Su nombre real es Anais Reyes, pero sus fantásticos dibujos llevan la firma de Ana Limón, el nombre artístico que eligió para hacer famosas sus obras de arte. Desde la Argentina diseña imágenes de su querida Venezuela y las exporta no solamente a su país natal sino a Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo.
Anais Reyes nació en la ciudad de Ojeda en el estado de Zulia y se crió en la pequeña población de San José de Seque, en el estado de Falcón. Con el ejemplo de su madre y de toda su familia, desde pequeña Ana entendió lo que era el esfuerzo y lo que tendría que luchar para conseguir lo que ella realmente quería hacer: diseñar.
Ya desde muy chica sabía que su futuro estaría en el arte. Primero quiso ser escritora o ilustradora. Luego pensó en el diseño gráfico. Fue así que una vez que terminó la enseñanaza secundaria no dudó en mudarse a la ciudad de Maracaibo donde se inscribió en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín para estudiar la licenciatura en Diseño Gráfico. Su talento era innato, pero allí desarrolló las habilidades que le darían las herramientas para realizar sus actuales obras de arte.
Hija de una madre muy trabajadora y luego de un gran esfuerzo por pagar la universidad, Ana comenzó a darse cuenta que en Venezuela no podría tener el futuro próspero que ella imaginaba. Fue así que en agosto de 2017 armó las valijas y viajó a Buenos Aires, donde lo esperaba su novio, quien ya había viajado a la Argentina meses antes.
Como todo inmigrante, la vida al comienzo no es sencilla, relata. Siempre con sus hojas y sus lápices para dibujar, Ana nunca dejó de buscar trabajo, que finalmente encontró al poco tiempo de haber llegado a la Argentina. De todas formas, ella siempre había soñado con investigar y plasmar en ilustraciones las características de cada uno de los 24 estados venezolanos.
El inicio de la pandemia le dio el tiempo que estaba necesitando. En los primeros meses de restricciones, donde nadie podía salir de su casa, Ana se sentó y llevó a un papel su adorado personaje de Harina Pan. Sería la primera de cientos de ilustraciones que realizaría en todos esos meses. Luego le siguió el primer diseño completo de un estado venezoalano: Zulia, el lugar que la vio nacer.
Desde ese momento Ana dejó las hojas y lápices con los que siempre había pintado para volcarse por completo a la computadora. Allí sus diseños empezaron a deslumbrar a quien los mirara. Ana ilustró cada uno de los estados que componen Venezuela. Le llevó mucho tiempo. Primero realizó una profunda investigación para no perderse ni un detalle de cada sitio y luego dejó volar su imaginación e ingenio para llevarlo al papel, o mejor dicho a la computadora.
Tal como ella dice, la investigación de Venezuela le permitió conocer a su país. No sabía cómo era, se había ido de muy chica y no lo había podido recorrerlo. Ahora sabe qué bebe, come y qué características tiene cada estado venezolano.
Uno de sus próximos sueños es poder volver a su amada Venezuela para llevarle personalmente un dibujo a su madre, su heroína, y visitar cada lugar que diseñó en las ilustraciones.
[Reporte desde Buenos Aires de Gonzalo Bañez Villar]
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