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Nacionales ganan Serie Mundial en una travesía a contracorriente


Los Nacionales aprovecharon su oportunidad en una Serie Mundial donde el equipo visitante ganó cada uno de los siete duelos, algo inédito en la historia de las Grandes Ligas y de los principales deportes profesionales de Estados Unidos.
Los Nacionales aprovecharon su oportunidad en una Serie Mundial donde el equipo visitante ganó cada uno de los siete duelos, algo inédito en la historia de las Grandes Ligas y de los principales deportes profesionales de Estados Unidos.

Dirigidos por Dave Martínez, los Nacionales de Howie Kendrick, Anthony Rendón y compañía completaron una larga travesía a contracorriente. Y consiguieron el título de la Serie Mundial por primera vez en su historia con una nueva remontada, esta vez en el séptimo juego.

Kendrick y Rendón dispararon sendos jonrones en el séptimo inning y Washington revirtió un déficit de dos carreras para vencer el miércoles 6-2 a los Astros de Houston, con lo cual se coronó en el Clásico de Otoño.

“Es un grupo de chicos resistentes e implacables”, afirmó Martínez. “Ha peleado todo el año”.

Con todos los ojos puestos en Max Scherzer y su notable recuperación tras recibir inyecciones de analgésicos, los Nacionales aprovecharon su oportunidad en una Serie Mundial donde el equipo visitante ganó cada uno de los siete duelos, algo inédito en la historia de las Grandes Ligas y de los principales deportes profesionales de Estados Unidos.

Y en otro hecho sin precedente, el dominicano Juan Soto y los empeñosos Nacionales remontaron para ganar cinco juegos de vida o muerte en esta postemporada.

“¡Qué historia!”, exclamó Ryan Zimmermann, el primer reclutado por los Nacionales durante un draft, en 2005. “Espero que D.C. esté listo para que lleguemos a casa”.

Stephen Strasburg, Patrick Corbin y los Nacionales llevaron a la capital estadounidense su primer cetro de la Serie Mundial desde que Walter Johnson consiguió la corona con los Senadores en 1924.

Esta franquicia se fundó como los Expos de Montréal en 1969, cuando las Grandes Ligas se expandieron al norte de la frontera. El equipo con gorras tricolores jugaba entonces en el Jarry Park.

En 2005, se mudó a la capital estadounidense, que había carecido de equipo en las mayores durante más de tres décadas, luego que los Senadores desaparecieron por segunda vez para transformarse en los Rangers de Texas.

Y el increíble recorrido que siguieron estos Nacionales era algo que nadie pudo imaginar.

Habían perdido como agente libre a su estrella Bryce Harper, y enfrentaban serias dudas con el bullpen. Comenzaron la campaña con una foja de 19-31.

Ahora, Martínez es el segundo piloto boricua en ganar el Clásico de Otoño en forma consecutiva. Alex Cora se había coronado el año anterior con los Medias Rojas de Boston.

Los Nacionales adoptaron un mantra que comenzó a aparecer en sus camisetas: “Sigue en la pelea”.

“Ése fue nuestro lema”, recalcó Scherzer.

Y durante meses, no se cansaron de seguirlo al pie de la letra. Se colaron en el Juego de Comodines y pelearon hasta obtener el cetro.

“¿Adivinen qué? ¡Seguimos en la pelea y la ganamos!”, gritó Martínez durante la celebración en el terreno, con el trofeo de las mayores.

Para los 43.326 espectadores en el Minute Maid Park de Houston, la noche trajo conmoción y decepciones. Estuvieron muy cerca de ver la segunda coronación de los Astros en tres años.

Pero la ventaja se evaporó repentinamente.

“Tengo acá a un grupo de hombres con el corazón roto, quienes hicieron todo lo posible por traer a esta ciudad un campeonato de la Serie Mundial. Nos quedamos a un triunfo”, lamentó el piloto de Houston, AJ Hinch. “Seamos sinceros, hay otros 28 equipos a los que les habría encantado compartir la miseria que vivimos hoy. Jugamos para llegar aquí, para tener una oportunidad de ganarlo todo. Simplemente le dije a mi equipo que es difícil expresar esto con palabras y recordar todo lo bueno que pasó, porque ahora tenemos el peor sentimiento que alguien puede tener”.

Washington siguió luchando incluso después de tomar la ventaja. Adam Eaton bateó un sencillo de dos carreras en el noveno inning.

Zack Greinke tenía el control del juego hasta que Rendón, originario de Houston, disparó un bambinazo que redujo a 2-1 la ventaja de los Astros en el séptimo capítulo.

Acto seguido, Soto gestionó un boleto con un out, y Hinch decidió relevar a Greinke. En el bullpen, había calentado el abridor Gerrit Cole, pero el piloto se decidió por Will Harris.

Al segundo lanzamiento, Kendrick bateó la pelota hacia la pantalla adjunta al poste de foul del prado derecho. Y en un santiamén, los fanáticos vestidos de anaranjado, que alentaban al equipo que más triunfos acumuló en la campaña regular, quedaron en silencio.

Como todos los seguidores del equipo de casa en este Clásico de Otoño. Ésta fue la Serie Mundial de los Visitantes.

Por los Nacionales, los dominicanos Soto de 4-2 con una anotada y una producida, Víctor Robles de 4-1 con una anotada. El venezolano Asdrúbal Cabrera de 3-1.

Por los Astros, los venezolanos José Altuve de 5-1, Robinson Chirinos de 4-0. Los cubanos Yuli Gurriel de 4-2 con dos anotadas y una empujada, Yordan Álvarez de 3-1. El puertorriqueño Carlos Correa de 4-2 con una remolcada.

Serie especial de la Voz de América

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