso o mi hijo en una adolescencia difícil que se va tirando la puerta”.
Al ser cuestionada sobre como colaborar para ayudar a enviar el mensaje, Sánchez respondió que la mejor forma era profundizando el tema.
“Algunas veces abro el periódico y leo que dice ‘Cuba condena por’ algo de los derechos humanos en las Naciones Unidas y me digo ‘Cuba no!, el gobierno. Cuba no es un hombre. Pienso que el primer ejercicio periodístico que nos vendría muy bien, que ayudaría a los cubanos es acabar de separar esas cosas”, señaló.
Sánchez dijo que la mejor manera de ayudar a descubrir Cuba era abandonando “esas imágenes estereotipadas de falso folclor de una isla de ron, domino, salsa, porque Cuba es mas que eso” y dijo que frecuentemente ve “muchos artículos simples, que tienen la premisa de que somos pobres pero felices. Sin libertad pero sonrientes”.