“En la espada masculina nadie lo ha logrado en la competición individual, y es un reto para mi, un reto personal. Yo quiero ser el primer atleta en la historia en ganar dos medallas de oro”, explica el esgrimista venezolano Rubén Limardo, quien se encuentra en Tokio para participar en sus cuartos Juegos Olímpicos.
Limardo, de 35 años, es originario de Ciudad Bolívar, Venezuela. Además de ganar una medalla de oro en los Juegos de Londres, en 2012, ha sido nueve veces campeón Panamericano. Es toda una leyenda en su país natal, pues es uno de los tres deportistas venezolanos ganadores de una medalla de oro en la historia de los Juegos Olímpicos, juntamente con el boxeador Francisco “Morochito” Rodríguez y el taekwondista Arlindo Gouveia.
Ahora espera volver a hacer historia en la capital japonesa: “He trabajado muchísimo, la experiencia ya la tengo, y simplemente (hay que) poner manos a la obra el día de la competencia para disfrutar de este evento”.
Sin embargo, el atleta explica que el camino hasta llegar a Tokio no fue fácil. La crisis generada por la pandemia y la falta de competiciones hicieron que tuviera que buscar alternativas para generar ingresos y poder mantener a su familia, por lo que este campeón tuvo que ponerse a trabajar de repartidor en Polonia, país en el que reside.
La incertidumbre de no saber si finalmente iban a llevarse a cabo los Juegos también afecto al deportista: “Cuando entrenas para algo que no sabes si se va a realizar o no, es bastante difícil”.
A pesar de ello, comenta que se encuentra “preparado” para dar nuevas estocadas: “Te puedo decir que nuestro entrenamiento valió la pena, cada momento de ejercicio, cada momento de esfuerzo, no paramos en ningún momento”.
Comenta que el apoyo de su familia fue fundamental para seguir adelante: “Siempre están pendientes cuando compites, de qué día te toca, te envían mensajes positivos… Se sienten esas energías, ese amor y ese cariño, no solamente de mi familia, sino de muchas personas y esto es lo más bonito, cada vez que uno al representar a su país se siente ese amor y esa pasión de todas esas personas que quieren ver a uno triunfar, porque somos ejemplo para ellos”.
Rubén explica que después de los Juegos en el país nipón seguirá entrenando para otras competiciones. Y a pesar que comenta que le queda “poco tiempo” en el deporte profesional, espera poder participar por última vez en unos Juegos Olímpicos en París, en el año 2024.
Por otro lado, a pesar de los obstáculos económicos y logísticos generados a causa de la pandemia, sigue “al pie del cañón” con la fundación que lleva su mismo nombre, la cual se encarga de preparar a jóvenes venezolanos que sueñan con llegar a lo alto de la esgrima: “Quiero retirarme felizmente de (saber) que esa generación que estamos formando son los que van a darle el triunfo a Venezuela en un futuro”.
Rubén forma parte de los 43 atletas venezolanos que competirán en los Juegos de Tokio. Otros deportistas originarios del país caribeño y favoritos para llevarse una medalla son el karateka Antonio Díaz, la saltadora Yulimar Rojas, el ciclista en estilo libre BMX Daniel Dhers, y el levantador de peso Julio Mayora.
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