Especial Elecciones en EEUU - Parte III
¿Acceso libre, prohibido o limitado? El rol clave del aborto en las elecciones de EEUU
El acceso al aborto se posicionó este año como uno de los temas de mayor preocupación entre los votantes de cara a las elecciones presidenciales en EEUU. Sin importar la afiliación política, el restringir o ampliar el acceso al aborto es ahora una discusión central en las campañas.
Por Salomé Ramírez y Yeny García
WASHINGTON - En Estados Unidos, una de cada tres mujeres en edad reproductiva vive en un estado con prohibiciones al aborto. Para quienes defienden las limitaciones, se trata de una “defensa a la vida”, mientras que para quienes buscan ampliar el acceso al aborto, es un asunto de salud pública y libertad de elección. Ambas discusiones son ahora centro de la contienda electoral de cara a los comicios presidenciales en noviembre.
El aborto ha escalado a una de las mayores prioridades de los votantes estadounidenses en años recientes. Uno de cada ocho electores asegura que este tema “es el más importante” al emitir su voto en 2024, según una encuesta de la organización KFF.
“Los derechos reproductivos van a ser un gran tema en todos los estados”, dijo a la Voz de América Mark Kelso, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Queens de Charlotte, Carolina del Norte. En este estado, el aborto está prohibido a partir de las 12 semanas.
Kelso agregó que, desde el ciclo electoral de 2020 hasta ahora, la percepción del tema ha cambiado “drásticamente”. “Está muy arriba en las agendas (de los candidatos). Está muy arriba en la agenda de mis estudiantes… quienes están muy preocupados sobre lo que pueda pasar”, apuntó.
Visiones encontradas
La conversación sobre el aborto tomó un mayor auge con la anulación por parte de la Corte Suprema del caso Roe Vs. Wade hace dos años, que había protegido el acceso al aborto desde 1973.
“Hemos visto un daño profundo desde la revocación de Roe vs Wade. El acceso al aborto ahora totalmente depende de su ubicación y sus medios económicos (...) Estamos en una crisis de salud pública”, insistió a la VOA Leila Levi, abogada en Derechos reproductivos del Centro Nacional de Derechos de la Mujer.
Para el movimiento provida, el fin de esta garantía federal fue una “victoria” y una manera de “rectificar un error”.
El Centro de Investigación Pew reveló que actualmente, 63 % de los estadounidenses dicen que el aborto debería ser legal en todos o la mayoría de los casos, mientras un 36 % piensa que debería ser ilegal.
En el caso de los republicanos, el 57 % cree que debe prohibirse el aborto, en contraste con el 85 % de los demócratas que piensan debe ser ampliamente accesible. Estas visiones se reflejan en los principales candidatos de cada partido: el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump.
Durante su mandato, Biden le ha pedido al Congreso que codifique el acceso al aborto como un derecho federal mientras se describe como “creyente del derecho fundamental de elegir”. El presidente ha criticado las prohibiciones estatales al aborto asegurando que las mujeres han sido “negadas” de “cuidados médicos esenciales”.
Roe vs Wade
El 24 de junio de 2022, la Corte Suprema de EEUU cambió de golpe casi medio siglo de precedente legal y puso fin a la protección federal al aborto legal en EEUU, dejando las leyes en manos de los estados y en un limbo a millones de mujeres en el país.
La resolución del caso Dobbs contra la Women's Health Organization de Jackson fue una sacudida sin precedentes en el sistema judicial y la sociedad estadounidense, que ha puesto los derechos reproductivos y el acceso al aborto en el centro de la discusión social.
La inédita derogación por el Supremo de su propia sentencia al caso Roe vs Wade, que en 1973 legalizó el acceso a un aborto seguro a nivel nacional, fue considerada una enorme victoria por los sectores republicanos más conservadores y un inmenso golpe para el movimiento en defensa de los derechos reproductivos, con repercusiones a corto y largo plazo.
Tras el fin de la protección federal, la legislación quedó en manos de los estados, que se movieron rápidamente: unos para declarar prohibiciones casi totales a las interrupciones o limitar la ventana de tiempo en que las clínicas o médicos pueden realizar los procedimientos de manera legal, mientras que otros emitieron leyes para proteger el acceso.
Desde junio de 2022 hasta ahora, 14 estados han penalizado de manera casi total el aborto en cualquier etapa de gestación. Otros han dificultado el acceso a procedimientos médicos después de las seis semanas, un período que según expertos, es muy corto para tomar una decisión o incluso para determinar un embarazo.
Trump, por su parte, se jacta de haber nombrado a los jueces de la Corte Suprema que anularon Roe vs. Wade. Sin embargo, ha dicho que no convertiría en ley una prohibición nacional del aborto, y que los límites deberían ser dejados en manos de los estados.
