Varios miles de hondureños comenzaron el viernes su viaje hacia Estados Unidos, mientras una avanzadilla de cientos de ellos que partió la noche anterior ya había comenzado a cruzar a Guatemala.
La policía, en los puestos de control establecidos a lo largo de la carretera, tanto en Honduras como en Guatemala, pidió documentos de identificación, pero no hizo ningún intento por detener a los migrantes.
Las imágenes de video mostraron a cientos de migrantes sosteniendo la bandera hondureña y cantando mientras cruzaban la frontera en el puesto de control de El Florido, hacia territorio guatemalteco.
La primera caravana de migrantes de un país de América Central este año incluye mujeres y niños pequeños. Al congregarse menos de una semana antes de que el presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, asuma el cargo, los migrantes aparentemente esperan que la nueva administración sea más comprensiva que la administración Trump ante su anhelo de una vida mejor.
Guatemala, Honduras, El Salvador y México, sin embargo, están tomando colectivamente medidas de seguridad y salud pública debido a la pandemia de COVID-19, para prevenir cruces fronterizos no autorizados.
Funcionarios mexicanos dijeron el jueves que habían discutido la migración con el candidato a asesor de Seguridad Nacional del presidente electo Joe Biden, Jake Sullivan, y plantearon “la posibilidad de implementar un programa de cooperación para el desarrollo del norte de Centroamérica y el sur de México, en respuesta a la crisis económica provocada por la pandemia y los recientes huracanes en la región”.
El mes pasado, las autoridades hondureñas detuvieron una caravana antes de que llegara a la frontera con Guatemala. El año pasado, las autoridades guatemaltecas desmantelaron otras caravanas antes de llegar a México.
