El presidente de EE.UU., Joe Biden firmó el viernes dos decretos que buscan aumentar la ayuda federal a las familias de bajos recursos y proteger a los trabajadores y contratistas federales en la pandemia del COVID-19.
Biden lamentó que al menos 900.000 estadounidenses han perdido la posibilidad de encontrar un empleo con el que poder sostener sus economías familiares.
“No podemos dejar que la gente pase hambre. No podemos dejar que la gente sea desalojada por nada”, requirió durante la firma de los decretos, celebrada en la Casa Blanca.
Al explicar el contenido de las órdenes ejecutivas, el presidente Biden se refirió al “coro creciente de los principales economistas” en el país, que, han coincidido en señalar que tras la crisis actual, hay un momento especial para la inversión debido a “las tasas de interés históricamente tan bajas”, por tanto, aseguró “es una inversión fiscal inteligente”.
Las dos órdenes ejecutivas se suman a otros diez decretos dirigidos a la lucha contra el coronavirus que expanden la capacidad de manufactura del país y tratan de impulsar las acciones de vacunación.
Aun así, para su plan macroeconómico, la administración Biden necesita "con urgencia una acción adicional del Congreso", según documento informativo desplegado por la Casa Blanca. El consentimiento congresional ayudaría a las familias trabajadoras por el resto de la crisis, vaticinó; mientras tanto, ha adelantado los mencionados ordenamientos ejecutivos.
Uno de los decretos establece un aumento financiero del 15% en un programa que da ayudas a familias de bajos recursos para comprar comida durante los días que no van a la escuela. También pide al Departamento de Agricultura que considere ordenar a los estados expandir el programa de ayuda de alimentos.
La orden también trata de facilitar que los estadounidenses reclamen pagos directos de paquetes de asistencia y otros beneficios anteriores. Según la Casa Blanca, casi ocho millones de personas no recibieron el cheque de 1.200 dólares en estímulo que el gobierno aprobó en marzo.
Además, el decreto crearía una garantía para que los trabajadores puedan seguir cobrando sus beneficios por desempleo si se niegan a aceptar un trabajo que pusiera en peligro su salud.
"Espero que el Departamento de Trabajo garantice el derecho a rechazar un empleo que pondrá en peligro su salud, y que si lo hace, aún pueda calificar para el seguro", aseveró el presidente.
Casi 10 millones de los 22 millones de trabajadores que perdieron su empleo siguen desempleados, según el último informe del Departamento de Trabajo, con datos de enero. La tasa de desempleo se mantuvo estable en el 6,7% en diciembre, y muchos economistas dijeron que la cifra podría permanecer elevada durante meses.
Nadie en Estados Unidos debería trabajar 40 horas a la semana por debajo de la línea de pobreza"
Joe Biden, presidente de EE.UU.
A su vez, esta orden ejecutiva crea medidas de asistencia a los veteranos y la creación de una estructura para coordinar los programas de beneficios para los necesitados.
El segundo decreto, centrado en trabajadores y contratistas del gobierno federal allana el camino para que los empleados obtengan un salario mínimo de 15 dólares por hora.
"Nadie en Estados Unidos debería trabajar 40 horas a la semana por debajo de la línea de pobreza, y 15 dólares hace que la gente supere la línea de pobreza", afirmó Biden al justificar la ordenanza ejecutiva del viernes.
Además, devolvería a los sindicatos los derechos de negociación anulados por el gobierno anterior y protegería el sistema de empleo civil. El presidente Biden ha pedido al Congreso esta subida del salario mínimo, que representa una de sus principales promesas de campaña.