Cualquiera sea el resultado electoral de la Presidencia de Estados Unidos, cual moneda al aire este miércoles, mientras culminan los conteos definitivos de votos en nueve regiones, la política hacia Venezuela no sufrirá cambios sustanciales, sino, quizá, tácticos, según analistas.
Donald Trump, aspirante a la reelección por el partido republicano, y Joe Biden, candidato demócrata, exvicepresidente, protagonizan una competencia reñida por la Casa Blanca, sin resultado concluyente, a la espera del conteo final de papeletas en estados clave, como Pensilvania, Wisconsin y Michigan.
Biden pidió paciencia a sus seguidores mientras culmina el conteo, que podría extenderse por día. Trump denunció el intento de los demócratas de “robar” las elecciones, amenazando con llevar el asunto ante la Corte Suprema del país.
El interés en la elección es pronunciado en todo el mundo, pero particularmente en Venezuela. Su gobierno de facto, el de Nicolás Maduro, encara sanciones económicas y acusaciones penales de parte de Washington, y el interino, del opositor Juan Guaidó, confía en el apoyo ulterior de cualquiera de los dos candidatos que gane, explica el doctor en ciencias políticas, Sadio Garavini.
“Lo ideal para la democracia en el mundo hubiese sido un resultado claro y contundente. Tenemos una situación muy tensa, difícil, compleja. Los únicos felices frente a esto son los gobiernos autoritarios”, dice a la Voz de América.
Garavini, embajador retirado de Venezuela, matiza el impacto del resultado de la votación estadounidense. Es una “estupidez”, a su juicio, el “cuento” de que uno de los candidatos, específicamente Biden, representa una postura débil sobre la crisis social, política y económica de Venezuela.
“Cualquiera que gane no va a cambiar en lo sustancial (la política). Lo que puede suceder es un cambio táctico, que lo puede dar el propio Trump. Gane quien gane, no es ningún desastre, no es una situación negativa para Venezuela”, expone.
"Guiño" del madurismo
El chavismo, por su parte, realizó “un guiño” este lunes a un eventual giro de timón en la Presidencia de Estados Unidos, a su entender.
La esposa de Maduro y candidata al Parlamento, Cilia Flores, expresó que esperan un acercamiento “más temprano que tarde” con Estados Unidos.
“Maduro se come el cuento de que, con los demócratas, la situación puede cambiar y que podría haber un diálogo distinto al de Trump. Es una creencia equivocada. Lo que puede pasar es un cambio táctico”, insiste Garavini.
El politólogo Pablo Andrés Quintero considera que es un error de cálculo que el chavismo piense que haya un tratamiento distinto al caso venezolano.
A su juicio, el manejo de la política exterior estadounidense ante Venezuela “no tiene reversa” en asuntos como delitos de lesa humanidad, violaciones a derechos humanos y las acusaciones por narcotráfico contra líderes chavistas.
“El chavismo podría esperar de un gobierno de Biden que los interlocutores tengan un tono diferente, que otros actores políticos se articulen en una negociación, que la negociación sea multidireccional y multidimensional”, dice.
Quintero atribuye la declaración de Flores a los arrestos y las acusaciones por narcotráfico de dos de sus sobrinos en los tribunales de Estados Unidos.
“Pero el Departamento del Tesoro y la DEA son instituciones que tienen mucho respaldo e historial limpio en ese tipo de detenciones. No van a negociar, ni a ‘blanquear’ ese asunto”, advierte, descartando de plano acuerdos en ese sentido.
Juan Francisco Contreras, analista, experto en relaciones internacionales, coincide en que la “declaración inesperada” de Flores intentó allanar el camino para tender puentes hacia la eventual administración de Biden.
“Iba dirigido a eso. Respondió a un intento de lanzar un anzuelo para ver qué podía lograr si Biden era electo”, evalúa, en entrevista con la VOA.
Contreras asegura que el interés local en las elecciones presidenciales norteamericanas es tal que miles de venezolanos, como él, estuvieron en vilo la madrugada del miércoles a la espera de resultados definitivos.
“Hay expectativa, porque Biden y Trump significan dos formas de ver las políticas y las relaciones internacionales, son dos formas de abordar la situación venezolana”, manifiesta Contreras.
Apunta que el pueblo venezolano atestiguó la “polarización importante”, las diferencias sociales entre ciudades grandes y pequeñas de Estados Unidos y el “factor increíble de desinformación” que simbolizaron las encuestas previas.
Expresa que los candidatos de ambos partidos garantizan la continuidad de estrategias para lograr una salida a la crisis venezolana desde Estados Unidos.
“Están claros de que es insostenible la situación en Venezuela y que Venezuela es un problema hemisférico. La diferencia es la forma y el tiempo que tomará” resolver semejante cuadro político en el país suramericano, opina.