En números netos El Salvador reportó en los primeros cuatro meses de este año haber recibido en remesas 2.350 millones de dólares, Guatemala 4.367 millones y Honduras 1.512 millones; todos con un crecimiento exponencial del 47% para el primero, 42% para el segundo y 30% para el tercero si se compara con los datos del mismo período del año pasado.
Las remesas en el Triángulo Norte de Centroamérica han registrado un crecimiento sostenido desde la década de 1990 cuando se empezó a sistematizar el ingreso de esos fondos en las economías de los países.
Pero la insólita subida registrada en los primeros cuatro meses de este año, según reportan los bancos centrales de los tres países, y de otras naciones que también reciben remesas, llama la atención de los expertos porque superan con creces el crecimiento sostenido que han experimentado en años anteriores.
De ahí que se llega a comparar los primeros cuatro meses de este año con los de 2020, cuando comenzaba a influir el impacto de la pandemia -por las medidas sanitarias impuestas a mediados de marzo en Estados Unidos- de donde proviene la mayoría de esos flujos de efectivo.
Entre las muchas preguntas al respecto remiten a qué si se trata de un excedente de ingresos de los inmigrantes centroamericanos en Estados Unidos, o si sus familias en los tres países están requiriendo de mayor asistencia provocando un sacrificio adicional para suplir con más recursos a sus familiares.
O si el mercado laboral en la primera economía del mundo se ha robustecido tanto con las inyecciones de liquidez y los planes de contingencia puestos en marcha por la administración del presidente Joe Biden.
Manuel Orozco, experto en remesas y desarrollo y director del Centro de Migración y Estabilización Económica de Creative Internacional, en Washington, habla con la Voz de América. Y desde El Salvador el economista Carlos Acevedo, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR) responde a nuestras preguntas para poner en perspectiva el tema.
¿Es una tendencia general la subida en envíos?
Esta pregunta la responde Manuel Orozco quien afirma que el crecimiento registrado este año de arriba del 20% para ocho países de América Latina y el Caribe que captan el 75% del volumen total incluyendo México, Colombia y los países centroamericanos, pero que es estos últimos agrupados en el Triángulo Norte es donde se observa esa subida vertiginosa, lo que resalta una serie de preguntas a los expertos “Si esto es una tendencia que seguirá en esa dirección o si es un fenómeno específico del primer trimestre”, dice Orozco.
¿Cuánto están enviando los inmigrantes en remesas y por qué?
Manuel Orozco dice que los estudios sobre el terreno que lleva su organización, trazando datos de los bancos centrales y de encuestas por países que desarrollan para ver el comportamiento, les indican que los migrantes estarían enviando en promedio un 9% más que el año pasado, pero un 20% de los inmigrantes estaría superando con creces ese 9% llegando a enviar mensualmente hasta 7.000 dólares.
¿Qué factores explican el insólito aumento?
El economista Carlos Acevedo ex presidente del BCR en El Salvador y con experiencia como experto del Banco Mundial, cree que el principal indicador del crecimiento de las remesas en Centroamérica y otros países indicaría –en un primer orden- que se debe a la política monetaria “expansiva” de Estados Unidos para hacer frente a los efectos de la pandemia.
Esto ha puesto a disposición una ingesta cantidad de recursos que están drenando hacia todos los ámbitos de la economía y que por añadidura las remesas, indicador del mercado de trabajo para inmigrantes, han experimentado ese crecimiento rápido.
También pone como ejemplo el efecto contrario en países que reciben remesas de Europa como Bolivia y Ecuador, donde las restricciones sanitarias impuestas en la Unión Europea para hacer frene al COVID-19 han ralentizado las economías de la zona euro y por ende con impacto negativo en esos países andinos.
¿En qué se gastan el dinero proveniente de las remesas?
El economista Carlos Acevedo dice que a partir de los estudios realizados en El Salvador, y por las similitudes con los vecinos países de Guatemala y Honduras, se puede deducir que en los tres países las remesas están destinadas mayoritariamente al consumo, como forma de ingreso en los hogares, lo que permite a las familias mantenerse a flote; y no es casual que los migrantes dejan sus países por busca de fuentes de trabajo que les permitan afrontar los costes de vida de las familias.
“En el caso de El Salvador sabemos bien por las Encuestas de Hogares que más del 90% de las remesas se destinan para el consumo y las remesas son una de las fuentes principales del financiamiento de la actividad económica. Las exportaciones y las remesas son nuestra principal fuente de divisas, en Guatemala y Honduras será similar un alto porcentaje de las remesas va al consumo y les permite sobrellevar la crisis”, explica Acevedo.
¿La recepción de remesas tiene relación con las acciones de un gobierno?
El economista Manuel Orozco dice que cualquier insinuación desde el aparato mediático de un gobierno que indique que un crecimiento en las remesas obedece a sus gestiones está fuera de la realidad, pues lo que sí está claro para los expertos es que las condiciones políticas de un país inciden directamente en la decisión de migrar.
“Las condiciones políticas en un país inciden sobre la decisión de migrar, la propensión a migrar resulta de una combinación de factores entre ellos un sentido de frustración de que las cosas no están bien, y que las cosas no van para mejor, entonces la gente realiza una especie de cálculo racional del riesgo de quedarse y del riesgo de irse y confluyen que es mejor irse”, puntualiza Orozco.
También a medida aumenta la cantidad de migrantes centroamericanos que deciden tomar ruta y buscar trabajo en Estados Unidos, las remesas siguen en aumento, y los tres países dan muestra de ese efecto.
Guatemala por ejemplo lleva pormenorizados los ingresos mensuales por remesas y es fácil comparar los datos de cada año y los meses donde se experimentan picos como muestra la siguiente gráfica que a la vez deja ver el insólito aumento en los primeros cuatro meses de este año.
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