Los eventos climáticos extremos combinados con la violencia cada vez más cruenta de las pandillas han obligado a miles de hondureños a abandonar sus hogares, así lo afirma el organismo de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Andrés Celis, representante de ACNUR en Honduras, dijo el martes que “las pandillas se han aprovechado de la vulnerabilidad de las víctimas de los huracanes para aumentar el control y restringir la movilidad”, lo que los ha obligado a huir sin opción a regresar por temor a ser asesinados.
ACNUR estima que, después de los huracanes Eta e Iota que devastaron parte de Honduras, unas “247.000 personas han sido desplazadas al interior del país, y otras 183.000 han solicitado protección internacional en otras latitudes”.
El organismo explicó en un documento que los nuevos patrones del cambio climático en Honduras han golpeado a las comunidades más pobres, quienes no solo han “llegado al límite a raíz de la violencia que ejercen las pandillas”, también han tenido que “enfrentar un desastre tras otro, sin tiempo o recursos para recuperarse”.
“Si bien no es posible determinar en qué medida los eventos climáticos extremos -como los huracanes Iota y Eta- han jugado en las decisiones de las personas que optan por huir, queda claro que el cambio climático se ha convertido en otro factor que obliga a la población hondureña a abandonar sus hogares y comunidades”, citó ACNUR.
Los fenómenos climáticos también han causado estragos en otras partes de Centroamérica, algo que no es ajeno al gobierno de Joe Biden. A finales de octubre, diferentes carteras de la administración -entre ellas el Departamento de Seguridad Nacional y de Defensa- publicaron sendos informes con relación al tema.
Entre algunos de los puntos los documentos abordan las crisis en los países más pobre y su influencia en el aumento de la migración.
La comunidad de inteligencia de EE. UU. ve como “muy probable” que las consecuencias del cambio climático impulsen más movilizaciones hacia las ciudades, “agravando factores de inestabilidad social o política”.
Además, ACNUR ha advertido de las perdidas de cultivos en el istmo centroamericano y como en dicho contexto, “los agricultores de subsistencia y otras personas se están desplazando en lo que se conoce como “corredor seco”, una franja territorial que atraviesa Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala”.
En su último informe, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) comentó con “cierta contundencia” que, entre otras cosas, “algunas zonas costeras se verán afectadas por el aumento de los niveles del mar, así como cambios extremos en el clima”.
* La periodista Lenny Castro contribuyó, desde San Francisco, con este reporte.
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