“Soy provida… aún así, también escucho al otro lado cuando dicen que no estamos haciendo muchos esfuerzos por las madres. A mí me crió una madre soltera, y creo que para los republicanos, es hora de que ayudemos a las madres solteras si queremos que vengan a nuestro lado provida”, dijo a la VOA Isaiah Payne, un joven candidato republicano a la Cámara Representantes de Carolina del Norte.
Aborto en la boleta estatal
En el estado sureño de Tennessee, ampliamente conservador, el aborto está prohibido en todas las etapas del embarazo. Sin embargo, según explicó John Geer, profesor de Ciencias Política en la Universidad Vanderbilt, “aunque el estado es muy provida, también está fuertemente a favor de la excepción”.
“Esto es en el caso de si una mujer debería poder acceder a un aborto en los casos de violación o incesto, o cuando su salud está en riesgo. La respuesta de los habitantes de Tennessee ya sea republicano, demócrata o independiente, es abrumadoramente sí. Pero la legislatura estatal no quiere tener excepciones”, agregó Geer.
En estos casos, las mujeres tendrían que ir a otros estados que sí permitan el aborto para acceder a este, “y eso no es lo que el público quiere, dondequiera que estén sus posiciones morales sobre el tema”.
El fin de la protección federal al aborto en EEUU dejó la legislación sobre derechos reproductivos en manos de los estados. En algunos, como en la Florida, donde se acaba de poner en vigor una prohibición de la interrupción del embarazo hasta las seis semanas, este tema también estará en la boleta. Nueva York y Maryland también decidirán sobre el acceso al aborto en cada uno de esos territorios.
De ahí que la elección de legisladores estatales y locales en noviembre sea crucial para votantes y activistas. “Francamente, son las elecciones locales, que impactan a la gente más en el día a día que cualquier cosa que suceda en Washington”, precisó el director del Centro de Encuestas de la Universidad de Nuevo Hampshire, Andrew Smith.
“Estamos hablando de riesgos serios” para las personas, precisó la abogada Leila Levi.
“Muchas mujeres tienen que viajar y dejar su estado para realizarse un aborto legal, porque actualmente en más de 13 estados es prohibido. El aborto es un tema que los va a llevar a votar. Y también sabemos que cada vez que un estado ha incluido el acceso al aborto en la boleta electoral, los votantes apoyan el acceso”, remarcó Levi.
¿Existe espacio para un entendimiento?
El tema de los derechos reproductivos es uno de los que más pasiones provoca.
De un lado, el movimiento provida argumenta en que esta comienza en el momento de la concepción y por ende, toda interrupción debería ser ilegal. Del otro, insisten en que debería primar el derecho a decidir y defienden que el aborto debería ser permitido y legal en todos los casos, pero sobre todo cuando llevar a término un embarazo implica un riesgo para la persona gestante.
La religión, los valores y hasta la crianza juegan un papel crucial en esta división. “Quienes justifican el aborto afirmando que ‘nadie sabe cuándo comienza la vida’ no están argumentando ciencia sino más bien su propio tipo de política, filosofía o incluso religión”, afirma el conservador Consejo de Investigaciones de la Familia.
Aproximadamente tres cuartas partes de los protestantes evangélicos blancos en EEUU (73 %) piensan que el aborto debería ser ilegal en todos o en la mayoría de los casos, algo que contrasta con la mayoría (86 %) de los estadounidenses sin afiliación religiosa, quienes creen que la terminación de un embarazo debería ser legal en todos o en la mayoría de los casos, según el Centro Pew.
Sin embargo, el 71 % de los protestantes afroamericanos, el 64 % de los protestantes blancos no evangélicos y el 59 % de los católicos encuestados afirman estar en contra de una prohibición total. De acuerdo con activistas y organizaciones a favor del acceso legal al aborto, esto evidencia la posibilidad de un espacio común, aún a pesar de las extremas diferencias.
Esto sucede, según explicó a la VOA la directora ejecutiva del Instituto Nacional de Latinas por la Justicia Reproductiva, Lupe Rodríguez, porque no se trata solo de la terminación del embarazo, sino del acceso a la atención médica, las consultas prenatales, de planificación familiar y los cuidados preventivos de bajo costo.
“Estamos viendo que en las elecciones la mayoría de las personas en este país, incluyendo las latinas, queremos que siga el acceso al aborto y que no se siga restringiendo y que no hayan determinaciones de quién puede acceder o la criminalización de las personas que apoyan este derecho”, agregó Rodríguez.
Incluso entre quienes por sus valores “no apoyan el aborto ellos mismos o no creen”, hay muchos que piensan “que se debe de apoyar a la persona que necesita acceder” o no están de acuerdo con la prohibición total y la limitación al acceso de atención médica.
“Las personas que están viendo este panorama, quieren que no solamente se relegalice el aborto, pero que también haya medidas para que sea accesible y de bajo costo”, insistió Rodríguez.
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