Reino Unido quiere una relación duradera con la Unión Europea en los servicios financieros para “las décadas venideras”, dijo el martes el ministro de Finanzas británico, Sajid Javid, quien recibió una refutación inmediata por parte de Bruselas.
Londres abandonó el bloque el mes pasado, por lo que su gran sector financiero perderá el acceso privilegiado a los clientes europeos a partir de enero de 2021. Las firmas financieras solo podrían ofrecer sus servicios a esos clientes en subsectores donde las reglas sean consideradas “equivalentes”.
Javid pidió a la UE que califique al sector financiero británico como “equivalente”, una referencia al sistema de acceso al mercado financiero del bloque, basado en el reconocimiento por parte de Bruselas de que la regulación británica es tan robusta como las normas de su contraparte.
“Esto es importante no solo en el corto plazo, sino para establecer unas normas y medios de trabajo con la UE que se prolongarán durante las décadas venideras”, señaló Javid en un artículo publicado en el periódico City AM.
Más tarde, en respuesta a la pregunta de un parlamentario británico, Javid dijo que la UE debería seguir reconociendo que Reino Unido cumple los estándares regulatorios equivalentes del bloque porque “el día uno (1 de enero de 2021) tendremos exactamente las mismas reglas”.
No obstante, el negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier, afirmó a los eurodiputados que Londres “no debe hacerse ilusiones” sobre los servicios financieros, ya que “no habrá una equivalencia general, global y permanente” con Reino Unido.
“No habrá una gestión común”, aseguró ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
“La apertura de nuestros mercados, el acceso a los datos y la equivalencia para los servicios financieros serán proporcionales a los compromisos de respetar la lealtad en la competencia, la coherencia regulatoria, la protección de los ciudadanos y la estabilidad financiera”, dijo Barnier.
Añadió que Gran Bretaña no debe tener ilusiones de que los servicios financieros de la City londinense tendrán acceso preferencial.
“Las cosas no pueden seguir igual después del Brexit, habrá cambios en todos los terrenos”, dijo Barnier. “Esta negociación será difícil, muy difícil. Recomiendo que permanezcamos preparados para todas las opciones, incluso la de no llegar a un acuerdo básico antes del 31 de diciembre”.
La equivalencia solo cubre algunas actividades financieras, pero la banca básica está excluida y Bruselas puede -en teoría- desechar el acceso con sólo 30 días de aviso en algunos casos.
Reino Unido y la UE han acordado realizar esta evaluación a fines de junio, pero Bruselas ya ha advertido que el acceso actual al mercado financiero estará ligado a asuntos comerciales más amplios, como los derechos pesqueros.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo sentirse animada por la ambición del primer ministro británico, Boris Johnson, sobre protección social y acción climática, que podrían formar la base de un campo de juego parejo en lo referente a las obligaciones entre la UE y Reino Unido.
“He notado la ambición en el discurso de Boris Johnson: sobre el salario mínimo, los permisos por paternidad (...) He visto ambición en el recorte de las emisiones de carbono y al asegurar que nuestras firmas competirán con justicia absoluta”, afirmó Von der Leyen ante el Parlamento Europeo.
“Es lo que queremos nosotros también. Lleguemos a un acuerdo de manera formal sobre esos objetivos. Podemos generar formalmente una competencia dinámica ascendente que beneficie tanto a Reino Unido como a la Unión Europea”, agregó.
Sin embargo, urgió este martes al primer ministro británico, Boris Johnson, a buscar un futuro acuerdo comercial más ambicioso, aunque advirtió que todo pacto tiene sus reglas.
"Me sorprendió oír al primer ministro del Reino Unido hablar del modelo australiano. Pero la Unión Europea no tiene acuerdos comerciales con Australia", aseguró Von der Leyen ante la Eurocámara en Estrasburgo.
“Australia es un socio fuerte y de ideas comunes, pero la Unión Europea no tiene un acuerdo comercial con Australia”, dijo Von der Leyen, responsable de la poderosa ejecutiva europea. “Ahora negociamos según los términos de la Organización Mundial del Comercio”.
“Si esta es la decisión británica, nos parece bien”, añadió. “En la actualidad comerciamos bajo los términos de la Organización Mundial de Comercio”.
La UE negocia actualmente un acuerdo comercial con el país austral, pero "actualmente" comercian "en los términos de la Organización Mundial del Comercio (OMC)", explicó la presidenta de la Comisión.
"Si esta es la elección británica, estamos bien con eso sin ninguna duda (...) El Reino Unido puede decidir conformarse con menos, pero personalmente pienso que deberían ser más ambiciosos", agregó.
Tras su retirada el 31 de enero, el Reino Unido se encuentra en un período de transición con la UE hasta fines de 2020, durante el cual seguirá aplicando las normas europeas mientras negocia su futura relación.
Londres y Bruselas se disponen a iniciar la negociación en marzo, en base a la declaración política acordada por ambos en 2019, que establece la necesidad de contar con una "competencia abierta y leal".
Los europeos temen, no obstante, que el Reino Unido socave el mercado único europeo al apartarse de las reglas del bloque en materia de competencia, ayudas de Estado, protección social o ambiental.
Von der Leyen advirtió así que los acuerdos comerciales implican el respeto de normas y que la UE intentará evitar una competencia desleal. "Todavía tenemos nuestras normas que deben respetarse", agregó.
Algunas empresas británicas se han declarado alarmadas porque el gobierno está retrocediendo en su compromiso de mantener una relación comercial con la UE con la menor cantidad posible de fricciones.
Andrew Opie, del Consorcio Minorista Británico, dijo que si el gobierno no se apresura a instalar infraestructura fronteriza, los británicos podrían padecer escasez de frutas y verduras frescas.
“No basta anunciar que habrá controles, ahora debemos conocer los planes para ponerlos en práctica”, dijo. “Si no, serán los consumidores quenes sufrirán el 1 de enero”.
Von der Leyen insistió en que los 27 estados miembros ofrecen a Gran Bretaña “algo que nunca hemos ofrecido a nadie más”, bajo condición de que su antiguo socio garantice una competencia justa y protecciones para trabajadores y el medio ambiente.
El gobierno británico ha advertido a las empresas del país que se preparen para las declaraciones y controles de aduana sobre todos los bienes provenientes de la UE el año próximo.
“El Reino Unido estará fuera del mercado único y la unión aduanera, de manera que deberemos estar preparados para los procedimientos aduaneros y los controles regulatorios que sobrevendrán inevitablemente”, dijo el lunes Michael Gove, el ministro británico a cargo de los preparativos para el Brexit.
La líder del gobierno escocés advirtió el lunes que Gran Bretaña pagaría un “alto precio” si abandona las normas y estándares de la UE. La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, también reiteró su deseo de celebrar un referendo sobre la independencia escocesa de Gran Bretaña y la posibilidad de sumarse a la UE como estado miembro.
“Como la UE sigue dejando claro, cuanto más nos alejemos de los estándares de la UE, menos acceso tendremos al mercado único”, señaló. “El derecho a disentir vendrá con un precio, un precio muy alto”.
(Con información de AFP, AP y Reuters)