La Casa Blanca tuvo que salir al paso de las críticas que suscitó el anuncio este mismo viernes del Departamento de Estado de mantener la cuota de refugiados en mínimos históricos, y aseguró que el presidente Joe Biden anunciará "una cuota final, incrementada" para mediados de mayo.
En un principio, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el viernes una orden ejecutiva instando al secretario de Estado, Antony Blinken, a mantener la actual limitación de refugiados admitidos por al país anualmente en 15.000, la misma cifra más baja de la historia impuesta ya el año pasado por el expresidente Donald Trump, rompiendo así el demócrata una de sus promesas de campaña.
"Mientras se finaliza la decisión, urgieron al presidente a tomar medidas de manera inmediata para revertir las políticas de Trump que prohibían a los refugiados de muchas regiones clave, para que ponga a disposición de esas regiones vuelos para comenzar en días, la orden de hoy hizo eso", señaló la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en un comunicado posterior. "Hecho eso, esperamos que el presidente establezca una cuota final, incrementada para el resto del año fiscal el 15 de mayo".
En campaña, el actual presidente Biden se había comprometido, tal y como indicaba su programa electoral, a subir el límite anual de refugiados que acepta el país a 125.000 y que lo aumentaría aún más durante su futuro mandato, acorde con la “responsabilidad” de EE. UU., sus “valores y la necesidad mundial sin precedentes”.
Este nuevo límite, que contempla 3.000 asignaciones para América Latina y el Caribe, fue duramente criticada por miembros de su propio partido y grupos en defensa de los derechos de los migrantes.
“Biden prometió dar bienvenida a los migrantes y las personas votaron por él basadas en esa promesa. Sostener las políticas xenófobas y racistas de la administración Trump (…) es simplemente un error”, escribió la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las principales voces progresistas del partido demócrata, en su cuenta de Twitter.
El senador Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, también lamentó la medida y le pidió a Biden "cumplir con su compromiso" de aumentar el tope de refugiados admitidos impuesto por el Gobierno Trump.
"En este momento de gran necesidad global, EE. UU. debe demostrar nuestro compromiso inquebrantable como nación al reasentar a los refugiados más vulnerables alrededor del mundo”, escribió el demócrata en un comunicado.
Los legisladores del Partido Republicano han criticado a Biden por su política inmigratoria, acusándole de crear una crisis en la frontera al permitir la entrada de menores de edad no acompañados y algunas familias.
La decisión del presidente parece haber estado ligada a preocupaciones sobre la imagen que daría admitir más refugiados en un momento en que el número de migrantes que llegan a la frontera sur va en aumento, según le dijo un funcionario estadounidense a la agencia Reuters.
Sin embargo, el número de refugiados que acepta EE. UU. cada año no afecta a las personas que llegan a la frontera sur, que en su mayoría buscan pedir asilo, una protección migratoria distinta. El refugio se solicita desde el exterior, en una embajada o consulado estadounidense, mientras que para solicitar asilo la persona debe estar físicamente presente en el país.
Los demás cupos para el programa de refugiados estarán distribuidos de esta manera por región: 7.000 para África, 1.000 para Asia Oriental, 1.500 para Europa y Asia Central, 1.500 para Noreste y sur de Asia y 1.000 para otros.
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